18.UNA BATALLA QUE DA PASO AL COMIENZO.

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-¡¡Les daré cinco minutos para que saquen sus traseros fuera de esta ciudad, oh masacraremos hasta el último habitante de este lugar!!-grito Meliodas, haciendo su mejor cara de hombre peligroso que podía poner, mientras que los chicos se posicionaban detrás de nosotros.

La muchedumbre comenzó a murmurar y el tiempo pasaba más rápido que de costumbre, nadie movía ningún solo musculo a pesar de las advertencias, si no hacíamos algo rápido este pueblo será un campo de batalla. De pronto como si de aves en el cielo se tratase, bolas de fuego con una velocidad impresionante se aproximaban a nuestro lugar, impactando violentamente con los verdosos cerros elogiados por mí anteriormente. La gente entro en pánico instantáneamente corriendo fuera del lugar mientras otros solo se quedaban estáticos por el miedo causado. Milagrosamente el rubio alcanzo a controlar una con su estrategia de "full counter.

-Al parecer volvieron por mas- musite mirando fijamente a la mujer de cabellos oscuros. Y en una reacción en cadena todos nos movimos Ban y King salieron corriendo a ayudar a la gente mientras que yo acompañaba a Diane a buscar su tesoro.

-Mierda no está- dijo la chica a mi lado cuando llegamos al lugar.

-Lo sé, además aun no vuelves a la normalidad- respondí mientras corríamos a ayudar a un aciano, herido en el césped pues al parecer una de las explosiones choco a unos metros de donde estaba el sujeto. –Diane, pecado de la envidia serás capturada por asesinar al caballero sagrado supremo- nos sacó del trance una voz, al girarme confirme que era el chico que había luchado con un Diane por lo que pude escuchar.

-Sabes hay cosas más importantes ahora asique mejor ayúdanos con el anciano-le dije al de peinado peculiar este se iba a acercar a nosotras pero fue detenido por un hombre completamente tapado en una armadura, la cual cubría su rostro.

-déjenme darle una mano- musito por primera vez, para luego hacer una extraña danza, moviendo su arma y hacernos sentir su poder contra nuestros cuerpos, se sentía pesados, pero al menos lo podía soportar, en cambio Diane y el anciano no.-¡Atrápalo Hauser!!- fue lo último que escuche de Diane pues esta callo al precipicio hecho por las explosiones.

Mire al hombre y con una fuerza impresionante me pare del suelo donde me tenía el caballero a causa de su manipulación con la gravedad, desenfundando la hermosa katana azul, impacte fuertemente su hoja en el vientre del hombre armado.

-Necesitas más trucos, para poder vencerme- musite girando mi cabeza levemente, pues el hombre estaba atrás de mí. Y este ya no respondía, al parecer lo había herido de gravedad.-Sé que no me harás nada, pues sabes que no somos los malos, además Diane no le pasara nada, ella volverá a su tamaño normal- le dije tranquila al chico que me miraba anonado por mi acto y su semblante se aliviaba por la noticia de la chica.

Dicho y hecho el solo me asintió para yo comenzó a caminar al pueblo por si alguien necesitaba de ayuda con el resto, sentía que mi sangre estaba un poco más elevada de lo normal, además de que mi marca ardía como el infierno, ¿qué es lo que está pasando?

Mis pasos se apresuraron hasta encontrarme con un Ban medio herido, me acerque rápidamente al chico albino, para luego agacharme y ver mejor sus heridas.

-Estas recuperándote bien- pregunte tocado el gran corte en su estómago duro.

-Sí, les robe a esas dos unos hechizos de curación- me sonrió por primera vez.-_______ ten cuidado, Meliodas está fuera de control- susurro para finalmente cerrar sus ojos, extrañamente el hombre estaba ¿preocupándose por mí?, hace unos días atrás quería arrancarme la cabeza.-saca a Elizabeth de aquí cuando te recuperes- susurre.

Corrí lejos para encontrarme con la respuesta a mi pequeña pregunta. Meliodas estaba luchando con un caballero sagrado, los golpes eran duros, uno contra él otro, rápidos y con una fuerza impresionante que llegaban a lanzar a su oponente contra la roca dura que rodeaba al pueblo. A causa de esto la visibilidad era un poco escasa, el polvo de la pelea había sido la causante de esta pérdida de vista, Meliodas si es que se podía llamar así estaba completamente fuera de sí, a este lo envolvía una extraña sustancia negra que iba desde su brazo hasta alcanzar su ojo derecho, a cada intervalo de tiempo, esta parecía esparciese por todo su cuerpo pues la sustancia ya había alcanzado su pierna.

La batalla parecía terminar cuando el rubio impacto en la roba volviendo a su color natural. Si no intervenía lo iba a matar. Sin más preámbulos me dispuse a impactar mi katana en su brazo el cual cayó inerte contra el suelo, el hombre girándose me observo fríamente, mientras que salía y salía sangre del lugar que había cortado, para luego con su otro brazo intacto desidio atacarme con un golpe seco dirigido a mi estómago, esquivando su puño milagrosamente, logre darle un golpe directamente a la cara haciendo que este impactara nuevamente contra otro muro sólido.

-_______ estas bien?-escuche un grito de Diane la cual era nuevamente una gigante, con cuidado tomaba a Meliodas entre sus manos para asi ayudarme a deshacernos del caballero sagrado, pero de un momento a otro este había desaparecido junto a su dupla
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-Al parecer todos están bien- dijo hawk aliviado y de un peculiar tono rostizado.

-Gracias Diane,_______ por interferir con esa pelea- susurro el rubio despacio pues este estaba realmente lastimado.

Ambas sonreímos al chico, mientras todos corríamos nuevamente a la taberna, para así recuperar energía perdida durante la dura batalla, podía escuchar los murmullos a través de la pared, pues al lado se hospedaban Ban y King. Elizabeth por otro lado decidió cuidar a Meliodas quedándose con él toda la noche, mientras que yo en estos momentos me disponía a observar por el balcón de la taberna a una Diane pacíficamente dormida sobre el cielo estrellado.

De pronto un sonar en la puerta me hizo despertar del hipnótico paisaje.

-Pase-dije para encontrarme con un Meliodas cerrando la puerta atrás de él y acompañándome en mi desvelo.

-Es extraño que no estuvieras abajo con tu típico vaso de agua- me susurro, mirando la vista que teníamos.

-Creo que deberías superar eso- le dije entregándole media sonrisa. El silencio abundo por unos minutos, pero él prefirió cortarlo.

-Sabias sobre lo que era- giro su cabeza para encontrase con mi mirada.

- La verdad es que lo presentía, soy una chica lista- susurre para alivianarle la carga aunque sea un poco.Se reflejaba perfectamente en su rostro lo que estaba sintiendo y este era culpabilidad por esconder que era,ante sus amigos. –Te diré un secreto- lo mire decidida a confesarle lo que estaba ocultando desde que llegue a este lugar.

MELIODAS

Un secreto, que clase de secreto podía esconder esta chica además de todos los misterios que ella era para mí, la respuesta que solo pude dar fue asentir, mientras esta se giraba dándome su espalda cubierta por una camisa blanca y solo escuchando el sonido de los botones desabrochándose.

-Si quieres ayuda puedo dártela- le dije risueño cortando un poco la tensión. Ella solo se limitó a suspirar además de tomar su corto cabello y así dejarme ver su nuca, en esta tenía una marca roja, era un búho, instintivamente y como si mi mano tuviera vida propia toque aquella suave y cálida piel con mis dedos.

-Soy otro pecado Meliodas- me dijo de espaldas. Con mis manos toque su hombro y comencé a girarla para perderme en aquellos ojos cafés  intensos.-Quieres contarme como paso esto-proseguí, viendo como su cara empezaba a ponerse tensa, la chica ante mí no se sentía preparada para  decirme su pasado, y yo solo la estaba presionando.

¿Qué es esta necesidad que siento de ella? Eh vivido tantas vidas, pero aun así tengo las impaciencias de un chico torpe que no sabe exactamente qué hacer con una chica la cual está ante mí. Para tranquilizar aunque sea un poco su rostro, subí mi mano directamente a su mejilla derecha y así con la luna de testigo, el viento revoloteador eh inmensidades de estrellas sobre nosotros, hice que por primera vez esta chica  me revelara uno de sus secretos. 

El pecado de la venganza (Meliodas & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora