Después de aquello se sentó en el mismo sofá y estuvimos sometidos a un silencio incómodo.
Estaba sintiéndome mal hasta que él habló.— Melody, te veo y siento como si te conociera, pero trato de recordarte y solo me sé tu nombre- titubeó — Diablos, soy muy malo para explicarme. ¿Me dejarías conocerte?- preguntó mirándome a los ojos.
Yo me sentía algo desorientada pero de todas formas asentí. Me regaló una sonrisa.
— ¿Cuántos años tienes?
— Dieciocho como la canción de One Direction[1]- respondí haciéndolo reír — ¿y tú?
— Me sorprende que no lo sepas... Dios, eso sonó tan egocéntrico- murmuró haciendo una mueca — es que... aparece hasta mi tipo de sangre en internet- mencionó avergonzando.
No pude evitar soltar una carcajada.
— ¿Enserio?- pregunté con la voz desafinada.
— Lo juro- levantó su palma— tengo veintidós años- respondió finalmente — se me olvidó preguntarte algo, esto no viene al tema pero quería saber si quieres que llame a alguien para que sepa que estás aquí- explicó.
Miré al techo meditando lo rápido que se escuchaba mi corazón en el monitor, no me giré a mirarlo porque en el fondo estaba muy avergonzada. Pero sobre todo... muy rota.
— No- respondí en voz baja.
Él detuvo los venenosos susurros de mi mente con su voz.
— ¿Tienes algún pasatiempo?
Lo pensé por unos segundos.
— Supongo que si, me gusta leer.
— ¿Qué es lo que más te gusta de leer?
— Que puedo conocer lugares imposibles, vivir los romances más aventurados, tener distintas edades. Pero más allá de eso, hace que me olvide de todo por unas horas- murmuré haciendo varias pausas.
Él me sonrió compartiendo una mirada cómplice.
— Los libros sin duda son portales a otros mundos- agregó de acuerdo — ¿Cuáles son tus obras preferidas?
— No podría elegir una, tal vez tres, serían Ciudades de papel, Llámame por tu nombre y Alicia en el país de las maravillas- Enlisté utilizando mis dedos.
— ¿De qué se trata el segundo? Es el único que no conozco.
No pude evitar soltar una carcajada.
— ¿Qué?, ¿Qué tiene de malo?- preguntó con el ceño fruncido pero sin quitar su sonrisa.
—Se trata sobre una familia que rentaba una habitación a un huésped diferente cada año, ninguno era digno de recordar hasta que llega Oliver que atrae con gran magnitud a Ellio el único hijo de la pareja. Casi al final del verano se confiesa con indirectas al foráneo, desde ahí comienzan a verse a escondidas y tienen sexo. Se llama así porque en el acto acordaron que gritarían su propio nombre. Es como si yo dijera Melody, Melody- mi nombre lo susurré imitando un gemido. Shawn se carcajeó con las mejillas rojas.
— Shawn, Shawn- me imitó. Tampoco pude evitar ruborizarme pero al final los dos nos reímos a carcajadas — Dios Melody, que cosas lees- mencionó haciéndose el loco.
No pude evitar reírme.
— Has de haber visto cosas peores en algún sitio de internet...- subí y bajé las cejas.
Él miró el suelo aún sonriendo pero no lo negó.
— ¡Dios, Shawn! Que cosas ves- me burlé.
Una enfermera entró de repente.
— Señorita Daniel's es hora de que coma algo- murmuró acercándose con una bandeja.
— Yo la ayudo a comer, no se preocupe- se ofreció Shawn. La enfermera sonrió agradecida.
— Tiene muy buena compañía- mencionó la señora guiñando uno de sus ojos hacia mí. Solo asentí sonriéndole.
Cuando ella se fue Shawn sacó una bolsa que estaba escondida debajo de una cobija.
— La comida de hospital sabe horrible, así que mi mamá nos trajo algo desde muy temprano, creo que se cayó de la cama- explicó destapando varios trastes.
De ese modo ambos pellizcamos un poco de la comida que había traído la enfermera solo para quejarnos y hacer muecas, después devoramos los macarrones con queso y un montón de sándwiches que su mamá metió de contrabando al hospital.
— Tu madre me cae tan bien- murmuré limpiándome los labios con una servilleta.
Asintió masticando un pedazo de pan, habló después de unos segundos.
— A mi también, me siento como un verdadero chico malo desobedeciendo las reglas- se burló.
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Bad reputation |Shawn Mendes|
RomanceSoy la hija de una famosa modista de talla mundial, mi madre viste al mundo, o al menos a las personas con el suficiente dinero para comprar su ropa. Estoy orgullosa de ella, pero la prestigiosa Aria King no lo está de mí. Soy la chica que todo el m...