Orga x Lucy | Intrusa

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Lucy corría lo máximo que sus piernas le permitían, respirando agitadamente mientras se abría paso entre la multitud. Algunas lágrimas cayeron por sus mejillas. ¿Por qué todo le ocurría a ella?

Al salir de la escuela, algunos estudiantes de Phantom Lord intentaron persuadirla para que fuera con ellos a un 'lugar divertido'. No era la primera vez que le ocurría, sin embargo, ni Natsu ni Gray se encontraban con ella y un sentimiento de pánico la inundó de pies a cabeza. Al no poder pensar con claridad por los nervios y su creciente temor, tan sólo llegó a una conclusión: correr. Podría haber sido un buen plan, no obstante, había pasado por tantos callejones y calles desconocidas para ella... Elevó la mirada y leyó un pequeño cartel: 'Parque de Crocus'. Arrugó el ceño. ¿Dónde se suponía que quedaba aquello?

Un maullido, prácticamente, inaudible la sacó de sus pensamientos. Un felino de pelaje rojizo se acurrucó contra su pierna y todos sus males se disiparon de golpe. Adoraba a los animales y siempre conseguían sacarle una gran sonrisa. Se colocó de cuclillas y acarició su cabeza con delicadeza, provocando que ronroneara ante las caricias. El gato se dejó caer al suelo y giró su pequeño cuerpo, esperando a que su nueva amiga acariciara su barriga.

De pronto, el animal se levantó de un salto y puso rumbo a un lugar concreto. La blonda, bastante desorientada y teniendo como única compañía a aquel felino, le siguió y se metió entre unos arbustos, buscándolo desesperadamente.

—¿Gatito? —pronunció en un tono de voz algo elevado, sin llegar a gritar.

Retiró unas hojas que le impedían continuar y quedó maravillada ante el paisaje que se encontraba frente a ella; se trataba de un espacio rodeado de flores y con un lago de tamaño mediano. Además, podía apreciarse una especie de cesta sobre el césped, como si fuera a tener lugar un pícnic. Estaba tan absorta examinando hasta el más mínimo detalle del conjunto que no se percató de la curiosa mirada de un joven sobre ella.

—Eh —Lucy dio un respingo en el sitio y se llevó la diestra al pecho, palideciendo al instante—. Aquí arriba, pequeñaja.

Arqueó una ceja ante el apelativo utilizado y elevó el rostro, encontrándose con una encantadora casa de madera en un robusto árbol. Un joven de larga cabellera verdosa la observaba con detenimiento desde arriba. Centró la atención en su uniforme: Sabertooth. Si no recordaba mal, se trataba de Orga Nanagear, uno de los jugadores de baloncesto del equipo de dicha institución.

Por su parte, Orga no pudo evitar adoptar una expresión inquiriente; podría decirse que aquel espacio era la fortaleza secreta de su grupo de amigos. Nadie sabía dónde se encontraba a parte de ellos.

—¡Lo siento! —Heartfilia realizó una torpe reverencia y un suave tono carmesí adornó sus mejillas. Sentía que podría desfallecer por la vergüenza—. Estaba con un gato... y... salió corriendo... bueno... —movía sus manos de un lado a otro, como si aquello fuera a otorgarle mayor credibilidad a su historia.

—¿Gato? Oh, espera —se adentró en la casa de madera y salió al cabo de varios segundos, cargando en uno de sus brazos a aquel felino de pelaje rojizo.

—¡Ese es! —afirmó la blonda con evidente emoción.

—Se llama Lector. Es el gato de un amigo —rió entre dientes al pensar en su estúpido camarada; aquel animal seguía vivo gracias a los cuidados de Nanagear—. ¿Sabes? Lector es bastante arisco con los humanos. Me sorprende que te haya guiado.

Bajo la atenta mirada de la fémina, el joven descendió por una escalera de madera, dejando al felino sobre uno de sus hombros. Una vez que sus pies tocaron el césped, caminó hasta posicionarse frente a la intrusa.

—Lucy Heartfilia.

—Ese es mi nombre —rió con cierto nerviosismo, aunque de una manera suave. No le extrañaba que la conociera, pues era la mánager del equipo masculino de baloncesto.

Lector maulló sonoramente y se lanzó a los brazos de la chica. Esta, afortunadamente, reaccionó a tiempo y lo estrechó contra su pecho, afianzando el agarre y asegurándose de tenerlo bien sujeto. El felino frotó su cabeza contra el cuello de la de cabellera dorada, ocasionando que sintiera un leve cosquilleo en aquella zona. Lucy depositó un breve beso sobre una de las diminutas mejillas del animal, ensanchando su sonrisa. No obstante, pasó a ser una mueca nerviosa al visualizar los intensos luceros del contrario sobre ella.

—Lo siento mucho —murmuró—. Es que... me he perdido y... —calló de golpe al percibir una enorme y cálida mano sobre su cabeza. Debía admitir que el tacto resultaba bastante agradable.

—Tranquila, pequeñaja —nuevamente, utilizó aquel extraño apodo—. Aunque, es raro que un hada se aleje tanto de su hogar.

Se removió incómoda en su lugar y se aferró al felino, como si aquello hiciera que todos sus miedos desaparecieran.

—Bueno...

—¿Qué ha pasado? —se llevó las manos a la nuca y arqueó una de sus cejas ante las dudas de la foránea—. No muerdo, ¿sabes?

Ante todo pronóstico, aquella simple oración consiguió que una lágrima rebelde descendiera por su rostro al rememorar lo ocurrido momentos previos. Sin tener intención alguna de presionarla o incomodarla, Nanagear acarició sus finas hebras y mantuvo silencio, dándole un buen lapso de tiempo para responder.

—Los alumnos de Phantom Lord siempre me esperan a la salida —explicó con brevedad—. Es una tontería... pero me dan bastante miedo —trató de reír, aunque, tan sólo fue capaz de manifestar una especie de exhalación seca.

El joven pareció meditar aquello durante varios segundos. Tras esto, desplazó su mano y la entrelazó con una de las de la fémina, arrastrándola hacia quién sabía dónde. Curvó sus labios en una sonrisa sosegada cuando sintió el cuerpo de ella tensarse.

—Te acompaño a casa, pequeñaja. Si nos los encontramos, los machacaré.

—Pero... no quiero molestarte...

Orga la contempló directamente a los ojos y negó con la cabeza, teniendo que separarse al momento al notar que un rubor aparecía en su rostro.

—No sabes cómo llegar y te quiero acompañar —sentenció, dando por finalizada la discusión.

—Bueno —sonrió de una manera un tanto nerviosa y se dejó guiar por su, ahora, nuevo amigo.

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𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ━━ ; sabertoothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora