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—Y ese, es el edificio más alto de la ciudad—Dije señalando el edificio que se encontraba a mi derecha.

—Ellie, es hermoso, pero...

—Lo sé—lo interrumpí mientras caminaba unos cuantos paso más adelante que él—a unas cuadras hay un museo sensacional que querrás que...

—Ellie—Me interrumpió.

—¿Te sientes mal?, ¿Ya quieres irte? —Pregunte rápidamente mientras me acercaba a él.

—¡Ellie! —Gritó mientras agarraba mis hombros.

—¿Sí? —Dije confundida.

Me costaba mirar a los ojos a Alexander, y ni siquiera se explicar el porqué de eso.

¿Vieron esas películas donde la protagonista se pone roja y dice palabras al azar cuando el chico que le gusta se le acerca?

Bueno, esa soy yo.

—Ellie, lo de conocer la ciudad no era tan literal—Rio.

—Lo sé—Baje el mapa que tenía entre mis manos.

—¿Entonces que sucede? —Pregunto.

"Sucede que estas extremadamente hermoso y tengo miedo de decir algo humillante y cagarla" —Pensé.

—No tengo una cita con alguien desde Cristopher—¿Por qué dije eso?

—¿Es una cita?

Ni Alexander estaba enterado que era una cita, ¿Ahora como disimulo esto?

—Pues, no, yo me refería a...—Ahora me parezco a Cam, metiendo la pata donde no debo—No, claro que no es una cita. —Mis nervios estaban a flote.

—Estoy bromeando contigo Ellie—Rio—Claro que es una cita.

Solo me digne a reír como idiota, ya sabía que era una broma, todos somos bromistas.

—Ahora, quiero que hagas dos cosas—Me miró fijamente, él era más alto que yo, por lo tanto, tenía que alzar mi cabeza para verlo a los ojos—La primera es que sueltes esa mierda de mapa, no me interesa la ciudad en lo más mínimo—Quito el mapa de mis manos y lo metió en la bolsa de su chaqueta.

—¿Y la segunda? —Mi mirada estaba concentrada en sus labios carnosos.

—La segunda—Sus ojos se concentraban en los míos, era el momento más tierno—Quiero que me des las mano, caminemos y me cuentes todo acerca de Ellie Méndez—Sin pedírmelo entrelazo nuestros dedos.

Sonreí mientras reía levemente.

Su mano era algo grande, pero Alex, me transmitía seguridad y protección.

—Y otra cosa Ellie—Se detuvo cuando habíamos caminado unos cinco pasos a lo mínimo—No sé quién es Cross, pero por lo que se es un maldito idiota, no soy él Ellie, quiero que me conozcas, quiero conocerte y por favor no lo metas en la conversación, es duro, pero en verdad no todos somos iguales, es lo único que quiero que sepas.

—¿Eso que quiere decir? —Pregunte.

—Te lo digo, porque estas asustada—Eso era cierto—Y estoy casi seguro de que no quieres abrirte conmigo por miedo a que otro chico te defraudé, pero como dije, no soy Cross—Asentí levemente, Alex tenía razón—Quiero escuchar todo de ti.

—Tu eres el chico que entró ilegalmente al país—Reímos.

—Bueno Ellie, ¿Qué quieres saber de mí? —apretó más fuerte mi mano, pero sin lastimarme y comenzamos a caminar.

Él no me conoce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora