Él no me conoce ©

~34~

La campana sonó.

La furia me derramaba por las orejas.

Estaba molesta.

Por un lado, no quería hacer un drama y posiblemente pelearme con Cristopher, porque realmente yo si lo quiero. Acababa de salir de mi clase y me dirigía a paso pesado a donde sea que esté Cross.

Cuando me pongo furiosa, soy una fiera.

Iba diciéndome a mí misma mentalmente lo que le iba a decir.

"Cristopher, ¿Quién carajos te piensas que eres, para amenazar a mis amigos?"

O quizás

"Oye Cross, tú te acostaste con todas las putas del instituto y nadie te dijo nada, déjame tener MIS AMIGOS"

Este chico me iba a conocer de malas.

Salí del instituto y justo al lado izquierdo de la puerta de la entrada, apoyado contra la baranda de las escaleras estaba el riendo con su grupo de amigos.

Sería más fácil gritarle si él no fuera tan increíblemente sexy, camine hasta llegar donde se encontraba.

Juro que voy a matarlo.

—Miren, la chica más linda del instituto acaba de salir de su clase.

Sus amigos abrieron la clase de círculo para que yo pudiera entrar.

Comencé a sonreír como idiota, Mierda, lo odio.

—Hola—Salude con la mano mientras me ruborizaba.

—¿Qué tal te fue, nena? —Pregunto.

Aw, le importa cómo me fue.

—Bien, tengo un examen dentro de dos semanas y también—No te distraigas, no caigas en sus hermosos ojos, su hermosa sonrisa—Cristopher podemos hablar unos minutos—Estire mi mano y sujete la suya.

Todos sus amigos hicieron un montón de comentarios fuera de lugar.

—¿Qué sucede nena? —Nos alejamos un poco de su grupo

Él me miraba de una forma tan linda.

No te distraigas, no te distraigas.

—Mierda—Susurre

No podía enojarme con él.

—¿Te sientes bien Ellie? —Se acercó a mí y puso sus labios en mi frente como para tomarme la temperatura.

Amo tanto que me proteja.

—Sí, me siento bien—Lo empuje unos pasos hacia atrás.

—Quizás un beso te haga sentir muchísimo mejor—Coloco su mano en mi mejilla y comenzó a acercarse a mí.

—No—Lo aleje—tengo algo importante que decirte.

Tan solo no lo mires a los ojos Ellie, tú puedes.

—¿Qué sucede nena? —Sujeto mi mano y comenzó a jugar con mis dedos.

¿Por qué es tan tierno?

—Cristopher, no amistades decidir vida puedes.

¿Qué mierda acabo de decir?, su presencia si que me afecta.

—¿Nena, segura que te sientes bien?

—No—Respondí—Digo sí, digo no sé, pero ¿Por qué amenazaste a Isaac?

—¿De qué estás hablando?

—¿De qué estoy hablando? —Reí sarcástica—Hablé con Isaac y él me dijo que no puede acercarse a mí, porque tú lo amenazaste.

Cristopher llevó la mano a su nuca.