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« 𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌 »
—Erza —musitó la blonda entre los cálidos brazos de la nombrada a la par que un intenso tono carmesí se adueñaba de sus blanquecinas mejillas.
La respiración de la taheña se volvió un tanto irregular y los latidos de su corazón aumentaron hasta el punto de sentir que el órgano saldría disparado de su pecho. Desplazó su diestra hasta situarla en la cintura de la contraria, a la cual comenzó a proporcionarle suaves caricias, perdiéndose por completo en aquellos luceros achocolatados que la contemplaban con vergüenza. Sin estar satisfecha con simples mimos y haciendo uso de una confianza que había permanecido oculta hasta aquel instante, presionó sus labios sobre los ajenos en un dulce y tierno beso que fue adquiriendo intensidad a medida que transcurrían los segundos.
—¡Oe, Erza! —un mareado Natsu echó la cabeza ligeramente para atrás y tomó impulso, haciendo chocar su frente contra la de Titania.
Scarlet abrió sus ojos de golpe y paseó su mirada por el vagón del tren, desorientada. ¿Cuántas veces había tenido aquel sueño? No le desagradaba en lo absoluto, aunque resultaba triste que, simplemente, se tratara de un vulgar sueño que jamás fuera a cumplirse. Exhaló con pesadez y centró su atención en el joven de rosadas hebras que se retorcía en el suelo, haciendo su mejor esfuerzo por no vomitar y mantenerse consciente. El simple hecho de que hubiera sido capaz de reincorporarse para despertarla ya era un gran logro.
—Parece que estás despierta —Gray tomó asiento frente a la fémina y le tendió una pequeña botella de agua mineral.
—¡Ánimo, Natsu! —Happy, el cual acababa de llegar con el devil slayer y se encontraba sentado junto al mismo, reía y murmuraba palabras alentadoras cargadas de burla.
Erza se masajeó las sienes con delicadeza e intentó que su cerebro comenzara a funcionar correctamente; todavía no se había recuperado del todo del sueño vivido momentos previos. Quiso intercambiar una mirada con Heartfilia, como si de aquella manera todos sus males fueran a disiparse, no obstante, no la encontró. Enarcó una de sus cejas de manera inquiriente.
—¿Dónde está Lucy?
Fullbuster bebió un buen y merecido trago de agua antes de responder —Cuando fuimos a comprar las bebidas, nos encontramos con Minerva —explicó brevemente mientras hacía uso de su magia para enfriar aún más el líquido—. También está volviendo de una misión y, bueno, se han vuelto bastante unidas estos meses —concluyó, sonriendo levemente al percibir el frío en su bebida.
—Comprendo —murmuró de forma neutral, bebiendo todo el contenido de su botella con rapidez.
Tal vez no fuera la persona más avispada en el ámbito amoroso, pero tampoco había que ser una especie de genio para percatarse de los sentimientos de la maga de Sabertooth por su compañera, y, muy a su pesar, parecían ser más que correspondidos. ¿Debía despreciarse por ser tan egoísta y soñar constantemente con estrecharla entre sus brazos? Por mucho que había intentado autoconvencerse de que aquellos pensamientos de entablar algo más que una maldita amistad con la maga celestial estaban mal, no había llegado a nada, es más, tan sólo se había dañado aún más a sí misma. Sintió una punzada en el pecho al escuchar la melodiosa risa de la rubia retumbar por el tren.
