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"Cristopher Cross", tecleé en mi antigua computadora gris para luego apretar el botón enter del teclado. Acomode mis lentes y tomé una de las galletas oreo que tenía en el plato de mi cuarto.

Bajaba con el mouse mientras le daba una leída rápida a todos los títulos que me habían salido. Quería aprender absolutamente todo de mi cantante favorito.

¿Qué había aprendido de Cross con tan sólo teclear su nombre en el buscador?

Viene de un pequeño pueblo de Los Ángeles, al parecer era un maldito perdedor como yo en el Instituto, aunque ahora parece otra persona—Estamos hechos uno para el otro—Sonreí, mientras colocaba una canción de él, se había hecho famoso en cuestión de semanas por TikTok, y es que la tecnología de ahora era sorprende junto con las redes sociales.

Cada parte de su biografía era más sorprendente que la otra, estaba en el cuadro de honor de su antigua escuela, y ahora es músico con mucho éxito.

Quien iba a pensar que Cross, escondía un pasado interesante.

Y si había descubierto todo eso en menos de cinco minutos, tal vez lo conseguiría con el tal Ayrton.

—¡Isabella! —Escuché una voz maternal que me llamaba desde la primera planta de mi casa interrumpiéndome cuando estaba a punto de cambiar mi fondo de pantalla por la de Cross—¡Isabella! —Repitió mi madre sin darse por vencida.

—¡Que Cara...—Controla tus palabras, no quieres un castigo—¡¿Qué Quieres Mamá?! —Grité lo más fuerte posible.

—¡Baja en seguida!

—¿Qué me pondrás hacer? —Grité una vez más.

—¡Baja! —Respondió

—¡Pero estoy muy ocupada mamá! —Mentí

—¡Necesito que me ayudes con unas cosas!

—¡Pídele al pajero de tu otro hijo que está en su habitación haciendo cosas indebidas! —Dije refiriéndome a Juan, mi hermano mayor que para lo único que sirve es jugar, ensuciar y dejar mal olor por todos lados.

—¿Qué dijiste hija? —Comencé a escuchar como mi mamá subía lentamente los escalones.

Era su táctica de amenaza.

—¡Que ya voy! —cerré la pantalla de mi computadora, viendo rápidamente por una vez más la foto de Cross.

Y desechando la idea momentáneamente de stalkear a Ayrton Bedean.

No es que estuviera obsesionada, solo era para saber porque Liliana quería que no tuviera algún contacto con él.

Abrí la puerta de mi habitación de un golpe haciendo que esta golpeé contra la pared y haga un ruido. Caminé hacia la habitación de mi hermano y comencé a tocar su puerta con el puño haciendo todo el ruido posible.

—¡Qué quieres! —Mi hermano quien había abierto la puerta hace menos de un minuto, traía el uniforme del equipo de fútbol sucio, los cabellos castaños alborotados y sostenía un bote de helado en sus manos.

Mi hermano era un perfecto desastre, bueno así puedo decir que por lo menos no es adoptado.

—¡Ve y ayuda tú a mamá, yo estoy ocupada! —Grité con una mirada amenazante y los brazos cruzados.

—Ella te llamo a ti, Isa, no a mí—dijo con helado en su boca, Repugnante—Además tú no tienes vida, como es que estás ocupada—comencé a soltar todo el aire por mi nariz mientras abría los ojos más grandes de lo que ya son, soy tan dramática.

Juan retrocedió un poco.

—Para tu información, si tengo vida y si estaba ocupada...

—Deja de quejarte hermana, se te marcan esas venas de ahí—intento tocarme el costado derecho de mi cuello, pero le pegue una palmada—Créeme esas venas te hacen parecer más fea de lo que ya eres.

—Y tu deja de comer que ya estás gordo.

—¿Gordo? —Dejó el helado sobre la mesa que estaba a la entrada de su cuarto—¿Esto te parece estar gordo? —levantó su remera y mostró sus abdominales, creído.

—Estás tragando el aire, ya puedes respira idiota—Pegué una fuerte palmada en su estómago. Si estaba marcado, pero aceptar que mi hermano tiene razón, era perder toda mi dignidad.

—¿Cuántos años tienes hermana? —Cambio el tema—¿Quince?

—Dieciocho, idiota.

—¡Dios! —Fingió sorpresa—Las chicas de esa edad han comenzado a tener un interesante cuerpo, ¿Qué te paso a ti? —Soltó una sonrisa entre dientes.

—Eres un mugroso bueno para nada—Comencé a pegarle en el pecho mientras el retrocedía.

—Lo sé

—¡Eres un hermano horrible!

—Lo sé

—¿Y Quieres graduarte de la Universidad? —Reí sarcásticamente—no vas a encontrar ningún trabajo por qué lo único que sabes hacer es ser un flojo—inmediatamente la sonrisa de su cara se borró.

¡Mierda!, había tocado un punto débil sin darme cuenta, de todas formas, es mi hermano, ya se le iba a pasar tarde o temprano.

—¡Y tú eres una maldita marginada! —Esta vez, yo retrocedí un paso—Acaso crees que no me he dado cuenta que aún actúas como niña de preescolar

—Juan, lo siento, haber dicho lo de Unive....

—¡Mejor cállate! —interrumpió—Hoy todo el maldito día estuve tratando de defenderte de tu compañero ese, pero sabes que, me graduare de la universidad, conseguiré un trabaja y aun así tu seguirás siendo la marginada. —Mis gafas empezaban a empañarse, no iba llorar delante de mi hermano.

—Te odio—Dije con un tomo más calmado, se dio la vuelta para luego cerrar la puerta de un golpe en mi cara.

Me mordí el labio para evitar que las lágrimas se escaparán de mis ojos, soy una persona muy sensible con respecto al tema que incluye mi reputación y mi vida social inexistente. Ser la vergüenza de tu hermano y saberlo no es para nada lindo.

Me di la vuelta para ir a encerrarme a mi habitación y vi a mi madre parada a mitad del pasillo con el cesto de la ropa sucia en sus manos.

—Isabella, Sabes que Juan no quiso....

—¡A ti también te odio! —Grité interrumpiéndola y corrí hasta mi habitación.

Cerré la puerta rápidamente y coloqué el seguro.

—¡Luego vas a pedir algo! ¿Y sabes quien te va a dar dinero para que te compres ropa y todo lo que necesites? Ve a rezarle a Dios, porque yo no pienso darte ni un peso más.

Tapé rápidamente mis oídos con la almohada y dejé de escucharla cuando me hundí en mis pensamientos, ya me sabía de memoria su discurso hacía mi mal comportamiento, lo más chistoso es que mañana se le pasaría el coraje.

Aunque, aun así, siento como si fuera un estorbo.

Ni si quiera buena hija o hermana soy, se que debería estar contenta con lo que tengo, sin embargo, no es un cuento de hadas, es la vida real y tan solo hubiera querido tener de mi padre a mi lado.

Quizás todo sería diferente.



💙💜❤️
Nuestro Cristopher ahora es un cantante famoso. 🥹🫶🏻

Él no me conoce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora