𝓶𝒆𝓳𝓸𝓻𝒆𝓼 𝓺𝓾𝒆 𝓵𝓪𝓼 𝒇𝓵𝓸𝓻𝒆𝓼 | Boys Over Flowers

15. ''Viaje Escolar''

Sorprendentemente, convencer a mi padre resultó ser mucho más fácil de lo que había pensado. Esto se debió, en gran medida, a que Robert, no había mencionado ninguno de los "problemas" que había tenido en la escuela; esto, sumado a que antes de partir hacia Corea, me había permitido cualquier viaje de índole escolar.

Para ser completamente honesta, había planeado decirle que mis compañeros de clase deseaban conocer uno de los hoteles de nuestra familia. Pero era consciente de que esta estrategia podría fracasar, llenando de preocupación a mi padre por creer que mi identidad podría ser revelada ante ellos. Por lo tanto, opté por pedir vacaciones a parte, con el fin de evitar a mis compañeros y disfrutar así de la tranquilidad junto a mis amigas y, por supuesto, la inevitable compañía de Robert.

Si bien es cierto que mi ansiedad al rodearme de mucha gente había disminuido considerablemente, aún tenía momentos en los que la ansiedad era inevitable. En el salón de clases, el número no supera las 36 personas, una cifra manejable para mí. Sin embargo, la idea de un viaje escolar que involucra a prácticamente toda la escuela, despertaba tanto en mi padre como en mí, ansiedad. De manera justa, él accedió a concederme el privilegio de unas vacaciones. Estábamos, por lo tanto, más que preparados para partir hacia una escapada en las playas de Busan, hospedándonos en uno de los más lujosos hoteles pertenecientes a la compañía de mi padre.

De las dos semanas de receso escolar con las que contábamos, dedicaríamos apenas una a este viaje, lo restante lo descansaríamos en casa. Antes de formalizar nuestros planes, las chicas habían gestionado los permisos correspondientes con sus familias, recibiendo aprobación sin ningún inconveniente.

Mientras, yo empacaba meticulosamente las últimas cosas en mi maleta, Robert me ayudaba revisando todo dos veces.

—Oye, ¿tendré que usar mascarilla en la playa— pregunté, haciendo un puchero, esperando a que no me obligara a soportar el uso de la mascarilla bajo el sol veraniego.

—Mascarilla no, pero deberá encontrar alguna manera de mantenerse oculta son órdenes directas de su padre.

—¿Qué será ahora? ¿Acaso una peluca?— dije con un tono burlón, aunque algo en mi temía ante la posibilidad de que esa fuera, efectivamente, su sugerencia.

—Solo...— dijo él, mientras sumergía su mano dentro de su saco—...tome esto— depositó en mis manos lo que resultó ser un estuche bastante grande.

Al abrirlo, me encontré con unos lentes oscuros de armazón cuadrada y visiblemente enormes que, estaba segura, cubrirían prácticamente la mitad de mi rostro.

—No esperaba menos de ti— dije, no pudiendo ocultar el tono de disgusto que impregnaba mi voz mientras probaba los enormes lentes. En ese momento, Robert soltó, por primera vez, una ligera carcajada— Genial— murmuré con una indiferencia forzada—. Pronto serán pelucas, ya verás— le aseguré con un suspiro resignado, quitándome los lentes y depositándolos de nuevo en su estuche con una delicadeza fingida.

—Mejor nos apuramos o llegaremos tarde—. Añadió Robert bastante risueño y asentí de inmediato.

Luego de nuestra agradable y un tanto peculiar charla, nos encaminamos a recoger a las chicas en sus respectivas casas antes de dirigirnos al aeropuerto.

[...]

—Aquí están sus boletos— les anuncié a las chicas, extendiendo los pases hacia ellas con manos ligeramente temblorosas por el nerviosismo que me provocaba haberles ocultado parte de la verdad.

—¿No habías dicho que nos iríamos en tu jet para no hacerte gastar de más?— replicó Jan Di con un tono de sorpresa mezclado con molestia.

—Es que mi papá necesitaba el jet, pero insistió en regalarnos el viaje— confesé, haciendo esfuerzos por suavizar la situación. Era verdad, hasta cierto punto; el uso del jet de mi padre estaba estrictamente prohibido para mí, así que esa alternativa jamás estuvo sobre la mesa, pero él generosamente ofreció financiar nuestros boletos, así que, en teoría no había de qué preocuparse.