𝓶𝒆𝓳𝓸𝓻𝒆𝓼 𝓺𝓾𝒆 𝓵𝓪𝓼 𝒇𝓵𝓸𝓻𝒆𝓼 | Boys Over Flowers

24. El verdadero monstruo

Woo Bin y yo estábamos en el auto de camino a casa de Jun Pyo. Yo realmente estaba más callada de lo normal, perdida en mis propios pensamientos, intentando conectar los puntos y comprender las piezas del rompecabezas, pero todo seguía siendo un misterio. De repente, sentí cómo una mano se agitaba frente a mis ojos, sacándome abruptamente de mis pensamientos.

—¿Estás bien?— preguntó Woo Bin, dejando de sacudir su mano.

—Sí, perdón... es que esto es tan extraño para mí— solté una pequeña risa, tratando de disimular la incomodidad que sentía en el pecho.

—¿Por qué lo es?— preguntó, frunciendo ligeramente el ceño.

—¿No te es extraño que una amiga haga eso? Para mí, los amigos son lo más valioso y traicionarlos ni siquiera es una opción que contemple...

—Lo piensas como si fueran amigas realmente, pero a veces no sabes si una persona te considera un amigo de verdad— respondió, volteando a verme por unos segundos.

—Vaya...— susurré, volviendo a mirar el camino— ¿Cómo sabes si alguien te considera su amigo?

—Nunca lo sabes realmente, alguien puede decirte con palabras muy convincentes que son tus mejores amigos y no sentirlo de verdad.

—¿Entonces, cómo puedes estar seguro de que los F4 son tus verdaderos amigos? ¿Simplemente confías ciegamente en que realmente lo son?

—No lo puedo saber con certeza, pero en mi corazón, ellos son mis amigos y siempre lo serán. Si alguna vez me traicionan, al menos podré vivir con la tranquilidad de saber que yo siempre fui un amigo leal y que nunca los defraudé. Eso es suficiente para mí— dijo con una sonrisa que iluminaba su rostro.

—Las amistades pueden ser realmente confusas...

—Sí, pueden serlo, pero de vez en cuando valen la pena. Las personas que te hacen daño no deberían ser consideradas amigas. Como en el caso de Min Ji, dices que era amiga de Jan Di, pero lo que le hizo indica claramente que nunca lo fueron, la gente puede acercarse a ti únicamente por beneficios propios.

—Me hubiera gustado saber eso antes— dije casi en un susurro.

—¿Nunca has tenido amigos?— preguntó con una leve risa. Sin embargo, al ver que mi rostro no mostraba ninguna señal de diversión, bajó la cabeza con vergüenza— perdón, yo...

—Creo que sí— interrumpí, las palabras saliendo de mis labios con una mezcla de duda y tristeza— pero como dices... las personas que te traicionan no deberían ser consideradas amigos... así que no estoy segura. Por el momento tengo a Jan Di y a Ga Eul, ellas son lo más cercano a amigas sinceras que he tenido...

—Estoy seguro de que ellas sí son verdaderas amigas—. Asentí, mientras en mi mente se formaban imágenes de los F4 y de los momentos que compartí con ellos. Era triste pensar que uno de ellos me decía todo eso.

— Pero, bien, cambiemos de tema— añadí, dejando escapar un suspiro— ¿Jan Di ya sabe que fue Min Ji?

—Así es— asintió— debíamos confirmar bien los hechos y fue ahí cuando Min Ji salió al tema. Todo comenzó a encajar.

—A veces es quien menos te esperas, ¿no?— añadí, volviéndolo a ver. Fue en ese instante cuando el auto se detuvo frente a la mansión de Jun Pyo.

Ambos nos bajamos del coche y notamos que el auto de Yi Jeong ya estaba estacionado. Avanzamos hasta la entrada principal, donde el mayordomo Lee, nos permitió ingresar sin problema. Cuando cruzábamos la puerta, unos gritos desgarradores llegaron a nuestros oídos.

—[...] Me fui a Alemania y me sometía a cirugías cada dos años. El dolor era tan insoportable que muchas veces deseaba morir. ¿Sabes lo que me mantenía con vida? La manera en la que me mirabas, como si fuera un monstruo— gritaba Min Ji.