StingLu | Siesta

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« 𝐍𝐀𝐏 »

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—Este es mi fin —Sting estampó su frente contra el borde de la mesa de madera, ocasionando que el agua del pequeño vaso que yacía sobre el mueble se derramase. 

La blonda sintió sus sienes palpitar con fuerza ante lo infantil y perezoso que podía llegar a ser el maestro de Sabertooth. Habían transcurrido tres largas y tediosas horas desde que habían comenzado a rellenar los documentos que el chico no se había dignado a siquiera leer durante los últimos meses. ¿Llevar el papeleo al día y no dejar que se acumule? Sería lógico para cualquier persona decente que poseyera más de una neurona en funcionamiento, sin embargo, estaba bastante convencida de que Sting no llegaba ni a mononeuronal.

"Menos mal que respirar es una acción involuntaria."

Un pesado suspiro escapó de sus comisuras; hacía un buen rato que la luz del sol se había disipado para dar paso a la noche y, seguramente, vería el amanecer, pues el papeleo parecía que se multiplicaba por minutos. Releyó una de las tantas propuestas realizada por los miembros del gremio y una punzada atravesó su estómago.

—Sting, despierta y explícame esto.

El susodicho hizo uso de las pocas fuerzas que le quedaban para girar el rostro, dejando reposar el peso de su cuerpo sobre uno de sus pómulos mientras paseaba sus luceros por el papel que la rubia mantenía frente a él con evidente cansancio.

Un tenso silencio se adueñó el ambiente, siendo el único sonido presente las rebeldes gotas de agua que descendían por una de las esquinas de la mesa. Lucy emitió un quejido y propinó varios golpes al pavimento con el pie, como si de aquella manera el Dragon Slayer fuera a proporcionarle una respuesta inmediata. Éste, por su parte, procuraba no caer dormido y procesar correctamente la información que contenía el documento.

—Acepta la petición, rubia —bostezó sonoramente.

Un temblequeo se adueñó de una de las cejas de Heartfilia.

—Sting, ¿cómo vas a construir un maldito parque de atracciones en el gremio? ¿Eres imbécil?

El blondo enderezó su espalda y se apoyó sobre el respaldo de la silla —Lo estoy diciendo muy en serio —utilizó un tono de voz tan severo que Lucy dudó en si se trataba de una broma o, simplemente, era demasiado estúpido.

La fémina se inclinó levemente y curvó sus labios en una pacífica sonrisa, la cual no coincidía con su endurecida quijada y la rabia en aumento que adornaba su mirada. No sería la primera ni la última vez que discutiría con Eucliffe debido a las disparatadas solicitudes que aceptaba sin pensar en las consecuencias: esculturas extravagantes, tecnologías de las cuales desconocía su función, prendas de vestir para que los miembros del gremio fueran todos a juego... Cada cual, peor que la anterior. ¿Qué habría hecho Sabertooth de no ser por ella? Seguramente, estarían en bancarrota.

𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ━━ ; sabertoothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora