Capitulo 2 (Princesa y planes fallidos)

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—Venga, yo te acompaño —dijo Katy tomando de la mano a su amiga y tirando de ella hacia la mesa del chico. Cuando Anne se dio cuenta de eso intentó con todas sus fuerzas zafarse del agarre de la pelinegra ¡Hasta casi la muerde!

Gritó como una poseída y varias personas se giraron en su dirección y todo, pero se obligó a sí misma a parar cuando llegaron frente a la mesa donde estaba sentado él.

Anne decidió usar la ley del hielo y permaneció callada los primeros segundos. Sentía la mirada del acompañante del chico con el que tenía que hablar en su cara. Decidió llamarle ChicoSexy#2 porque, siendo sincera, estaba para comérselo.

—¿Os puedo ayudar en algo? —dijo por fin el ChicoSexy#2, preguntándose que demonios hacían aquellas chicas allí, de pie como estatuas.

Anne iba a seguir callada, pero Katy no paraba de pegarle pisotones, que seguramente luego le dejarían marca, por lo que suspiró pesadamente y luego comenzó a hablar.

—Hola, umm... esto, siento molestar pero es que mis amigas y yo estamos jugando a retarnos y ellas me han dicho que tengo que venir aquí y pedirte una cita, así que por favor, ¿me podrías escribir en una servilleta un número falso o algo así? y así yo me iría... —lo dijo todo de corrido y sin parar, porque sí paraba estaba segura de que no iba a querer o incluso poder seguir. Al acabar se dio cuenta que el chico al que le había hablado, es decir: ChicoSexy#1, seguía mirando hacia el batido que estaba apoyado en la mesa frente a él y no daba indicios de haberla hecho ningún caso, por lo que ella insistió, impaciente—. Perdona, te estoy hablando a ti.

—¿Por qué? —fue lo único que contestó él, sin si quiera molestarse en mirarla.

—¿Por que, qué? —dijo ella sin entender, mientras cambiaba su peso de un pie a otro, impaciente. Toda esa situación le daba una extraña sensación, no sabía que era, pero había algo raro en todo ello.

—¿Por qué tendría que darte un número falso? —Anne seguía muy confundida, por lo que no supo que contestar y el chico pareció entender su silencio ya que, aún sin levantar la cabeza se explicó —¿Por qué tendría que darte uno falso en vez del de verdad?

Anne cambió su cara de duda a otra de estupefacción y sorpresa. Quedando impactada por lo que le acababa de oír, preguntándose si iría en serio.

—Pues porque no nos conocemos de nada y soy una extraña que te acaba de pedir tu teléfono, no sé tú, pero yo me asustaría —admitió la morena, esperando esta vez una respuesta más clara por parte del muchacho que le había hablado antes.

—Ya estoy acostumbrado —dijo él levantando la cabeza por fin, mostrando una gafas de sol que parecían nuevas y una sonrisa perfecta de esas que salen en los anuncios de dentífricos, es decir todos los dientes blancos como perlas —. Y además, no estás nada mal. Sería un gusto darte mi número —. La miró de arriba a abajo, como escaneándola con la mirada, y Anne se sintió bastante incómoda por eso.

—Vale, eso es raro y descarado - Contestó ella señalándole con ambos dedos índices para luego poner los brazos en jarras.

—Tu eres la que va por ahí pidiendo citas a la gente —dijo él con una sonrisa de autosuficiencia. Al parecer esa situación le resultaba un tanto divertida.

—Ya te lo he dicho, mis amigas me han retado a hacerlo. No es por placer — aquel chico realmente estaba empezando a irritarla, y eso que no habían compartido más de un puñado de palabras.

—Lo que tú digas, princesa —respondió el joven, con un tono de fingido aburrimiento.

—Ni se te ocurra llamarme así —fue la contestación de Anne, que luego se dio cuenta de que por un momento había olvidado la razón por la que estaba allí, y sí no conseguía su número o algo similar iba a tener que someterse a lo que conlleva el no cumplir un reto de sus amigas, y creedme cuando os digo que no es algo muy bonito que digamos —. Bueno, al caso, ¿vas a dármelo o no? —. Dijo en un tono frío. Sabía que no estaba bien ser tan borde con alguien a quién acababa de conocer, pero en serio ese chico estaba empezando a crisparle los nervios.

—No sabes quién soy yo, ¿no princesa? —dijo él con aire de importancia mientras se quitaba las gafas de sol mostrando unos increíbles ojos azules que hechizaron a Anne durante un momento, pero al segundo le volvieron las ganas de pegarle que se habían formado en su interior.

—¿Acaso sabes tú quien soy yo? —contestó ella cruzándose de brazos e ignorando como la había vuelto a llamar. Mientras, pensaba "yo también sé jugar a ese juego"

—Creo que no tengo ese honor —dijo él con un tono divertido.

—Pues estamos igual —sentenció ella —. Pero, de todas formas, tengo mejores cosas que hacer que estar aquí —finalizó Anne dispuesta a marcharse, pero él la cogió del brazo y tiró de ella hacia abajo obligándola a agacharse a su altura para luego susurrar:

—¿Qué puede ser mejor que estar conmigo, princesa?

—¿Es acaso esa una manera cutre de ligar? —contestó Anne, y se dio cuenta de que también estaba susurrando, por lo que subió el tono de voz —. Además, se realista ¿Quién, en su sano juicio, querría salir con alguien con el ego más alto que el Everest?

—Te recuerdo que tu has venido dispuesta a pedirme una cita.

—No pienso volver a explicarte por qué estoy aquí, si tienes un retraso mental no es mi problema.

—¡Oh,vamos! Admítelo de una vez, en el fondo no quieres irte. Es más, estoy bastante seguro de que parte de ti muere por mí —Anne soltó una carcajada al oír tan patético comentario. Se incorporó de nuevo mientras negaba con la cabeza y pensaba en toda la confianza que tenía ese chico en sí mismo para ser tan joven —. Y respecto a tu otro comentario, muchísima gente mataría por estar conmigo.

—¿Eso es lo que te repites todas las mañanas al espejo?

—No tengo que repetirme nada, es la verdad.

—Bueno, pues en ese caso dejaré que todas esas personas tan desesperadas como para andar detrás de ti vengan y yo me iré.

—Los dos sabemos que no te quieres ir, así que porque no dejas de lado ese orgullo tuyo y tú y yo disfrutamos de una película el viernes.

—¿Primero me llamas orgullosa y luego pretendes que salga contigo? Creo que tu táctica tiene algunos fallos —dijo ella para después coger de la muñeca a su amiga, que había estado todo el tiempo escuchando anonadada, y echar a andar lejos de aquel extraño personaje.

—Me suena la cara de ese chico. Yo lo he visto antes —afirmó Katy para sí, mientras que Anne tiraba de ella.

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¡¡Holaa!!

Ahí el segundo capítulo, es mi primera novela así que...

¿Quién pensáis que será el vanidoso (pero sexy) chico misterioso? (Es un poco obvio, ¿no? Jeje)

¡Nos vemos la semana que viene!

¡¡Votad y comentad!!

Besooos

~Audrey

No me llames princesa #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora