26.-CICATRICES Y DEMONIOS.

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-Eres buena moviéndote- canturrio la extraña figura mientras pateaba el cuerpo inerte de uno de los hombres con poca suerte. A pesar de mi escena sangrienta en la que había sido participe, la voz de aquel chico de pecho descubierto con una enorme espada a su costado era tan frívola que incluso ocasiono en mí el típico escalofrió.

-¿Quién diablos eres?- escupí.

Mi humor no era el mejor en estos momentos.

-Veo que tienes planes- musito observando los charcos de sangre con desprecio.

-Eso a ti no te importa- me gire mientras recogía ambas katanas ensangrentadas para seguir con mi venganza tras las marionetas del rey.

-¿Segura que quieres seguir con esta patética cruzada?- suspiro, para así avanzar hasta mí con una tranquilidad infinita y colocar sus labios cerca de mi oído – Porque si me ayudas te puedo dar ciertas virtudes – concluyo.

-¿Qué clase de virtudes?- cuestione, pues el hombre azabache había picado mi curiosidad.

- Solo te diré que será más fácil acabar con tus enemigos- termino mientras me daba una vista de su espalda cubierta por un rojo carmesí de su prenda.

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Me pare tan abruptamente de la mesa con documentos que parecía que por un milisegundo mi corazón había dejado de latir, incluso algunas hojas estaban manchadas de mi saliva, rápidamente pase mi mano por mi oído despejando aquel recuerdo haciendo que volviera a la realidad en la que me encontraba, al parecer a Meliodas luego de mi historia sobre "espías del reino" según él, se le ocurrió la brillante idea de dejarme a cargo de la taberna y así hacer memoria sobre los planes macabros de Hendrikson y Dreyfus. Mientras ellos luchaban a mil con el resto de los caballeros.

Hendrikson ¿Qué escondes?

Idiota por naturaleza pero creo que no tanto si fue capaz de asesinar por poder.

Mi mano se posó en mi barbilla como si aquel acto me ayudara a pensar más sobre mi enemigo, sin más comencé a ver mis manos y caí lentamente en aquella cicatriz blanquecina, la cual se había cerrado en unos minutos después, luego de ser vendada por Meliodas aquel día donde vote un vaso de agua por accidente.

¿Cicatriz? Pensé, los demonios se clasifican por aquellas marcas parecidas a una cicatriz, esto dependía del poder que poseían.

-¡¡Demonios!! ¡¡El clan de los demonios!!- hable eufórica aunque nadie me escuchara.

Tengo que llegar lo más rápido con esos locos suicidas o será muy tarde.

------ Meliodas-------

Podías sentir la magia de King y Diane sabía perfectamente que ellos lo darían todo en el campo de batalla, mientras yo hacía exactamente lo mismo una y otra vez chocaba el metal del albino contra mi pequeña espada, era rápido y preciso, por más golpes que intentaba darle con mi arma se me era imposible pues este parecía leer mis ataques.

¿Cómo pudo Arthur salir no tan mal herido? Aunque en estos momentos descansaba en el duro suelo de roca, gracias al impacto que tuvo antes que yo llegara.

Dejar a _____ sola en la taberna quizás no fue la mejor idea, solo por el hecho de que en este momento se había unido Gil y la misma chica enmascarada la cual secuestro a Elizabeth.

Mierda.

Hendrikson había cedido el puesto  y  ahora me atacaba Gil, era mucho más fuerte que cuando yo lo entrenaba, más seguro de sí mismo y con una fuerza trabajada.

Estaba orgulloso de él.

-¡¡Martillo del emperador del trueno!!- grito haciendo caer una oleada de electricidad directamente hacia mí.

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-¡¡Vamos mamá Hawk necesito que seas más rápida!!- le grite, mientras esta intentaba acelerar su vuelo.

Y en menos de lo que esperaba me encontraba nuevamente en LIONES pero no era como lo recordaba, la ciudad literalmente está hecha añicos y los ciudadanos que aún estaban en las calles eran aplastados gracias a las grandes rocas que se desprendían de las construcciones desechas.

-Llegamos un poco tarde mamá- susurre, mientras esta asentía levemente. Baje rápidamente de ella y desaparecí en busca del capitán rubio.

Entres más me acercaba al lugar de los hechos podía escuchar perfectamente el estrepitoso poder de las armas acompañado del típico FULL COUNTER Y UN GOLPE DE GRITO DEL TRUENO provocando un temblor producto de los impactos y junto a ello una enorme nube de tierra comenzará a creser por todo el lugar, sin restricciones comencé a desplazarme por los tejados de las propiedades mientras que intentaba sentir la magia de King, Diane y Gowther pero y ¿Ban? No podía encontrarlo .

De un momento a otro la magia del lugar creció en tanto poder que una esfera visible era suspendida en los aires y sabía perfectamente que era enviada al hombre que buscaba, este estaba suspendido en el aire mientras miraba cualquier otra cosa menos lo que se le venía encima.

Genial, si mueres te pateare Meliodas, pensaba.

-¡¡______!!, ¡encárgate de esto!- grito dejándome a los tres locos y su poder.

Sin más extendí mis manos mientras la gigantesca materia violeta era absorbida por mí.
Meliodas por otro lado pudo prevenir el suceso desfavorable para la amada de su ex estudiante provocando que  callera por los aires mientras iba a ser asesinado por el albino desquiciado del cual venía a prevenir, sin más Gilthunder fue el pelirosa que salvo el día ayudando al capitán de los siete pecados capitales.

-Fue fácil no crees- me dijo Meliodas mientras reía.

-Estás loco- reproche.

-Quizás, pero al menos ayude a alguien- respondió con su típica risita mientras observábamos a los tortolos.

Gracias Gil.

-Meliodas no bajes la guardia con...- me interrumpieron.

-¡¡Tú!!!!- gritaron furioso.

Mierda.

-Intentaste robar la excálibur de Camelot, te recuerdo-grito Arthur llamando la atención de todos en el lugar.

Doble mierda.

-En mi defensa niño, eran gajes del oficio- me defendí mientras comenzaba a pulir mi as bajo la manga por si las cosas se ponían feas.

Aun así la voz de una mujer retumbó por todo el lugar interrumpiendo al chico de Camelot-Cálmate Arthur ella dice la verdad- me defendio, la tan desaparecida maga la cual en más de una ocasión pensé que era una leyenda, se posaba ante nosotros con su ropajes morados y cabello sueltos, Merlín pecado de la gula. 

El pecado de la venganza (Meliodas & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora