Capítulo 9 (Noche de charla)

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Maratón 2/4

POV Beth

El viernes por la noche me desperté de repente toda sudada, con las sábanas hechas un buruño a los pies de mi cama y con la respiración agitada.

Otra vez había tenido una pesadilla, bueno, no una cualquiera, sino LA pesadilla. Os explico: el sueño empieza con un parque de atracciones, varias personas a las que no consigo reconocer, Channing Tatum y yo nos subimos en una gran montaña rusa. Todo es genial hasta el momento en el que deja de serlo. La atracción se para en la cima de una curva y los vagones de atrás se desencadenan del resto y caen hacia abajo, pero lo que antes era suelo ahora es vacío, una especie de agujero negro.

Así empieza, pero lo que más me molesta es no acordarme de cómo acaba. ¡Es agobiante no saber qué es lo que te hace llorar!
Abro la ventana y una ráfaga de aire helado entra. Sip, ¡gracias viento por demostrarme que es invierno! Salgo por la ventana y me siento en el tejado del garaje, que da a mi habitación. Me muevo a cuatro patas, es decir, a lo perro y tiro piedrecitas a la ventana de la habitación de Anne. ¡Oh!, ¿no lo sabíais? Somos vecinas. Y su cuarto da a mi garaje, por lo que no me cuesta mucho entrar en su habitación.

Desde fuera veo como un bulto en la cama se mueve, por lo que sé que la he despertado. Sigo golpeando el ventanuco, pero paro cuando oigo un grito que proviene del interior de la casa.

—¡ANNE BLACK, TE JURO QUÉ COMO NO LEVANTES TU CULO DE LA CAMA Y VAYAS A ATENDER A TU AMIGA VOY A IR YO A TIRAROS A LAS DOS POR LA VENTANA! —creo que fue Christian el que gritó, aunque por la distancia no pude distinguirlo bien.

Anne soltó un gruñido en forma de grito antes de salir de su fortaleza de peluches y dirigirse con los ojos cerrados hacia mí. Tuve que contener la risa cuando vi que se pegó un golpe tremendo cuando se chocó con... ¿una rueda de hámster? ¡Pero si ella no tiene hámster! ¡Ja! Eso le pasa por no hacerme caso cuando le digo que debe recoger la habitación ¡Para que luego diga que no existe el karma!

—Como no me estés llamando porque estás presenciando el apocalipsis te prometo que te mato.

-—Oh, venga ya! ¡Cacho vaga! —dije ayudándole a salir y a sentarse a mi lado.

—¿Otra vez? —sabía que se refería a si había tenido otra vez la pesadilla. Ella interpretó mi silencio como un sí y suspiró— ¿Sabes?, he decidido que vas a empezar a pagarme por esto. Si me vas a pegar tu insomnio, por lo menos quiero sacar algo a cambio.

Sus palabras me sacaron una sonrisa, por lo que ella sonrió también al ver que había conseguido alegrarme. Yo dejé salir una corta risa. A los pocos minutos las dos nos estábamos riendo sin parar, llorando y revolcándonos sobre las tejas. Parecíamos borrachas perdidas.

"Es el cansancio"

"Muy bien Beth, buena escusa..."

"Espera, ¿estoy hablando conmigo misma?"

"Sip" Contestó mi yo interior.

"Vale, ahora si que me estoy volviendo loca"

No me llames princesa #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora