Fragmento capítulo 4

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— Me parece justo que lo preguntes, ya que te he obligado a contarme cosas muy personales- murmuró mirándome fijamente— mi padre es una persona muy dominante y mi madre es muy dulce, odio admitirlo, pero la palabra correcta es sumisa... Los amo por igual... Pero mi padre la engaña constantemente con cualquier mujer y no se molesta en ocultarlo, aveces es demasiado violento con ella y yo no puedo hacer nada... Le lastima de todas las formas posibles, pero siguen amándose, o eso es lo que dicen- para este punto el mar de sus ojos se desbordaba por el lagrimal en una ola salada, su mirada era una marea peligrosa.

Me incliné sobre el extremo de la mesa que nos separaba y acaricié su rostro con el mío en un ritmo pausado, rozando nuestras facciones, secando sus lágrimas con mis mejillas, uniendo nuestros labios en un toque fugaz. Al igual que él en la madrugada comencé a repartir besos por toda su cara. Él sonrió dulcemente pero también parecía arrepentido. Ya no quería preguntarle más porque personalmente no era capaz de contar la historia completa.

— Si un día de estos hay problemas en tu casa y deseas escapar aunque sea un rato, puedes venir, hay habitaciones de sobra en este ridículo lugar.

— Gracias, si tú te sientes sola o demasiado triste, llámame y vendré. Ahora tengo que irme porque no quiero que mis padres reporten mi desaparición- admitió con una risita al final.

☆☆☆

Estábamos acostadas en mi cama,  Camila veía el celular, Lauren el techo y yo tenía un libro en las manos que en realidad no estaba leyendo. Ninguna sabía que estábamos haciendo ahí. Por eso cuando la chica de ojos verdes habló todas pusimos más atención de la acostumbrada.

— En los libros que he leído casi siempre la protagonista tiene baja autoestima, es tímida y antisocial, le da miedo hablar en voz alta o llamar la atención. Y la "mala" siempre es egocéntrica, segura de si misma, quiere verse bien y le encanta destacar entre los demás- farfulló haciendo comillas con los dedos y moviendo las manos de un lado a otro.

— ¿A qué quieres llegar con eso?- preguntó la morena con curiosidad después de unos segundos de silencio. Lauren sonrió contenta por nuestro interés.

— Que aveces en las tramas suelen romantizar la inseguridad.

Mi otra amiga y yo nos quedamos en silencio unos minutos, meditando sus palabras. Tuve un sentimiento extraño cuando mis ideas se orientaron y comprobé lo que decía.

— Nunca lo había pensado así- confesé con una sonrisa.

— Si se dan cuenta, también el villano sufre injusticia. Porque en esa clase de tramas la chica "mala" queda como una loca por sentir celos cuando su novio muestra interés en otra, lo peor, él sale limpio a pesar de no ser honesto con ella cuando le hizo creer que la quería - reclamó Camila.

— La protagonista también merece un juicio, ¿quién nos dice cuál es el bueno y cuál es el malo?- pregunté al aire con el ceño fruncido.

— Tal vez eso ni siquiera existe, solo son personas que hacen lo que desean cometiendo el error de no tomar en cuenta los sentimientos de los demás.

— Deberían avisar al lector, digo, antes de que deseemos pegarle a un personaje solo porque besó a su novio frente a la nerd- Bromeé y las tres reímos.

— Vaya, creo que nunca hemos tenido un debate tan entretenido.

Después de aquello decidimos que teníamos hambre y me ayudaron a preparar la cena. Una vez consumimos los alimentos les dije que me iría a dormir temprano. La verdad es que solo quería comprobar algo que me rondaba la mente desde hace tiempo. Así
que las dejé solas en la sala y subí a mi habitación, cerré la puerta con mis acostumbrados portazos pero sin meterme. Después bajé de nuevo en silencio, caminando con las puntas de los pies. Me asomé desde una pared y las miré a hurtadillas. La escena frente a mí me dejó atónita.
Mis amigas se estaban besando apasionadamente sobre el sofá, sus manos recorrían sus cuerpos sin pudor, soltaban gemidos bajos.

Me sentí muy incómoda, un miedo se agitó en mi interior, me alejé de allí con rapidez y me encerré en mi cuarto de manera sigilosa, dejé la puerta entreabierta para no levantar sospechas.

☆☆☆

Ya habían pasado algunas semanas, Lauren y Camila aún no me habían confesado su relación secreta, ni siquiera me decían que eran bisexuales u homosexuales, o lo que fueran. Me sentía algo enojada al respecto ya que no se dignaban a ser sinceras conmigo, como si fuera a juzgarles.
También estaba triste, porque yo las consideraba mis amigas, pero no sabía si ellas en verdad querían serlo. Tal vez solo me tenían lástima...

Por otro lado con Tate todo estaba muy bien, ya habíamos salido varias veces, incluso él venía a visitarme sin avisar. Era bonito no tener que pedírselo. Estábamos subiendo de nivel poco a poco, nuestros besos también lo hacían. La idea de tener sexo me asustaba, porque no sabía si estaba preparada para que viera mi cuerpo. No cuando a mi no me gustaba.

Pensando en aquello caminé frente al espejo del vestidor.
El problema con mi cuerpo era que mis bubis eran demasiado grandes y por ello no podía ponerme playeras anchas, pues me hacían ver gorda. Mis piernas eran muy delgadas, mi trasero no existía.  Por lo cual tampoco podía usar jeans ajustados o leggins. Era delgada, pero mucho más alta que las chicas de mi edad, mi estatura hacía que mis pocos atributos se vieran aún menos. No tenía  esa apariencia delicada y adorable, ni unos ojos exóticos y mis brazos eran muy gordos. Mi rostro era el colmo, tenía acné y esa mancha blanquecina que recorría desde una de mis cejas, cruzando diagonalmente por mi nariz hasta mi mejilla derecha. Primero no sabía que era hasta que fui al doctor, lo diagnosticaron como "vitíligo", ocurrió cuando tenía doce,  fue la consecuencia de mis nervios y ataques de pánico. Jamás he dejado que nadie la vea.

Solo de saberlo me daban ganas de llorar.

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Bad reputation |Shawn Mendes|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora