Bad reputation |Shawn Mendes|

Fragmento capítulo 8

Pero no solo eso, había una homofonía insistente de pensamientos. Él era demasiado bueno y yo solo un estorbo. En el fondo sabía que merecía el castigo más doloroso que el mundo pudiese tener. Quería ahuyentarlo con mi verdad.

Entonces le conté todo lo que pasó con Tate, desde el cigarrillo que encendí hasta la ruptura en esta misma sala. Y después la pelea que él presenció. La voz me temblaba en ocasiones e intenté suprimir mis ganas de llorar, aunque  fracasé constantemente.

— Melody...

— Eso no es todo lo que tengo que contarte, Shawn- lo interrumpí— mi padre murió en un accidente de tráfico cuando era una bebé, no recuerdo nada de él. Y un día, cuando tenía seis, casi siete, mi madre me presentó a su novio,  yo estaba feliz ¡porque podría tener una familia normal!, como la de las otras niñas, además de que él amaba a mi mamá. Unos meses después comenzó a vivir en esta casa con nosotras, me caía bien, hacíamos cosas divertidas como ir al cine los tres juntos. Mi mamá siempre viajaba constantemente y esa vez tenía que irse a Miami por una pasarela, me preguntó si estaba bien que me quedara sola con él y yo asentí, insistió en que podía contratar a una niñera temporal pero le dije que no se preocupara. Una noche de su ausencia Jeremy entró a mi habitación, estaba muy borracho y su mirada me aterrorizó. Tomó mis brazos con fuerza y por más que traté de liberarme... no pude. Él me...- la voz se me apagó y pasé saliva — me violó- la palabra era demasiado incómoda—, algo en mí se murió ese día. Supongo que fue mi culpa, algo que hice debió enfadarle o provocarle. No lo sé- la voz se me quebró-, desde entonces abusó de mí hasta los diez años, pero la última de esas veces mi madre llegó sin avisar, escuchó mis gritos desde la entrada y nos vió. Llamó a la policía y gracias al peso de mi apellido él está refundido en la cárcel— no pude evitar expresar mi odio
—. La relación con mi madre nunca volvió a ser igual, no estaba en casa la mayoría del tiempo, aveces no llegaba a dormir, hasta que un día simplemente tomó sus cosas y se fue...

Cada palabra había enterrado una daga en mi garganta. Estaba expuesta, débil...
El mundo se había paralizado, me sentía desnuda aún debajo de ese abrigo. Mis lágrimas estaban muy frías. El invierno era glacial.

Un cuerpo caliente se aferró al mío. Escuché sus lágrimas como si se trataran de olas, uniéndose a mi dolor. Sus manos apretaban mi espalda con gran apremio como si temiera que fuese a disolverme en el aire. Y no pude evitar hacer lo mismo. Mi corazón golpeaba mi pecho con fuerza.

Respirar era una maldita tortura...
Lo que ocurría era un fenómeno, porque yo era la chica en el reflejo de sus ojos y él en lugar de irse, seguía ahí. Leí en su alma que él deseaba salvarme, pero su mayor ansia era que Jeremy no me hubiera lastimado. Porque no quería que sufriera... Junto a Shawn estaba segura. No mentiría si dijera que ese fue el momento más puro en mi vida. Y que el espejo de su mirada era el único donde quería verme.

— ¿Por qué dices que es tu culpa?- suplicó con voz ronca.

Me detuve a pensarlo un momento y el corazón me dolió.

— Porque simplemente lo supuse... Era claro que había herido a mi madre, porque cada vez que me miraba era como si me odiara... de una manera fría y distante. Mi compañía le quemaba, de eso estoy segura. Por eso se fue. Si yo no tuviera la culpa ¿por qué actuaba así?

Colocó sus manos en mis mejillas y me limpió las lágrimas.

— Escúchame, tú no tuviste la culpa y no tienes porque sentirte una mala persona, eras solo una niña... ¡ni siquiera sabías lo que pasaba! y si tu madre cree que si, entonces no merece a una hija tan buena y hermosa- explicó mirándome fijamente.

Sus palabras hicieron eco en mi mente por varios segundos. Él enserio no creía que fuese mi culpa, pero si no lo era... ¿Por qué me odiaba tanto?
Me dolía aún más pensar que mi madre simplemente no me quiso nunca.  Pero a la vez sentía que esa cruz que había cargado por años se aligeraba.

— Gracias Shawn, te quiero...- murmuré abrazándole de nuevo.

— Yo también te quiero- confesó cerca de mi oído, mi corazón latió frenético.