El pecado de la venganza (Meliodas & Tú)

53. EL NUEVO REY

La batalla había comenzado desde hace algunas semanas, y los grandes prados de la diversa Britania eran el campo de batalla de las razas enemistadas.

Los malentendidos del pasado habían surgido y también se habían resuelto, mientras ______ se acercaba al núcleo de los acontecimientos en busca de la manada que había extrañado tanto y a la vez se preguntaba cómo la recibirían por la traición que cometió.

El arcángel Mael había recuperado sus recuerdos con ayuda de Gowther después de todo, el muñeco había sido el causador de toda aquella destrucción provocada por el arcángel más fuerte en un arranque de desesperación por no saber quién era.

Por otro lado, Cusack y Chandler, junto a Zeldris se habían enfrentado a los hermanos arcángeles en compañía de los pecados, para que al final la batalla se redujera a Mael vs Zeldris.

Zeldris a causa de las batallas anteriores con Ludociel, estaba desecho y cansado, su ropa era casi inexistente en su pecho y los múltiples golpes y rasguños provocaban el sangrado en ciertas áreas.

Mael intentaba manejar esto por el diálogo aun así la terquedad del ex jefe de nuestra espía favorita había desencadenó que ambos ex hermanos se enfrentarán con desenfreno y brutalidad.

Claro la batalla solo duro hasta que el despertar del nuevo rey demonio interrumpió en el enfrentamiento y justo cuando la susodicha chica de cabellos castaños había llegado a la zona critica de la guerra.

El cuerpo del chico que amaba estaba en posesión de su propio padre y el poder mágico que emanaba de aquel ser desconocido, pero a la vez físicamente familiar, era aterrador superando a las masas considerablemente.

- No puedo creer que aún estés enamorado de esa chupa sangre- se dirigió a Zeldris con desprecio -No sólo Meliodas, sí no que tú también—musito exasperado el hombre rubio.

Zeldris que aún se recuperaba de los golpes de Mael, intento reincorporarse y así encontrar una respuesta a esta extraña aparición de su padre en el cuerpo de su hermano – No dijiste que ibas hacer a Meliodas el nuevo rey- cuestiono sin comprender el demonio pelinegro.

-Crees que a un traidor le dejaría el trono- rio eufórico, de la ignorancia de su hijo menor -Sólo iba a poseer su cuerpo luego de que los mandamientos volvieran a mi-

La penétrate mirada del rey demonio en el cuerpo de Meliodas repaso a todos los involucrados en la batalla y a los que no también, pues entre las sombras se encontraba aquella mujer que alguna vez en el pasado elogio.

Un escalofrió recorrió el cuerpo de _____ cuando pudo sentir los ojos de aquel ser clavados en ella, a causa de su acción el rey le sonrió de costado.

-Deja el cuerpo de Meliodas— exigió la diosa Elizabeth al hombre enfrente de ella.

La sonrisa cínica volvía a aparecer en los labios del rey y su mirada se centraba en la susodicha diosa.

Con las palabras más filosas que una daga el rey musito- Debo admitir que hubiera sido mejor que mi hijo se quedara con la humana, que tiene más agallas, que contigo —rio divertido por la reacción de la diosa ante tal confesión del rey, aun así, este interrumpió la reacción para retomar la palabra- Te quitare la maldición Elizabeth, solo para asesinarte y ver la cara que pondrá Meliodas cuando vea tu cadáver—

Un golpe seco y certero se dirigía a la diosa y como _____ ya comenzaba a perder la paciencia al estar tan alejada de la batalla y algo incomoda por la confesión de ese ser, llego en tiempo récord junto a la chica albina, desviando el ataque del rey lejos.

Provocando la sorpresa de la mayoría de los pecados. A excepción de uno en particular el cual era el pecado de Gula, ambas mujeres asintieron solo para dar a entender que la batalla contra el rey se ejecutaría y no había momento de preguntas.