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« 𝐅𝐄𝐕𝐄𝐑 »
—¡Vuelva pronto! —Lucy curvó su espalda con suavidad para realizar una delicada reverencia.
El anciano cliente sonrió con un intenso rubor adornando sus pómulos antes de abandonar el lugar.
La blonda se felicitó a sí misma con una palmadita en el hombro y contempló el dinero dejado por el hombre con evidente orgullo. Como había ocurrido en bastantes ocasiones, Natsu había provocado grandes destrozos en su última misión, sin embargo, había sobrepasado los límites; la azulada cúpula del gremio de Blue Pegasus había sido destrozada por completo. Como era de esperar, Makarov obligó al equipo del Dragon Slayer a pagar su deuda trabajando en dicho gremio.
Lucy ladeó el rostro y sintió la necesidad de tomar una gran bocanada de aire debido a la situación: Erza golpeaba a un joven en la espalda brutalmente mientras reía escandalosamente, alertando a varios de los presentes; Natsu escupía fuego con gracia, provocando que algunas llamas acabaran en las prendas de vestir de los clientes y, hablando de prendas; Gray tan solo vestía su ropa interior y una elegante corbata de color negro. Por su parte, Wendy, Happy y Charles cargaban con pesadas bandejas que contenían varias bebidas alcohólicas. Si continuaban así, no conseguirían pagar los destrozos.
—¡Buen trabajo, Lucy! —Jenny elevó su pulgar a modo de felicitación y guiñó uno de sus párpados—. Deberías descansar un poco. Te ves cansada —llevó sus manos a los hombros de la contraria y fue incapaz de reprimir su asombro al sentir lo tensos que estaban.
—Soy la única que no espanta a los clientes —exhaló con pesadez y negó con cierta resignación.
La antigua Miss Fiore rió y sintió una gran empatía por Heartfilia. Habían tenido la oportunidad de interactuar más entre sí gracias a sus trabajos de medio tiempo como modelo y reportera en el Hechicero Semanal. Cada vez que le narraba alguna de sus catastróficas misiones, pensaba lo mismo: "¿Cómo era capaz de soportarlo?". Debía tratarse de un ángel.
Un repentino golpe alertó a ambas féminas. Lucy quiso girar el rostro para buscar al causante de aquello, pero Jenny se lo impidió al ejercer algo de fuerza sobre una de sus mejillas.
—Si fuera tú, no miraría —advirtió a la par que formaba una mueca—. Por cierto, tienes la cara caliente, deberías descansar un poco.
—Ni que me fuera a morir.
—Es muy probable que te dé un ataque al corazón.
A pesar de las advertencias, la blonda se deshizo del agarre de Realight y se arrepintió al instante. Una repentina furia la invadió de pies a cabeza y la maga de Blue Pegasus retrocedió un paso; detenerla no era una opción.
—¡NATSU! —el nombrado contempló con una amplia sonrisa a su compañera, aunque cambió su expresión rápidamente al percatarse del inminente peligro al que tendría que hacer frente—. ¿QUÉ SE SUPONE QUE ESTÁS HACIENDO? ¡SUELTA AL CLIENTE!
