Capítulo 43 (Rechazos)

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-Vale, esto ya es de broma. ¡Ha pasado casi una semana! - se quejó Thomas mientras se dejaba caer sobre la confortable silla negra de su despacho.

-Y tú estás preocupado - contestó Logan, quien también estaba sentado, pero en uno de los sillones junto a la enorme ventana que dejaba ver los enormes rascacielos -. Qué adorable Tommy - añadió poniendo una pose femenina, colocando la mano derecha a la altura de su cabeza con la palma hacia afuera, y la otra mano en su mejilla.

-¡Oh, cállate! - volvió a quejarse el moreno.

-Yo creo - siguió hablando Logan ignorando a su amigo - que estás empezando a sentir algo por esa chica, y me refiero a algo más que una simple atracción.

Aunque cierto es que ambos sabían que Logan no era lo que se dice un galán en cuanto a temas amorosos, sobre todo teniendo en cuenta el reciente suceso con Katy, Thomas no pudo evitar pensar que su amigo tenía algo de razón.

Habían pasado ya cinco días desde que Anne y él hablaron por última vez, y desde entonces no sabía nada de ella. A ver, no es que Thomas pensara que después de lo ocurrido él y ella iban a poder ser amigos o algo así, pero sí que le había escrito algún que otro mensaje y le había llamado un par de veces.

-La verdad es que esto me está matando - habló de repente Logan - y me está matando porque te tiene a ti absorto y eso significa que te pasas el día ensimismado, por lo que yo me aburro como un mono. Y aunque al principio era divertido verte así, ya no mola. Por ello, como buen amigo que soy, te confieso que ya suponía que ibas a reaccionar así, así que he conseguido que me cuenten lo que le pasa a Anne y, tranquilo fiera, solo tiene un resfriado y está recluida en casa.

En ese momento miles de cosas pasaron por la cabeza de Thomas, desde el querer matar a Logan por no habérselo contado antes, hasta cuestionarse por qué había estado tan preocupado, sobre todo ahora sabiendo que no es que le ignorara, sino que estaba enferma, lo que hacía aún más patética su reacción durante esos días.

-Bueno, aunque esté resfriada, podría haberme contestado los mensajes o devuelto las llamadas, ¿no?

-Mira, yo ya he cumplido, ahora te dejo a ti con tus rayadas mentales, y cuando te aclares ya me contarás - contestó Logan exasperado por la insistencia de su amigo en ese tema que el ya daba por zanjado.

Y así fue como Thomas se pasó día y medio debatiendo con su interior qué hacer, hasta que por fin, tras una larga noche de insomnio, en la cual no paró de dar vueltas por la cama mientras tampoco podía dejar de pensar en Anne. Decidió dejar todo de la lado y abrir una caja de Pandora.

Y ahí estaba él al día siguiente, plantado de pie delante de la puerta del instituto donde Anne estudiaba y mirando a todos lados para ver si la encontraba.

Para su suerte llegó antes de que comenzaran las clases y se encontró únicamente con el conserje, quien le dejó esconderse en su garita para no ser visto y reconocido por todo el que pasara.

Aunque le habían asegurado que Anne había ido a clases el día anterior y que ya parecía recuperada, por lo que no había motivos por los que no debería atender ese día, no pudo evitar pensar en lo bochornoso que sería él estando allí esperándola para que luego ella no apareciese.

Para su propio alivio sus dudas se disiparon al verla entrar al instituto unos minutos tarde, algo que no era nada raro en ella. Y al verla allí, con su sonrisa reconfortante y no con la cara de amargura que llevaba el ultimo día que se vieron, no pudo evitar soltar un leve suspiro de alivio, aunque ni él sabía por qué.

De todas maneras aquel sentimiento no duró mucho, ya que cuando Anne le vio, su rostro perdió toda clase de expresión, algo que a Thomas no le gustó nada.

-¿Qué haces tú aquí? - Fueron las únicas palabras que ella le dirigió cuando él se hubo acercado para entablar conversación.

-Ya claro, ahora finge que no te mueres porque venga a visitarte - dijo él en tono burlón. Y cuando ella no le respondió con algún comentario sarcástico, ¡ni siquiera rodó los ojos! fue allí donde Thomas se empezó a asustar, ya que se dio cuenta de que Anne sí estaba enfadada por lo que ocurrió el otro día.

-¿Qué quieres? - volvió a inquirir ella.

-Hablar contigo - contestó él esta vez sin rodeos.

-Ya, pues, como tú mismo dijiste, esto no puede ser. No habría manera de que esto funcionara. Tú eres como eres y como al parecer no te importa nadie más que tú mismo, será mejor que lo dejemos como está.

Y, sin más demora, giró sobre sus talones y se dirigió hacia clase, dejando a Thomas con la palabra en la boca.

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¡Hola! :)

¡Vaya, cuánto tiempo!

Seré breve, no os preocupéis. Bueno, esto básicamente es para ir avisando de que esto empieza a llegar a su fin.

Aún quedan algunos capítulos más, pero tampoco trillones. Por ello quería avisaros de que pienso seguir con otros dos libros más, y que están relacionados con esta historia... *-* {Yo ya lo tengo todo pensado... Muajaja}

¡Así que así es! Supongo que nos seguiremos leyendo un poco más ;)

Nos vemos la semana que viene.

Votad y comentad :)

~Audrey

No me llames princesa #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora