Capítulo 6 (Lunes)

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—¿¡Estoy enferma dos días y te echas novio!? —gritó Eleanor cuando vio a Anne subirse al autobús que las llevaba al instituto.

La recién nombrada sintió como todo el autobús se quedó en silencio y todas las curiosas miradas fueron a parar a ella. Inmediatamente sus mejillas se calentaron y bajó la cabeza intentando cubrir su roja cara con el pelo. Cuando estuvo ya cerca de su amiga le dijo en un grito-susurro:

—¡Ele, baja la voz! No hace falta que se entere todo el mundo de eso.

Como pudo se metió en el asiento de la ventana, pasando por encima de Eleanor y de sus pertenencias, recibiendo más de una queja de la pelirroja por los golpes que recibía.

Anne observó a Ele, que la miraba con una ceja alzada, de manera interrogante. Le explicó todo lo ocurrido, ya que, como Eleanor había tenido fiebre y jaquecas, no había podido ir al plan del otro día y por lo tanto no había visto el show que se montó en las afueras del centro comercial.

—¡Ah! ¡Menos mal! Eso tiene más sentido que lo que decía mi hermana —exclamó Eleanor después de dejar salir un sonoro suspiro. Esta vez fue el turno de Anne de mirarla alzando una ceja, no muy segura de si quería saber lo que su amiga había mencionado— Creeme, no quieras saber lo que ella va diciendo por ahí a los demás.

—¡Buenos días chicas! —interrumpió Tessa, otra chica que iba en el mismo autobús que ellas. Una vez había entrado y dejado sus cosas en el asiento se giró hacia las otras dos, esperando una respuesta.

—¿Buenos? ¿qué tienen de buenos? —respondió sarcásticamente Mona que llegaba detrás, en un tono cansado y con los ojos medio cerrados mientras soltaba sus mochilas en su asiento y se tiraba encima, dejando salir un sonoro y fingido suspiro— ¡No nos pueden hacer esto! ¿Levantarnos a estas horas? ¿Enserio? ¡Se podría considerar explotación infantil.

—¿Infantil? —preguntó Eleanor— ¿Te consideras una niña pequeña? No sé tú, pero yo soy casi una adulta.

—Umm... —Mona pensó en algo lógico que decir para arreglar su metedura de pata, pero fue interrumpida antes de poder decir nada.

—Pues lo bueno es que ya falta menos para el viernes y que vamos a ver una película en clase de inglés —contestó Tessa intentando desviar el tema de conversación, sabiendo que con esa chica es mejor no discutir. Ya que siempre, de un modo u otro acababa teniendo razón, o por lo menos convenciendo al resto de que la tenía. Yo, personalmente creo que sería capaz de hacer creer a todo el Tribunal Supremo, dura y largamente entrenado de que un hombre culpable de lo que sea, es inocente. Sea o no la verdad.

—¡Anne Black! —exclamó una muy agitada Blanca subiéndose también al autobús, ya que habían llegado a la parada de su casa. La pelinegra casi se cae porque cuando estaba en mitad del pasillo el autobús se puso en marcha haciendo que perdiera el equilibrio. Aunque no le importó mucho, o le impidió cumplir su propósito, puesto que se volvió a enderezar y continuó hablando y acercándose con paso firme.

—¿¡Me puedes explicar que significa esto!? —dicho esto le lanzó a Anne algo a la cabeza y gracias a que ella puso las manos como escudo no acabó con una tremenda marca roja en la cara. Anne abrió los ojos con sorpresa al ver que era una revista parecida a la que Jay le trajo el otro día, solo que era de otra marca y el título decía "Thomas y su nueva... ¿Novia?".

Anne se ruborizó por segunda vez esa mañana e inmediatamente se sintió estúpida por ello. "¿Qué diablos? ¡Pero si a esto no me importa!"

Tessa le arrebató la revista de las manos antes de que ella pudiera reaccionar y tras leer el título miró incrédula a Anne al igual que Mona. Ella se limitó a explicarles brevemente y entre tartamudeos lo que había pasado, y por último les pidió que no se lo contaran a nadie, por el bien de su salud mental.

Siguieron hablando y Anne se anotó mentalmente que tendría que dar las gracias a Ele por cambiar de tema, ya que empezó a hablar sobre la nueva receta de magdalenas que su madre había descubierto, y de ahí siguieron hablando, y de ahí el tema derivó al papel higiénico que Colón decidió llevarse en su tan importante viaje de descubrir América. No me preguntéis cómo.

Cuando cada una se puso a hacer lo suyo, Anne volvió a tener la revista en las manos. Observó la foto de la portada en la que se veía el momento en que él la había agarrado de la muñeca y le había bajado a su misma altura. "El otro día no parecía que estábamos tan cerca" Pensó haciendo referencia a la corta distancia que les separaba. ¡Sus rostros estaban literalmente a centímetros! Se acurrucó en su asiento, levantando las piernas y apoyándolas encima de las de Ele, que estaba a su lado, quedando prácticamente de lado.

Anne se volvió a sonrojar al darse cuenta de la cercanía de sus rostros, y nada más hacerlo se regañó a sí misma. "¿Enserio? ¡Joder Anne! ¡Parece que tienes complejo de tomate!" Se dijo.

Eleanor, sin quitarle la revista a Anne, pasó las páginas hasta llegar a la que salía ella de nuevo. Había otro artículo que narraba lo ocurrido, aunque por supuesto, todo eran mentiras, pero lo que más sorprendió a Anne fue que al final de la página había una encuesta que decía "¿Thomas y la misteriosa chica como pareja? ¿Qué te parece la idea? Entra en nuestro blog, vota y comenta" No pudo evitar soltar un bufido al leer aquello

Anne oyó a Eleanor reírse y luego ésta le dijo.

-Oye Anne, hipotéticamente hablando, ¿Me presentarás a los amigos guaperas y ricos de tu novio?

Anne no pudo evitar reírse y agradeció mentalmente, otra vez, a Eleanor que suavizara ese momento que podría haber sido mucho más incómodo.

No me llames princesa #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora