Fragmento capítulo 6

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Me sentía dentro de una cueva oscura y terrorífica de la que no había salida. Estaba tan enojada, porque yo era una horrible persona. ¿Qué se supone que pensó mi madre cuando se enteró que su hija, había tenido sexo con el mismo hombre que ella? Gracias a Tate había terminado de resignarme, ya no la buscaría, ya no trataría de encontrarla, porque tenía suficientes razones para odiarme y eso estaba bien. Solo conseguiré su teléfono y se lo daré a Shawn, pero no voy a llamarle.

Tomé una libreta, una pluma y me senté a escribir en el suelo.

Me he pasado días llorando,
mis ojos arden,
estoy furiosa
y no sé con quién.
Nunca,
esa palabra me gusta,
aún no sé qué significa.
Siempre,
me parece un mito estúpido.

Estoy muy mal.
Mi boca sabe a cenizas,
y no me he terminado el café de las tazas.
Hay un montón de botellas vacías,
y tengo una pesadilla fantasmal
que me persigue en las madrugadas.

Me entretuve creando un poema que ni siquiera para mí tenía sentido, sostenía el sexto cigarrillo de esta mañana con la mano izquierda y la pluma en la otra, mis lágrimas cayeron varias veces sobre la hoja. Era muy mala escribiendo pero no sabía como expresarme, solo quería que el dolor disminuyera.

Cuando esto me pasaba solía llamar a Lauren, pero ella se encontraba de gira y además era novia de Camila, obviamente la elegiría a ella. Tal vez nunca fueron mis amigas, solo estaban conmigo para tener una casa en la cual pudieran verse sin que las persiguieran los paparazzis. Las amaba como hermanas... Eso me quebraba mucho más.

Oficialmente estaba sola.

☆☆☆

Domingo otra vez, una semana exacta de no ver a Tate... Ya no quería pensar en él porque recordaba al par de especímenes perfectos con los que me engañó. Yo nunca sería un tercio de atractiva de lo que era alguno. Diablos... ¿Cómo podría conformarse conmigo cuando los tenía a ellos? ¿Por qué nunca soy suficiente?

El nudo de mi garganta se clavó contra mi piel, hace días que no pronunciaba palabra por su culpa. Sentía que cuando intentase hablar solo lloraría ruidosamente.

Tomé el control de la tele y busqué algún canal de música, cuando encontré uno  miré fijamente el suelo hasta que me sumergí en la letra de la canción. Sentí que cada palabra me describía, que había sido hecha para mí. Que tal vez alguien en el mundo me comprendía y podría tomar mi mano para que todo estuviese bien. Porque antes de todo esto, yo creía que iba a estarlo, si alguna vez lo pensé tal vez ahora podría hacerlo de nuevo. Pero no solo eso me golpeó, porque además de sentirme identificada había algo hermoso en la melodía.
Algo que cautivaba y hacía latir el corazón frenético. Algo que me conmovió hasta las lágrimas pero que también me hizo sonreír.
Entonces lloré sintiendo algo cercano a la felicidad, porque acariciaba mi alma y calentaba mi pecho. Pero también de tristeza, porque aveces la vida era un poco demasiado.

Estaría bien, así que simplemente seguiría con mi vida. Mañana iría a la escuela y afrontaría al mundo.

Esa noche después de recostarme en la cama acaricié mi cabello con mi mano y canté un pedacito de esa canción hasta que pude dormirme.

☆☆☆

Cuando amaneció me levanté temprano y me arreglé. Me vestí con una falda lápiz de cuadros color azul, una blusa blanca de botones. Me abrigué con medias negras y una chaqueta de cuero. Traté de ocultar milagrosamente mi tristeza esmerándome en el maquillaje. Y cuando tomé el labial decidí escribir algo diferente esta vez. Pensé por largos minutos hasta que lo decidí.
Eres valiente.

Sonreí tomando mi mochila y caminé hacia la motocicleta que aguardaba en la cochera. Había sido de mi papá y sabía conducirla, pero solo la usaba en ocasiones especiales.
Me detuve en el estacionamiento pero antes de bajar le envié un mensaje a la supervisora de área textil de la marca de mamá y le pedí su número.

Cuando entré al plantel un montón de miradas indiscretas se posaron en mi figura, analizándome centímetro a centímetro. No pude evitar caminar mirando el suelo debido a la incomodidad. Estoy segura de que escuché mi nombre entre varios cuchicheos, mi corazón dió un vuelco y tuve ganas de reír de lo nerviosa que estaba. No porque me divirtiera, si no porque así reaccionaba mi cuerpo ante estas situaciones. Cuando llegué al salón de clase me senté al final. Cada compañero que iba llegando me miraba, algunos incluso me señalaban mientras hablaban con sus amigos, escuché varias carcajadas.

La maestra de Cálculo al leer mi nombre en la lista de asistencia me miró con lástima y todos lo notaron. Me repetí constantemente que podría haber sido peor.
Cuando llegó el receso caminé hacia la cafetería pero en ninguna de esas mesas había espacio para mí.

— ¡Melody! Siéntate aquí- exclamó un chico llamado Thomas, creo, lo había visto varias veces en los pasillos. Sin pensarlo comencé a caminar en su dirección pero otro grito me detuvo.

— ¡Parece que Thomas quiere pasarla bien!- exclamó una voz masculina en la mesa de a lado, escuché varias risas en el lugar. Sentí que se me escapó el aire por unos segundos. El chico que me había hablado anteriormente había sonreído.

— ¡Tal vez!- exclamó guiñándome un ojo.
Estaba claro que lo habían orquestado.
Me di la vuelta y salí de ahí. Mis mejillas estaban calientes por la vergüenza. Me metí a un cubículo de los baños y respiré una vez tras otra tratando de calmarme. Limpié con rapidez la lagrima que se me escapó, pero enseguida llegó otra que también contuve.
Entonces escuché que alguien entraba al baño.

— Pobre, yo no sé qué haría en su lugar- habló una voz femenina.

— Pues eso nunca te pasaría a ti, tú no vas por la vida acostándote con cualquier tipo y menos dejando que te tomen fotos desnuda- le recriminó otra voz.

— Lo sé.

— Además tú te verías bien en esas fotos-
se rió — Melody no es bonita, además de que está plana de las caderas para abajo- agregó haciendo que su amiga se riera.

— Eso es cierto, cambiando de tema, ¿vamos a ir al cine hoy?

— Si pero...

Escuché que la puerta se cerraba haciendo sus voces inaudibles. Solté un suspiro cansado, solo quería echarme a llorar pero seguí en mi tarea para contenerme. Nadie debía enterarse de que me afectaba.

Bad reputation |Shawn Mendes|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora