Seamos como Grecia y David

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— ¿A donde vamos?- pregunté sacando la mano por la ventana del auto y sintiendo la brisa cosquillear mi piel.

— Te advertí diciendo que iríamos a una alocada cita, ahora no hay vuelta atrás.

— Ajá, pero, ¿a dónde vamos?- pregunté con impaciencia, su tono comenzaba a asustarme.

Me sonrió.

— Vamos a ir a una casa abandonada que posiblemente si sea verdad que esta embrujada- sentí que la piel se me puso chinita.

— ¡¿Qué?!- él me sonrió pero no parecía estar jugando — ¿enserio?- pregunté mirándolo con el ceño fruncido.

El asintió avergonzado.

— Sé qué hay muchos lugares a los que podríamos ir en una primera cita... pero no podría llevarte sin que nos reconocieran, no estoy dispuesto a entregarte a los medios, además, con personas pidiéndome fotos cada dos segundos no nos íbamos a divertir mucho - explicó de manera pausada, mirando rápidamente hacia mí y regresando su vista al frente, alcancé a ver un brillo nostálgico que reconocería en cualquier parte.

Tomé la mano que descansaba sobre su propia pierna y deposité un beso en sus nudillos.

— Si estoy contigo, cualquier lugar es especial... - expresé sonriéndole con ternura. Él se giró y me depositó un rápido beso en la frente — Aparte de que mi sueño siempre ha sido que una mujer de blanco me persiga en busca de llevarse mi alma- bromeé con nerviosismo.

— No te preocupes- suspiró — yo le ayudaré a perseguirte- se burló y yo le di un suave golpe en el brazo.

☆☆☆

Shawn se estacionó frente a los cimientos de un mausoleo bastante elegante, donde bien pudo vivir una duquesa. La pintura estaba cayéndose, no parecía que funcionara la corriente eléctrica y había mucho silencio alrededor. Pero no se me hacía tan tenebrosa, daba más miedo mi propia casa. Tal vez si no supiera que estaba embrujada no hubiera tenido la piel chinita al mirarla. Shawn bajó una sospechosa mochila y me abrió la puerta como todo un caballero.

Debido a la resaca me vestí de una manera bastante sencilla, y agradecía haberlo hecho, porque si no me vería ridícula en esta escena.

Caminamos hasta la entrada, había mucho polvo y el olor a humedad se colaba por mis fosas nasales. El brazo de Peter se enredó en el mío con fuerza, espantándome.

— ¡Tengo miedo!, olvídalo, vayamos a ver caricaturas- farfulló endureciéndose contra el suelo y con una expresión de pánico que jamás le había visto.

Me giré y enmarqué su hermoso rostro con mis manos. Le di un inocente beso en los labios.

— Todavía ni siquiera hemos entrado... Abrimos la puerta, miramos el lugar, y si quieres nos vamos, ¿te parece?, yo te voy a proteger- murmuré acariciando su rostro. El asintió.

De alguna manera sentía que este era el momento para darle fuerza, como él lo había hecho conmigo. Volvió a aferrarse a mi cuerpo, sentí como sus manos temblaban. Saqué mi celular con algo de dificultad de mi bolsillo y encendí la linterna, me metí a la aplicación de música.

— Te voy a recomendar a un cantante, su música es muy buena, tal vez te guste- le dije colocando There's Nothing Holdin' Me Back que era una composición del chico de voz angelical.

Él me sonrió relajando un poco sus músculos y comenzó a cantar a la par de la canción. Disfruté de su voz mientras abría la puerta, no tenía ninguna especie de cerradura así que solo empujé. Bailé el sonido de la melodía mientras aluzaba el lugar, Shawn ya se veía mejor, hasta me seguía el juego.

— Yo quiero ser la chica de la que hablas- grité disfrutando de la letra.

— Tú siempre has sido esa chica, y ni siquiera yo lo sabía- confesó mirándome como si yo fuera todo un espectáculo.

Me sonrojé al instante. La vista si era bastante tenebrosa... me sentía muy asustada en el fondo, pero intenté no darlo a relucir. Di un par de pasos pero nada sucedía. Estábamos en una especie de enorme sala, los muebles estaban cubiertos por mantas blancas, tenía una corazonada de que si las levantaba habría un sofá en buen estado debajo.

— ¿No te parece raro que no hayan saqueado este lugar?- pregunté.

— A todos les da demasiado miedo como para entrar- explicó.

Me reí con nerviosismo.

— Me pregunto por qué será...- expresé mirando la decoración, había esculturas de barro talladas a mano, estaban algo deformes e inexpertas, con el polvo y la oscuridad absorbiéndolas parecían hechas para invocar al diablo. Debía de dejar de pensar cosas como esas.

Subimos las escaleras con cuidado de no tropezar. Al llegar al pasillo de arriba podía jurar que el ambiente se volvía más pesado.

— Ya me dió miedo- susurré sin pensar y me maldecí por ello.

— A mí también.

Entramos a las habitaciones llenas de telaraña y consumidas por la triste soledad. En la tercera además de una cama y un armario totalmente vacío, había un piano desafinado según el diagnóstico de Peter. Sobre una almohada encontré una libreta bastante bonita, al ojearla me percaté que solo las primeras páginas estaban escritas.

— Escucha- apagué la música de mi celular y empecé a leer en voz alta—, conocí a un chico que cautivó mi corazón, pero él escapó con toda mi herencia... Ahora quiero que muera como el día de su partida yo también lo hice, nunca tuve a nadie, no conocí a mis hermanos, ni nadie lamentará mi ausencia. Lloro cada día, con la esperanza de que no haya mañana, me siento tan triste, ya no quiero mirar el cielo... porque veo sus ojos. Ya no quiero tocar el piano porque querré interpretar la pieza que le compuse. Ya no hay nada para mí. Ni si quiera tengo con quién hablar.

— Ayúdame, mi nombre es Grecia.

— Eso es bastante trágico y perturbador- opinó el castaño retorciéndose de escalofríos.

— Todavía hay más...- tomé aire.

— Viajé a Italia creyendo que jamás volvería, supe a donde había ido él, lo ví de lejos y parecía tan feliz sin mí... que terminé de morir. Me senté en la roca de una hermosa playa y un caballero interrumpió mis lágrimas. Me preguntó mi nombre, cuando le respondí dijo; "entonces eres tú, llevo buscándote toda una vida, eres mi amor perdido", me asusté y aunque era muy apuesto le lancé un par de piedras para que se alejara.
Él se fue corriendo pero pronto descubrió dónde me hospedaba y me invitó a salir. Para David yo era perfecta, era como un cuadro que podría admirar toda una eternidad. Hoy regresé a llevarme mis pertenecías, en una semana me casaré con él. Atentamente, el amor de la vida de alguien más.

Sonreí complacida. La primera parte estaba algo arrugada y descuidada, podía percibir las lágrimas secas en el papel antiguo.

Bad reputation |Shawn Mendes|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora