41. Modelo de revista

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Las vacaciones habían terminado, y aunque yo solía ser la primera en desear volver a clases, esta vez nada había sido como lo hubiera querido. Literalmente, la primera semana de regreso fue una tortura para los de último año, o sea, para mí y mis compañeros.

Las jornadas se llenaron de tareas interminables, exámenes agotadores y proyectos que parecían multiplicarse día tras día. Esta rutina se extendió por aproximadamente tres semanas. Apenas sabía de las chicas, ya que apenas tenía tiempo para respirar entre los estudios y mis responsabilidades. Así que cuando finalmente encontré un pequeño respiro, no dudé un segundo en ir a verlas.

—Rose, has estado demasiado ocupada ¿todo bien?— preguntó Ga Eul con evidente preocupación.

—Todo bien— respondí, dejándome caer pesadamente en la silla frente a ella—. Casi acaban las clases, entonces hay más exámenes y tareas importantes— bufé con frustración, recostando mi cabeza en la mesa mientras cerraba los ojos con agotamiento—. No puedo más con esto—. Luego levanté la vista hacia Jan Di, con una sonrisa cansada—. Jan Di, ¿tú cómo has estado? Supe lo de tus papás, ¿todo bien?

Sabía por Ga Eul que debido a problemas económicos, los padres de Jan Di habían decidido cerrar la tintorería.

—Descuida, estamos bien— respondió con una sonrisa a medias—. Es difícil mantener una tintorería— añadió con una risa nerviosa que solo aumentó mis dudas sobre su verdadera situación.

—¿Segura?— volví a acomodarme en la silla, sin estar completamente convencida— ¿no necesitas ayuda?

—No es necesario— negó rápidamente con ambas manos, sus ojos reflejaban una mezcla de gratitud y algo de orgullo— estoy buscando otros trabajos. Mis padres igual.

—Cualquier cosa puedes contar conmigo, no dudes de eso ¿sí?— ella asintió con timidez, pero su nerviosismo solo aumentó mi preocupación— ¿Hay algo que no me estas contando, Jan Di?— pregunté con los ojos entrecerrados.

Ga Eul, que hasta entonces había permanecido en silencio, intervino de repente— ¿No sabes?— preguntó con un tono de sorpresa, mirando de Jan Di a mí y viceversa. Jan Di giró bruscamente hacia Ga Eul— Jan Di, ¿No le dijiste?

—¡Ga Eul!— exclamó Jan Di con molestia y una pizca de miedo en su voz, un rubor subió por su cuello, delatando su vergüenza.

Me crucé de brazos, cada vez más inquieta—¿Qué esta pasando? Dijeron que me contarían todo.

Jan Di tragó saliva, sus ojos evitaban los míos— Pues... es que... yo estaba...— empezó a balbucear, como si las palabras se le atascaran en la garganta— ya sabes...— pero no terminó la frase.

Ga Eul, incapaz de soportar más la tensión, soltó la verdad de golpe— Jan Di fue a que le hicieran una sesión de fotos pensando que todo estaba normal, pero era una sesión de fotos subidas de tono— soltó tan rápido que casi no le entendí.

—¡Ga Eul!— gritó Jan Di, sus ojos llenos de desesperación y vergüenza, pero ya era demasiado tarde.

—¿Cómo?— dije con incredulidad, mi mente tratando de procesar la confesión— ¿Jan Di, en qué rayos estabas pensando?— pregunté, mi tono más severo de lo que pretendía. Ella bajó la cabeza, sus hombros temblaban ligeramente.

—Es que... no pensé que fuera eso...— murmuró en un susurro apenas audible.

—¿Cómo escapaste de eso?— pregunté preocupada.

—Un chico misterioso la salvó, fue como un príncipe azul— respondió Ga Eul.

—Por favor, prométeme que tendrás más cuidado la próxima vez— la preocupación en mi voz era palpable. Jan Di asintió rápidamente, mordiéndose el labio inferior, claramente abrumada por la experiencia—. Qué suerte que alguien te ayudó. ¿Quién era ese chico?

𝓶𝒆𝓳𝓸𝓻𝒆𝓼 𝓺𝓾𝒆 𝓵𝓪𝓼 𝒇𝓵𝓸𝓻𝒆𝓼 | Boys Over FlowersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora