« 𝐄𝐌𝐁𝐀𝐑𝐑𝐀𝐒𝐒𝐌𝐄𝐍𝐓 »
Lucy Heartfilia se encontraba sentada en una de las tantas mesas de Sabertooth conversando animadamente con su pareja, Yukino Agria. Las magas celestiales llevaban unas pocas semanas saliendo y, por el momento, su relación no podría ir mejor.
A unos cuantos metros de la pareja, Sorano, hermana mayor de Yukino, trazaba veloces líneas en un papel, como si estuviera planeando algo. Adoraba la relación de su hermana y la rubia, sin embargo, quería darles un 'empujoncito'; a pesar de llevar un tiempo siendo novias, continuaban avergonzándose. ¡Hasta se ruborizaban por un simple beso! Aquello debía cambiar.
—Sorano, ¿qué haces? —Sting elevó su mirada e inspeccionó el trozo de pergamino que la maga pintaba.
—Ya lo verás, maestro —canturreó con diversión, terminando de dibujar la última recta y ocultando el escrito tras su espalda.
El maestro de Sabertooth la observó correr hacia Rufus y Orga, ¿qué se traería entre manos? Tratándose de ella, nada bueno. Sin tomarle demasiada importancia a aquello, se acercó a la pareja de magas por la espalda y pasó sus brazos por los hombros de estas, provocando que pegaran un respingo.
—¡Sting! —Yukino se llevó la diestra al pecho y emitió un suspiro de alivio.
—¡Maldito rubio! —por su parte, Lucy le propinó un golpe en la cabeza mientras realizaba un infantil puchero.
—¡Eh, rubia! —simuló sollozar—. ¡Yukino, tu novia es muy agresiva! —se quejó cual niño pequeño, sacándole la lengua a la blonda a modo de venganza.
Los rostros de las magas celestiales adoptaron un color carmesí intenso e intercambiaron una tierna mirada. El Dragon Slayer curvó sus labios en una socarrona sonrisa y se separó de ellas, reprimiendo una sonora carcajada.
—Parece que he interrumpido el ambiente romántico. Ups —rió con potencia al divisar que los sonrojos ajenos se intensificaban—. Nos vemos, parejita. ¡Rogue, pelea conmigo! —literalmente, saltó encima de Cheney y le propinó un puñetazo comenzando, así, una disputa.
—Ese idiota... —Heartfilia llenó sus mejillas de aire y arrugó el ceño con suavidad, todavía sonrojada.
Yukino no pudo evitar emitir una suave carcajada, ganándose una mirada de confusión por parte de su pareja. La observó con cariño durante varios segundos para, acto seguido, entrelazar una de sus manos con la ajena, acercándola a sus labios para depositar un delicado beso en sus nudillos.
—Eres adorable —pronunció en un susurro, aunque lo suficientemente alto para que la contraria la escuchara.
La de hebras doradas se mordió el labio inferior con fuerza y esbozó una boba sonrisa, perdiéndose en los luceros de su amada. ¿Cómo no enamorarse de ella? Resultaba imposible. Pasó su mano disponible por la cintura de la maga y dejó reposar su cabeza sobre el hombro ajeno.
—¿Y me lo dices tú? —Lucy reía mientras depositaba suaves caricias sobre la cintura de la contraria, totalmente embelesada.
Nuevamente, el rostro de Agria se coloreó de rojo y se aferró con fuerza a la figura de su novia. Aquello era como un sueño, un sueño que fue interrumpido con la repentina llegada de algunos de sus compañeros de gremio; Sorano, Rufus y Orga se encontraban frente a la amorosa pareja, portando una amplia y maliciosa sonrisa.
—¡Hermanita! —tiró de uno de los brazos de la menor, separándola abruptamente de su pareja y arrastrándole a saber dónde.
Lucy tuvo que realizar un gran esfuerzo para no perder equilibrio. Una vez se estabilizó, les dirigió una mirada fulminante a los presentes.
—Venga ya, pequeñaja —Orga llevó su diestra a la cabeza de la fémina y la despeinó—. No te enfades.
—Es más, nos lo agradecerás —Lucy observó con evidente confusión a Rufus, el cual se limitó a guardar silencio.
El joven Lohr chasqueó sus dedos y, en un veloz movimiento, su compañero subió a la blonda a su hombro. Tras esto, pusieron rumbo a un lugar desconocido para la joven, que hacía todo lo posible para liberarse.
—¡Rufus, Orga! —Lucy pataleaba sin parar, aunque no consiguió nada, tan solo estimular la diversión de los jóvenes.
Chilló con fuerza, como si alguno de los miembros del gremio fuera a ir en su ayuda. Al cabo de varios minutos, decidió rendirse y someterse a su inevitable destino. ¿Qué destino? No tenía idea alguna de a dónde la llevaban ni nada por el estilo. De pronto, sintió que sus pies tocaban el suelo y se preparó para encarar a los muchachos, aunque lo que divisó la dejó sin palabras.
—¿Qué es...?
La habían transportado a una pequeña habitación que poseía una amplia cama de matrimonio. Sobre esta, habían esparcidos pétalos de rosas de manera uniforme, también, habían algunas velas aromáticas en el mueble que se encontraba junto a la cama. La blonda frunció el ceño y giró sobre sus talones, dispuesta a pedir explicaciones, sin embargo, no encontró a nadie.
—¡Pasadlo bien, chicas! —una cantarina Sorano abrió la puerta de la estancia y empujó a su querida hermana al interior, cerrando la puerta con llave tras de sí.
Lucy se acercó a su pareja y no tardó en ruborizarse; vestía un pequeño vestido transparente que no dejaba absolutamente nada a la imaginación. Las magas celestiales se dirigieron a la cama y cada una se sentó en un extremo sin proferir vocablo alguno.
—Lo siento —se disculpó Yukino al cabo de un breve periodo de tiempo, uniendo y separando sus índices reiteradas veces—. Sorano es m... —fue callada de golpe al sentir los labios ajenos sobre los suyos.
Lejos de alejarla, rodeó el cuello de la blonda con sus brazos e incrementó la magnitud del beso, dejándose caer al cómodo colchón junto con su amada, de la cual se tuvo que separar por la estúpida necesidad de coger aire.
—No me importa —Lucy respiraba con dificultad, aunque aquello no le impidió esbozar una sonrisa torcida—. Ya que estamos aquí, no deberíamos desaprovechar la cama.
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𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ━━ ; sabertooth
Фанфик❛ Historias cortas de Lucy Heartfilia con 'x' miembro de Sabertooth. ❜ ⚠ 𝐃𝐈𝐒𝐂𝐋𝐀𝐈𝐌𝐄𝐑 ⚠ Fairy Tail © Hiro Mashima