Kevin
Ese día volví con una sonrisa de estúpido enamorado a casa, conduje hasta mi casa después de haber desayunado con ella y al entrar mi madre casi me mata por no haberle avisado de que dormiría fuera, pero no me importó, estaba feliz.
Ya la tenía.
-Kevin, estás como demasiado feliz, ¿te drogaste? - Preguntó mi madre pasando su mano repetidas veces delante mía.
-Algo así mamá. - Suspiré mirando al frente.
-Esa chica te tiene mal. - Dijo mi madre rodando los ojos.
-Ella es lo único que me tiene bien. - Dije sonriendo.
-¿Te acostaste con ella?
-Por dios mamá tómatelo en serio por una vez.
-Es difícil viéndote así, no sé hasta que punto lo que dices es verdad.
-La besé 5 segundos antes de año nuevo. - Ella sonrió.
-Más lindo, por fin te centras... Ya era hora jovencito. - Dijo señalándome con la espátula de cocina.
Solté una carcajada y me fui a ducharme.
Los próximos días fueron increíbles, besos, risas, momentos en la cabaña. Me pasaba todo el día con ella y no podía estar más feliz, ella me hacía feliz.
-¿Qué le vas a pillar? - Dijo Trevor.
Estábamos en el centro comercial, en nada eran los reyes y quería hacerle un regalo por todo lo buena que ha sido conmigo, me llevaba mejor con Trevor ya que consideró que no era del todo malo para su amiga.
-No tengo ni idea macho. Ayúdame.
En ese preciso instante lo vimos, una pequeña tienda de objetos de segunda mano y accesorios, entré con Trevor y estuvimos mirando hasta que encontramos un precioso collar con un charm de un libro colgando. Una señora mayor se nos acercó con una sonrisa impecable y que derrochaba ternura.
-¿Van a querer ese? - Dijo sonriente.
-Sí. - Dijimos a la vez. La señora nos lo dio y le pagamos, lo guardé con su pequeña bolsita en mi bolsillo.
-Ideal elección, tiene una historia. Cada cosa expuesta aquí la tiene y si les interesa se la cuento. - Nos dijo dándonos una cálida sonrisa.
-Claro.-Dije sin importarme lo que Trevor opinara al respecto, esa señora era demasiado adorable como para decirle que no.
-Era de una chica, ella adoraba leer. Por desgracia ella y toda su familia murió en un incendio. - Dijo con voz nostálgica.
-Oh, lo lamento tanto.
Salimos de la tienda y nos metimos en un salón de juegos.
-¿Y qué tanto te gusta mi amiga? - Me preguntó Trevor sonriente.
-¿A qué viene esa pregunta?
-Cómo buen amigo suyo que soy, necesito saber tus intenciones con mi pequeña Alison, como le toques un pelo te corto los huevos, capici? - Me dijo como si aquello fuese la cosa más normal del mundo.
-Oh, claro, entendido mi señor. - Dije poniendo una mano sobre mi frente como si estuviese ante un general.
-Mira que eres idiota, ahora responde. - Dijo con semblante serio.
-Me gusta bastante. - Dije rascándome la nuca.
-Ooooh, el duro Kevin Frost está enamorado. - Dijo el estúpido de Trevor subiendo y bajando las cejas.
-Cierra el pico idiota. - Exclamé golpeando su cabeza.
Seguimos hablando de trivialidades por un rato, al cabo de un tiempo escuché gritos fuera del salón de juegos, decidí ignorarlos pero una de las voces se me hacía demasiado parecida. Trevor y yo nos miramos y sin hacer falta decir nada más, salimos apresurados para la salida y al meterme entre la marabunta de gente afirmé mis temidas sospechas. Allí estaban Alison y Valerie, Valerie parecía decirle algo a Ali mientras ella miraba con furia a un chico rubio, el cual la miraba desafiante. No dudé un segundo y me puse a su lado.
-Angelito. - Dije mirándola con preocupación. Ella me miró y pareció relajarse, noté como sus músculos se relajaban.
-¿Quién eres tú? - Dijo el rubio mirándome con aires de superioridad.
-¿Y tú? - Le dije apretando la mandíbula.
-Digamos que soy el amor de la vida de esa chica a la que llamas angelito. - Dijo con un tono un tanto burlón que me molestó aún más.
-Oh claro, espera... Creo que sé quién eres, no, mentira. Ella no me ha hablado de ti. - Mentí, eso pareció molestarle ya que se giró hacia Alison serio.
-¿No le has hablado de nosotros pequeña?
-No me llames así Wallas, no quiero causar un problema y que me echen así que vete.
-Este es un sitio público, tengo el mismo derecho a estar aquí que tú. - Dijo él acercándose a ella, yo me puse entre ellos poniendo mi mano en el pecho de Wallas.
-¿No la has oído? Vete. - Espeté.
-¿Y tú estás sordo? Le dije que no me voy a ir. - Dijo acercándose a mí. - Ella es y siempre será mía, pase lo que pase, la tendré para mí siempre.
Sin dudarlo ni un segundo mi puño voló hacia su mejilla, él se echó hacia atrás e instantes después me devolvió el puñetazo pero en la nariz, noté el olor metálico de la sangre y le devolví el golpe en la ceja, él me pegó en el labio y antes de que pudiese responder Ali me cogió del brazo y me apartó.
-¿Eres idiota Kev?-Dijo molesta, lo que ocasionó que riese débilmente. - Te podría haber hecho daño.
-Estoy bien. Lo prometo. - Dije acariciando su mejilla.
-No vuelvas a hacerlo. - Me dijo totalmente seria.
-Se estaba metiendo contigo, tenía que hacer algo. - Dije ahora acariciando su brazo.
-Kev, no vuelvas a hacerlo y vayamos a casa, te curaré eso.

ESTÁS LEYENDO
La Última Noche
RomanceIdiota, prepotente, egocéntrico y estúpido. Podría pasarme todo el día hablando mal de él, va por ahí con sus aires de superioridad creyendo que va a impresionar. Kevin Frost es la definición de todo lo que está mal, pero por alguna extraña razón no...