Anne se despertó la mañana siguiente con un tremendo dolor de cuello y tuvo que contener las ganas que tenía de lanzarse sobre su amiga y estrangularla.
Audrey las había convencido a todas para que se quedaran a dormir en su casa, lo cual significaba tres cosas: maratón de películas de Harry Potter (Así es, Audrey tenía una obsesión con eso), comida basura hasta en los calcetines y que todas durmieran en el suelo alrededor de su cama.
A todas les encantaban esas noches de chicas, pero los efectos secundarios no molaban tanto, ya que generalmente se pasaban varios días utilizando expresiones frikis relacionadas con Harry Potter. También ninguna podía comer normal hasta pasado un tiempo, cuando sus estómagos habían conseguido digerir la enorme cantidad de patatas que se habían tomado, lo cual equivalía a su propio peso, y por último, pero no menos doloroso, era tener que soportar el tremendo dolor de espalda causado por dormir en un suelo de mármol.
Un sonoro rugido hizo que Anne saliera de sus pensamientos y arrastrándose por el suelo, literalmente, se dirigió hacia la puerta para ir a alimentar a su tripa, que había causado tal estruendoso sonido. Cuando bajó a la planta de abajo se encontró a Katy sentada en la mesa de la cocina con la cabeza apoyada en esta misma y con lo que parecía ser una manzanilla.
—Prometo no volver a tomar una gominola en mi vida —dijo la pelinegra al notar la presencia de Anne, la cual dejo escapar una pequeña risa al oír tan patético comentario. Abrió la nevera, dispuesta a buscar algo con que alimentarse pero que no la hiciese vomitar, cuando el sonido del timbre le impidió completar su propósito. Arrastrando los pies cruzó el salón y abrió la puerta sin importarle que estuviera en pijama y con unas pantuflas de perrito. El cansancio y la pereza eran mayores que todo.
—Contigo quería yo hablar —dijo Jay, el novio de Audrey, entrando a trompicones en la casa, parecía bastante agitado. Anne, sorprendida, le siguió hasta la cocina, donde Jay saludó a Katy y ésta, en respuesta, levantó la mano e hizo un extraño sonido con la boca.
—¿Sabes lo qué me ha pasado esta mañana? —empezó él dirigiéndose de nuevo a Anne—. Iba yo a comprar el periódico como todos los domingos, y cuando llego al quiosco me encuentro con esto —lanzó una revista a la mesa, que Anne no había notado antes. Ella lo miró extrañada y él le indicó con la cabeza que la cogiera. Anne lo hizo, y casi vomita al leer la portada. El título decía bien grande y con letras fucsias "Fan se acerca a hablar con Thomas Adams y acaba... ¿Huyendo?", y como foto principal se veía claramente a Anne y a Katy, hablando con el chico del día anterior.
***
Aproximadamente a las once y media de la mañana, ya estaban todas duchadas, arregladas y bien despiertas. Bethany sujetaba la revista en sus manos, abierta por las dos caras que habían dedicado a la charla de Anne con el chico, mientras todos en la sala aguantaban la respiración, esperando a que comenzara a leer.
—"Ayer, en el centro comercial Big Fish se produjo una escena de lo más curiosa: Mientras nuestro actor favorito Thomas Adams, (protagonista de la saga Timeless, Oliver Benson y otras películas y series) se tomaba un merecido descanso tras la grabación de su nueva película Twist, un par de admiradoras se le acercaron en lo que pareció ser un intento de flirteo, y tras una conversación un tanto... emotiva, una de las chicas prácticamente arrastró a la otra lejos de aquel lugar, con una cara no muy amigable que digamos, al parecer no muy encantada con el resultado de esa corta charla, más adelante conseguimos que Thomas nos explicara lo que ocurrió, sus exactas palabras fueron "Yo solo intentaba ser amable, pero al parecer esa chica tiene... un carácter fuerte, aún así ha sido divertido,"...
Cuando terminó de leer hubo un pequeño silencio, mientras todos trataban de asimilarlo. Demasiada información de golpe. Fue Katy la que primero habló diciendo.
—¡Ya decía yo que su cara me sonaba! Es un actor, ¡por el amor de Dios! ¿cómo no me di cuenta antes? —y dicho esto le arrebató la revista a Beth de las manos.
—Era la portada de prácticamente todas las revistas de cotilleos —anunció Jay.
—¿Qué piensas hacer? —le preguntó Audrey a Anne y, de repente, todas las miradas fueron a parar a ella. Lo meditó un momento en silencio, algo que aumentó notablemente la tensión del ambiente.
—Nada —respondió firmemente. Todos la miraron como si estuviese loca, a lo que ella respondió —¿Qué pretendéis que haga? Ir a la primera imprenta y decir "¡Hey, mirad! soy yo la que casi le arranca la cabeza a su preciado ídolo el otro día"
—No, a ver, así no, pero yo qué sé, podrías ir y... ¡Explicarles todo! —propuso Katy —y así no parecerías una loca con problemas hormonales.
—Vale, lo primero, no dramatices que tampoco han dicho nada que merezca la pena. Y, segundo, ¡quieres relajarte! —contestó Anne al ver que su amiga parecía hiperventilar. Aunque, hablando con sinceridad, ella no se sentía muy bien.
Pudieron estar así el resto de la mañana, pero luego tuvieron que lidiar con un problema mayor: la madre de Audrey que las obligaba a comerse un plato de macarrones con queso extra grande mientras les decía lo irresponsables que eran por inflarse de golosinas que solo dañaban al organismo, y que ya eran muy mayores para seguir con esas niñerías.
A las nueve y media de la noche Anne echó a andar hacia su casa, le diría a su madre que fuera a buscarla, pero toda su familia se había ido el fin de semana de excursión a la montaña. Ella no había podido ir ya que el día que se fueron estaba enferma y su madre no la dejó salir de la cama.
Cuando llegó se metió en su cuarto pensando que por qué justo ella, de todas las adolescentes del planeta, le había tocado a ella ser la que se topara con ese estúpido y engreído niño rico. Se dio un baño de agua caliente, ya que necesitaba relajarse y pensar. Se puso el pijama. Se metió en la cama y cuando estaba a punto de caer en los brazos de Morfeo su móvil vibró en señal de que había recibido un nuevo mensaje. Sacó la mano de su cómoda y caliente cama, y casi se le sale el corazón al leer lo que ponía.
De: Anónimo
Para: Anne Black
Mensaje: Dulces sueños, princesa.
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No me llames princesa #Wattys2016
Teen Fiction-¿Qué puede ser mejor que estar conmigo, princesa? -¿Es acaso esa una manera cutre de ligar? Además, se realista ¿Quién, en su sano juicio, querría salir con alguien con el ego más alto que el Everest? - Dijo Anne ignorando cómo la había vuelto a ll...