Al fin era el tan anhelado viernes. Después de una semana larga, mi único deseo era concentrarme en descansar durante el fin de semana. Como de costumbre, había llegado temprano a la escuela, y estaba parada en la entrada, esperando a Jan Di. La brisa mañanera me acariciaba el rostro mientras mis ojos la buscaban a lo lejos, y finalmente la vi. Sin pensarlo dos veces, salí corriendo hacía ella, pero noté que no era la única que esperaba su llegada. Varias personas también se acercaban apresuradas hacia ella.
—Permiso, permiso, déjenme pasar, por favor. Permiso— decía Jan Di, apartándose como podía de todas las personas que la rodeaban. A pesar de todo, esbozaba una sonrisa cálida mientras aceptaba bebidas y comida que le ofrecían, era una situación realmente extraña.
—Jan Di, ¿Qué está pasando?— pregunté acercándome a ella, completamente desconcertada— ¿Por qué la gente te está dando comida?— susurré en su oído, y ella simplemente se encogió de hombros. Suspire profundamente, armándome de valor para dirigirme a todos— Bien, si quieren darle más cosas a Jan Di, hagan una fila y que alguien busque una bolsa para guardar todos los obsequios— ordené, con un tono un tanto burlón. Lo sorprendente fue cuando todos me hicieron caso.
Varias personas se pusieron en fila con emoción. Un chico salió corriendo tan rápido que casi se tropieza en busca de una bolsa, mientras otro, con una expresión de concentración absoluta, tomó delicadamente las cosas que Jan Di tenía en la mano y las puso cuidadosamente en la bolsa. La situación era divertida. Verlos, aquellos que alguna vez trataron tan mal a Jan Di, ahora actuando como asistentes, me arrancaba una sonrisa interna.
—Esto no es necesario— decía ligeramente apenada Jan Di, con las manos temblorosas mientras las levantaba en señal de rechazo.
—Déjalos, al rato se les pasará— le susurré con un tono firme, mientras le guiñaba un ojo. Jan Di solo torció los labios en una expresión de resignación y aceptó, bajando lentamente las manos—. Seguramente le hablaré bien a Jun Pyo de ustedes— mentí, añadiendo un toque travieso a mi sonrisa, aprovechando que la mascarilla la escondía. ocultaba tanto mis palabras como mis expresiones, haciendo la situación mucho más divertida para mí.
—¿En serio?— exclamaron esperanzados. Asentí con firmeza, manteniendo la farsa, y se marcharon alegres, casi gritando de la emoción ante la idea de ganarse a Jun Pyo.
Entonces, nos dejaron solas, y tras unos segundos de silenciosa complicidad, nuestras miradas se encontraron, llenas de malicia y travesura contenida. No pudimos evitarlo, y estallamos en una carcajada.
—¿Qué fue eso?— pregunté entre risas, intentando recuperar el aliento.
—No tengo idea— respondió ella, mirándome con la ceja arqueada y una sonrisa en los labios— pero parece que alguien se aprovechó de la situación—. Yo me encogí de hombros.
—¿Qué más podía hacer? Si no aceptabas las cosas las tirarían a la basura seguramente— dije mientras le quitaba con delicadeza la bolsa a Jan Di, repleta de las cosas que le habían dado. Al tomar una botella de agua mineral, noté su apariencia elegante y reluciente—. Al menos te compraron cosas de buena calidad— añadí, observando con cierto asombro la botella, que probablemente costaba una fortuna.
—¿No es esto un fastidio?— preguntó.
—Definitivamente lo es, todos son unos hipócritas— suspiré profundamente.— Te molestan cruelmente un día y al siguiente actúan como si fueran tus mejores amigos... No sé si todo esto es un premio o una trampa— volví mi mirada hacia ella. Jan Di estaba sumida en sus pensamientos, mordiéndose ligeramente el labio inferior—. ¿Qué piensas tú?— pregunté, intentando descifrar sus emociones.
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𝓶𝒆𝓳𝓸𝓻𝒆𝓼 𝓺𝓾𝒆 𝓵𝓪𝓼 𝒇𝓵𝓸𝓻𝒆𝓼 | Boys Over Flowers
Hayran Kurgu¿Qué tan trágica debe ser la vida de alguien para tener que ocultarse del ojo público y fingir ser alguien más? Luego de la trágica muerte de su madre, [T/N] intenta rehacer su vida y reencontrarse con sus amigos de la infancia, los F4. Para ello, v...