48.DECISIONES

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El calor primaveral que en algún momento estuve bajo el, había sido remplazado por un frío incomparable, mi respiración pesada se esfumaba en forma de humo blanquecino entre las paredes de un destrozado castillo rocoso ya que la mayor parte de la construcción se encontraba en el suelo, pues este en ciertas áreas se impregnaban de un residuo negruzco perteneciente a un antiguo incendio.

Las cadenas rosas proyectadas por finalmente el verdadero Gowther aprisionaban mis muñecas adoloridas, estas parecían aumentar su presión en mis extremidades cada vez que intentaba luchar contra ellas.

Con un duro golpe, Meliodas me saco de mis pensamientos haciendo que quedara de rodilla a ante las ruinas de un viejo trono. El hombre de traje blanquecino se posicionaba en el frente de mí, y a sus espaldas entre las sombras se encontraban dos miradas que me observaban de distintas formas, la primera era difícil de comprender, pero aun así derrochaba intensidad y la segunda era completamente fría y tosca.

Gowther y Zeldris se alaban a los lados del rubio los cuales me devoraba con sus ojos oscuros cada vez que yo ejecutaba algún movimiento.

- ¿Por qué trajiste a un humano? – interrumpió con desprecio el menor de los hermanos.

Ignorando el cuestionamiento del menor, alzó la voz el rubio – Busca en su memoria, algo que nos sirva- se dirigió al hombre lisiado, mientras este daba una pequeña risita asintiendo.

Al cabo de 3 segundos el hombre de peculiares expresiones reaccionó – Lamento decirle capitán, pero no se me es posible acceder a sus memorias – el rubio, cerró sus ojos con fuerza, pues comenzaba a fastidiarse.

¿Qué era lo que haría con ella?

¿Asesinarla? O ¿Misericordia?, dos opciones, pero solo valía un camino.

La mejor opción para su clan sería deshacerse de ella pues la chica podría llegar a ser un enemigo en potencia alguna vez, aun así, el verdadero problema era el que comenzaba a desencadenarse en su interior, ¿Qué eran aquellas exóticas sensaciones producidas por la castaña cuando ambos estaban en la pradera?

Además, también una fuerza invisible le impedía ejecutar tal macabro acto en la mujer.

Rendido, observo el oscurecido cielo nocturno en busca de respuestas, la repentina aparición de pequeños copos de nieve producto de las bajas temperaturas, fue el hincapié para decidir desobedecer lo que debía hacer y aceptar lo que quería hacer por primera vez en su larga vida, y así poder comprender el porqué de su extraño interés en aquella humana.

Lo que aun este no sabía es que la chica no sería un enigma fácil de desenmarañar y mucho menos poder ingresar a su ser, tanto en el pasado como en el futuro _______ es y será un mundo de misterios difíciles de entender, tanto para el Meliodas con emociones como sin estas.

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La decisión del demonio rubio había ocasionado un gran impacto entre los más cercanos al susodicho, ¿Quién hubiera imaginado a una humana entre las grandes tropas del rey demonio?

La extraña mujer había escalado entre lo más alto de la jerarquía, siendo una de las armas con más destreza que poseían en el campo de batalla y una mano extra para el sucesor del hijo mayor.

Incluso el mismísimo rey demonio reconocía la brutalidad que desencadenaba aquella mujer de cabellos oscuros, gracias a ella habían conseguido acaparar una parte considerable del mapa, pero entre más tiempo la exespía pasaba entre los alrededores, esta no solo se estaba ganándose el reconocimiento de las tropas, si no, que también una gran parte de la atención proveniente del hombre rubio.

El muchacho sin saber comenzó a observar de una manera mucho más intensa a la chica, cada acción que la mujer realizada, le provoca un incomparable deseo de querer pasar mucho más tiempo a su lado. Claro estaba, el pobre rubio había hecho hasta la imposible para que ambos pasaran tiempo juntos, pero esta parecía deshacer cada uno de sus planes.

¿Cómo es posible que alguien en un corto periodo de tiempo se robara todo de él?

El suspiro mental se propagó, haciendo que la castaña pusiera atención a su acompañante, el cual se veía cansado a pesar de no estar haciendo actividad física, siendo el animal cuadrúpedo bajo él, el que soportará el peso del camino.

- Debería prestar más atención a su alrededor, capitán- le interrumpió.

El rubio observó aquella pequeña sonrisa que la mujer le había dejado ver y de la que se había acostumbrado rápidamente. Con destreza su mirada acaparo la mayor parte de su rostro de la mujer, y esta al darse cuenta del silencio volvió a interrumpir aquella atmósfera - Debemos marchar pronto al sur, el clan de las diosas no pasa aquellas fronteras- musito mientras volvía a afirmar las riendas de animal para cabalgar y adelantarse.

La chica era consciente de las acciones que hacía el demonio cada vez que ambos estaban solos, el chico había intentado en varias ocasiones abrazarla, incluso tocar su mano o invadir su espacio personal, siendo ella la que pusiera un alto a las cosas, mientras salía corriendo hecha un manojo de nervios de aquellas repetidas escenas que el rubio le proporcionaba.

Si hubiera sido alguien más no hubiera dudado en aprovechar los miles de oportunidades en estar con él rubio, sin los impedimentos del futuro, ni la culpa, pero lamentablemente se trataba de _______, y ella sabía que no podía ni debía involucrarse; a pesar de que amaba al chico, no era correcto caer con aquel fruto prohibido llamado Meliodas por ende intentaría hacer hasta lo imposible para que el hombre se alejara de ella a pesar de estar colaborando juntos, no era justo para él, pero las decisiones que tomamos por el bien de los otros tampoco lo son para uno mismo.

Estaba tan cerca de él y a la vez tan lejos que hasta en este tiempo dolía fingir no quererlo.

"Todo sea por el futuro y por su felicidad, así que por favor no me hagas las cosas difíciles" rogaba la chica a quien sea que la escuchara. 

El pecado de la venganza (Meliodas & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora