'Mi querida Mónica:
Llevo dándole vueltas a lo que te quería decir desde el segundo en que me pediste que leyera unas líneas hoy. Y la verdad es que no ha sido nada fácil, porque es que hay tanto que contar, que recordar, que quiero que sepas.
Durante estas últimas semanas he intentado encontrar la mejor manera de hacerlo, buscando entre palabras bonitas de Shakespeare o de Pablo Neruda. Recordando momentos, revolviendo entre anécdotas. Riéndome yo sola al acordarme de todas aquellas cosas.
Y es que llevamos toda la vida juntas, compartiendo cada etapa, evolucionando, soñando con el futuro, planeando, y equivocándonos también. Y ahora, aquí estamos, tú a punto de empezar una nueva aventura, una buena, de las de verdad, y yo animándote a continuar. Y lo mejor es que sé de antemano que todo va a salir bien, porque te llevas a un estupendo compañero de viaje, al mejor.
Hasta hace nada el equipo lo formábamos tú y yo, con nuestros rituales, nuestras tradiciones, y nuestras pequeñas manías de hermanas: El jueves, tarde de cine. Los días que llueve, solo con patatas. Y la que más me gusta es la de querer, disfrutar y anteponer nuestra familia a todo.
Un día, hace no mucho, Derek apareció en tu vida, y desde entonces, desde ese primer momento, he estado soportándote mientras hablabas de él, día y noche, constantemente. Al principio era "el chico mono de tu clase de piano" luego pasó a ser "el chico odioso de tu clase de piano" más adelante fue "el que te medio secuestro para salir en una cita contigo" luego se convirtió en "tu novio al que papá sometió al polígrafo" y por último se ha transformado en "tu marido".
Al final, después de tantas vueltas me he dado cuenta de que no hace falta tanto royo, porque de eso trata la vida, de ser feliz y de saber que entre el millón de opciones que te daban, has elegido la mejor, habéis elegido la vuestra.
Os quiero mucho.'
En cuanto Bethany acabo su discurso todos los presentes estallaron en vítores y aplausos. Dándole a la rubia el reconocimiento que se merecía por esas tan bonitas palabras.
Mónica se secó las lágrimas que asomaban en sus ojos. Se levantó y abrazó a su hermana con toda la fuerza que tenía dentro.
En ese momento incluso Anne se sorprendió de notar sus ojos acuosos. Por lo que, con una sonrisa tomó la servilleta blanca con bordados que se encontraba apoyada en la mesa frente a ella y se la pasó por debajo de los ojos, teniendo mucho cuidado de no estropear el maquillaje que tanto le había costado ponerse.
Al levantar la cabeza se sobresaltó al ver que Theo, que estaba sentado junto a ella, la miraba atentamente, e incluso le cogió la mano, provocando que la morena se tensara.
No es que a Anne no le cayese bien Theo, sino que era más bien que no le veía más que como a un amigo. Aunque Anne era consciente de los sentimientos que él tenía respecto a ella y que no era justo dejarle sufrir con la incertidumbre de si ella sentía lo mismo, no tenía el corazón para decirle que no estaba interesada.
Poco a poco Anne se fue relajando, pero estaba dispuesta a soltarse de su agarre en cuanto tuviera la ocasión.
A lo lejos vio como Thomas salía de la carpa y se dirigía al exterior, e incluso se sintió tentada a seguirle, pero luego pensó que no tenía motivos para hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
No me llames princesa #Wattys2016
Teen Fiction-¿Qué puede ser mejor que estar conmigo, princesa? -¿Es acaso esa una manera cutre de ligar? Además, se realista ¿Quién, en su sano juicio, querría salir con alguien con el ego más alto que el Everest? - Dijo Anne ignorando cómo la había vuelto a ll...