42. DONDE TODO COMENZÓ Y ACABO

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-Me puedes explicar ¿Qué intentas hacer? - azoto con fuerza la gran puerta de madera blanquecina cuando su acompañante azabache ya se encontraba en el interior de la habitación.

¿Qué si estaba molesta?

¿Extrañada?

No sabía la respuesta a aquellas preguntas, pero lo que si era consciente es que el sabor de los labios calientes de Zeldris había dejado una presencia que quizás no olvidaría tan fácilmente, al igual que el demonio, el cual aún saboreaba inconscientemente su boca acaparando el más mínimo rastro que había dejado la contraria en él.

Ambas partes entendían que aquel apasionado acto se debía a una sola causa en particular, pero a pesar de esto ¿Por qué se les estaba haciendo tan difícil mirarse a los ojos luego de aquello?

-Fue una buena reacción- contesto el demonio carmesí, apagando rápidamente su inconsciente traicionero y recordando la cara desfigurada por la ira de su hermano, llenándole de gozo, aunque obviamente Fraudrin había perecido ante la ira del ex mandamiento.

El corto hilo de la paciencia de la chica comenzaba a contarse, aun no podía comprender las intenciones del pequeño hombre -Estas loco- formulo, dispuesta a irse, pero en el momento en que iba a tomar la manecilla dorara para escapar.

La voz del hombre resonó por toda la habitación, al igual que sus pasos, alcanzándola -Quizás, pero tú debes estarlo más si aun no te has dado cuenta de lo que le ocurre a mi hermano- le susurro con un tono ronco tan peculiar de él.

Sin más y con los nervios a piel, salió de las garras del lobo.

_____ no tienes idea el poder que tienes contra el que fue mi hermano, pensaba el demonio aun en el interior de la habitación.

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La iluminación que proporcionaba la fogata cálida en el interior de lo que aún quedaba de taberna, proporcionaba calor al rubio, el aguacero se había proclamado con todo y gloria en Liones luego de los sucesos trascurridos, como si esta ayudara a renacer lo que se había quedado devastado. Gracias a un milagroso arte del destino el pequeño capitán podía beber una que otra botella intacta y comer las reservas de la taberna que aún quedaban.

-Ya se asaron, parecen deliciosas, pero deben saber terribles- musitaba a las porciones de carnes mientras observaba con su típica sonrisa infantil como el fuego las abrazaba para su cocción, a pesar de que su venganza contra su excompañero por la muerte de la peli rozada de antaño había sido concretada, la ira derrochada sobre el demonio morado no solo había surgido por su antigua amada.

Suspiro, haciendo que este fuera interrumpido por aquella voz que tan bien conocía-Sabes que beber no es un buen acompañante cuando tienes sentimientos vengativos- le dijo, podía sentir aquel nudo en su garganta propagándose al igual que varios sentimientos que surgían con rapidez.

Aunque ella siempre fue buena provocaba miles de emociones en él.

La muchacha de cabellos oscuros suspiro, volviendo a retomas las palabras que el rubio aún estaba en proceso de formulación-No crees que deberías dejar de fingir que estas bien- esta vez procuro sentarse al lado del chico que parecía no poder hablar, la mano de la chica tomo la botella de licor que sostenía aun en sus manos cálidas el de orbes esmeraldas para esta verterla en el tarro de cerveza que el chico había encontrado de milagro entre los escombros.

¿Acaso, estaba imaginando cosas?

¿Quizás debía meter las manos al fuego para ver si era la realidad?

¿Estaré soñando?

-¡¿Qué haces aquí?!- grito, tan fuerte como sus pulmones pudieran soltar aire, haciendo que el cerebro de esmeralda comenzara a procesar rápidamente diferentes maniobras de cómo sacar información teniendo la ventaja de que esta se encontrara completamente desprotegida.

Recordando que ella jamás necesito protección, además de ser ella quien era buena en sacar todo tipo de información.

¿Porque tenia que ser buena en todo lo que él no?

-¡Callate!, el hechizo es bueno pero no lo suficiente- le reprocho, mientras su manos frías se iban a tapar la boca del chico.

Definitivamente el rubio cayo en la cuenta de que no estaba soñando, no era su imaginación y tampoco debía quemar sus manos, _____ esta justo a su lado regalándole su ceño fruncido mientras soltaba su cara y boca, una vez que se hallo calmado, la cara del muchacho comenzó a esconderse entre sus cabellos, la mirada descendió hasta el suelo.

¿Por qué le hacía esto? Enredo sus pequeñas manos entre los rubios que poseía.

-Se que no entiendes nada, también comprendo que no me quieras aquí, pero también sé que tienes miedo, de volverte el ser que eras antes- musito, dejando escapar un suspiro.

Sin importar si este le rechazaba y le gritara que se largara, la chica en un movimiento rápido tomo la cabeza del chico para apoyarla contra su pecho por primera vez, pues recordaba bien que fue ella quien estuvo curioseando en el pecho de aquel chico. Envolvió con sus brazos el cuerpo del demonio quebrado que tenia delante de ella y le abrazo tan fuerte como le fue posible.

Las gotas saladas y húmedas comenzaron a descender silenciosamente en el ropaje de la oji oscuro.

-¿Por qué me haces esto _____?- cuestiono bajo un quejido ronco de su voz.

-Las cosas pronto se resolverán, además solo me quedan unos minutos- no era el tiempo ni el lugar para contestar aquellas dudas por ende la muchacha solo le quedaba darle una respuesta llamada esperanza

-¿Por qué viniste?- musito aspirando todo aquel aroma de vainilla que sus nuevos ropajes grises le proporcionaban.

-Hay cosas que es mejor solucionarlas en personas- dijo. Claro estaba, desde aquel momento en que fue participe donde el chico destrozo por completo el mandamiento, fue capaz de observar bajo toda aquella fachada intimidante. Que el terror también comenzaba a proclamar espacio, haciendo sentir a la chica la necesidad de calmar aquel sentimiento, el cual el pecado de la ira no podía comentar con las personas a su alrededor tan fácilmente.

Suspirando aun apegado a ella y comunicando la verdad, salió la respuesta más verídica de sus labios -No lo comprendo-suspiro.

Ella rio, sin antes mencionar "Cumple la promesa de Elizabeth " junto a un "Lo lamento Meliodas, por todo" y de un momento a otro el extraño hechizo se deshizo, abandonándome nuevamente justo en el mismo lugar donde todo comenzó y acabo. 

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Holi!! gracias por esperar, tenia una pequeño dilema en como escribir, pero ya pude expresar lo que deseaba.  También BIENVENIDAS NUEVAS LECTORAS. 

Nos vemos en el otro cap. 

PD: Se dieron cuenta  que Zeldris ya había aparecido fugazmente en esta novela antes de su aparición oficial ( si se dieron cuenta y me dicen donde pueden hacerme una pregunta clasificada, solo la primera que comente xd) 

El pecado de la venganza (Meliodas & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora