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« 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 𝐈 »
—¡Agh! —Lucy arrugó el documento que yacía entre sus manos y dejó caer su espalda sobre el respaldo de la silla, frustrada.
¿En qué momento Makarov y Erza pensaron en ella para hacerse cargo de esa investigación? Ni siquiera el equipo Shadow Gear había sido capaz de atrapar a esos criminales.
Elevó ligeramente la mirada cuando sintió un sutil toque en su hombro para captar su atención, encontrándose con la radiante sonrisa de su mano derecha, la persona en la que podía depositar su completa confianza y que le había ayudado a resolver infinidad de casos en el pasado.
—¡Yo, Luce! —arqueó una de sus cejas con cierta diversión cuando vislumbró el estado de su compañera—. ¿Y esa cara?
—Los putos superiores me han encomendado el caso de Sabertooth —espetó con un tono de voz amargo, incrementando su intenso dolor de cabeza.
La inspectora Heartfilia y su brillante equipo eran los más cualificados para cumplir con dicho caso. No obstante, Lucy sabía que no sería para nada sencillo: Sabertooth se trataba de un grupo criminal bastante conocido en el país. Además, su líder, Sting Eucliffe, había conseguido evadir a innumerables oficiales sin esfuerzo alguno. Adoraba jugar sucio y siempre se salía con la suya.
Lucy observó el magullado documento y releyó toda la información como si fuera a encontrar alguna palabra clave de la que no se había percatado anteriormente.
Por su parte, Natsu apoyó la palma de su diestra sobre uno de los brazos de la silla y se encorvó, paseando sus ojos perezosamente por el papel. Analizar e investigar en profundidad nunca habían sido su fuerte; simplemente, se limitaba a cumplir las órdenes de la inspectora. Lucy no solía cometer fallos y era la persona más confiable que conocía. Esa fue una de las tantas razones por las que aceptó formar equipo con ella sin pensarlo.
—Inspectora —Gray hizo acto de presencia y colocó frente al rostro de la susodicha un documento—. Tenemos un problema.
—¿Otro asesinato? —masculló con el ceño fruncido—. No sé si puedo sobrellevarlo todo, Gray —se llevó el índice y el pulgar al puente de la nariz y lo apretó.
Una sonrisa torcida surgió de los labios del oficial Fullbuster. Sacó de uno de los bolsillos de su pantalón una fotografía y la situó junto al documento del nuevo caso, empujando bruscamente a Salamander para conversar con su superior.
—Estás con lo de Sabertooth, ¿cierto? —la blonda asintió y seguidamente suspiró—. No te frustres, inspectora. Mira esto.
Lucy parpadeó un par de veces y agarró la fotografía, abriendo los párpados de sobremanera. Le arrebató el documento de las manos a Gray y alternó la mirada entre la imagen y la información mientras su cerebro trabajaba cual máquina cuyos engranajes habían comenzado a funcionar. La fotografía mostraba el lugar en el que había ocurrido el crimen, sin embargo, aquello no fue lo que sorprendió a la inspectora, sino la figura trazada con sangre que había en una de las paredes: un tigre, la marca de Sabertooth.
