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—¿Estás seguro de esto? —Dije en un murmuro, nadie debía escucharme.

—¿Confías en mi nena? — Dijo mirándome sexy desde abajo.

Tome aire y avente mi mochila con mi ropa primero, para después brincar, pegue un brinco, ya no había forma, era un castigo doble o quedarme encerrada, caí un par de metros hasta unos brazos me tomaron antes de tocar el suelo, me sentía toda una chica rebelde a lado de Cristopher.

—¿Estas bien? —Dijo una voz dulce a mi espalda.

—Absolutamente—Respondí con calma

Acababa de saltar desde mi balcón solo para irme con Cristopher a tener mi segunda cita. En resumen, le mentí a mamá, después mi queridísimo hermano le dijo la verdad y al final escuché el sermón de mi madre dos horas. Ella piensa que soy una mala hija, cuando no me drogo, no tengo sexo con nadie, encima volví a casa, gracias a Cross, teóricamente.

Quizás si bese a un chico sensualmente, me emborrache, me dormí en el auto de otro chico y amanecí en el departamento de mi supuesto amor platónico, así que no hay problema si regrese a salvo, en conclusión, recibí un castigo de unos quince días.

Por otro lado, estoy en pijama a la 1 a.m. yendo al departamento de Cristopher a ver películas, no me importaría un castigo doble por eso, aunque, por momentos pienso en Cameron y Sara riéndose de mí y quiero volver a mi camita.

El nuevo álbum de Taylor Swift sonaba en la radio, tarareaba entre dientes la melodía.

—¿Te gusta Taylor? —Preguntó él sin despegar su vista al frente.

—¿Gustarme? Por favor, es el amor de mi vida—Cris no sabe lo que es despertar a la loca fan que llevo dentro.

Él tosió falsamente

—Entonces ve con Taylor, que ella te llevé a ver películas en su departamento—Reí levemente.

—¿Estas celoso Cristopher? —Sonreía, Él me miró unos segundos, sonrió y volvió su vista al parabrisas.

­—Nena, soy Cristopher Cross, no tengo porque tener celos de nadie.

—Si tú lo dices, al final sé que terminaras enamorado de mi—Él me miró de reojo, no podía evitar sonreír al sentir su mirada sobre mí.

—para tu información, yo no me enamoro—Dijo serio

—Como digas—Pegué mi vista a la ventanilla

¿No les pasa que aman cuando van en el auto y de repente ves la tranquilidad de todo? Es perfecto.

—No te enojes Méndez—Rio

—No estoy enojada—Dije sin despegar mi vista de la ventanilla

—Usualmente las mujeres dicen eso cuando en realidad, si están enojada

—Entonces no soy mujer—No le quería dar mucha importancia. Me gusta Cristopher, pero sinceramente estoy cansándome de todo.

—Eso explica mucho

Voltee y lo mire fulminante, Él comenzó a reír.

—¿Me invitaste a tu departamento para hacerme bullying toda la noche?

—No, estas muy a la defensiva hoy, acaso tienes la regla.

—Cállate—Lo fulmine—lo único que tengo son ganas de darte una pata en las bolas.

Cristopher soltó un pequeño "uuuhh"

—Violenta—Rio—Si una chica me hace esto posiblemente la bajaría de mi auto.

—Bájame—Dije sin importancia.

—Contigo voy a hacer una excepción Méndez, pero no te acostumbres.

Sonreí para luego voltear y seguir apreciando las calles vacías y el silencio absoluto, es gracioso como la canción que suena siempre coincide con el momento, y como siento que estoy en un videoclip.

En cuestión de minutos llegamos a su departamento, Cristopher se encargó de abrirme la puerta de su coche, así como también fue el que abrió la puerta de su departamento y me dejo pasar primero. Su departamento estaba exactamente igual que hoy en la mañana con la diferencia de que se encontraba toda en orden.

—¿Ordenaste tú solo? —Reí mientras me tiraba sobre el sofá.

—¿No se supone que debo conquistarte y ser perfeccionista en los pequeños detalles? —se sentó a lado mío haciéndome dar un pequeño salto.

—Eso dice en tu manual para conquistar chicas—Reí

—¿Existe ese manual? —Rio, mientras yo negaba con la cabeza—creo que lo de Cam te tiene malhumorada nena, ¿Quieres hablar de eso?

De pronto, el sensible y dulce Cristopher había llegado.

—Él se acostó con Sara y ahora le gusta—los ojos de Cristopher se abrieron—Y se enojó conmigo porque cree que soy una egoísta que no lo deja ser feliz.

—¿Sara? —Pregunto confundido—es la que me amenazó, ¿No? —Dijo un poco apenado.

Asentí con la cabeza.

—Estoy decepcionado de Cam, que mal gusto tiene—No pude evitar reír un poco—Yo me acosté con ella también pero no fue bueno.

—¿Qué? —todo esto me confundía, Acaso todo el maldito mundo me odia, ya no comprendo nada.

—Fue antes de comenzar las clases, en una fiesta, pero no te preocupes nena, no lo hizo bien—Él contaba la historia tan calmado, mientras yo me confundida cada vez más.

Sara se acostó con Cristopher y nunca me dijo nada sabiendo que yo lo amaba, cada vez descubro cosas nuevas de alguien que creía conocer.

Me siento tan patética y fuera de contexto.

—Cristopher, yo no sabía que tú y ella—Hice cara de asco—habían...

—No sigas—Me interrumpió— Creo que nadie lo sabe, fue algo rápido y feo, ella estaba como...

—Ya para—lo interrumpí, iba a vomitar y quizás era por la borrachera que aún no me bajaba o por el simple hecho de imaginarme la escena.

—No te enojes conmigo Ellie—Él me miraba con dulzura—No te conocía ni sabía que clase de persona era Sara.

—Si pudieras volver el tiempo atrás Cristopher, ¿Te acostarías con ella?

—No—Dijo sin pensarlo—Absolutamente no lo haría.

Sonreí un poco

—Entonces, ¿Qué quisieras cambiar si volvieras al pasado?

Él se quedó pensando unos segundos.

—Bueno, fui un idiota contigo cuando te conocí, volvería atrás y arreglaría eso—Lo mire y sonreí.

—¿Enserio? —Creo que mi corazón ya lo perdono por haber sido un estúpido cobarde.

—Aunque no me creas, sí, eres una chica genial Ellie y créeme que siempre trate de arreglar las cosas, pero después paso lo de la casa de Cameron y me enfurecí conmigo mismo, ya que tu tienes la facilidad de decir las cosas y bueno yo soy un cobarde—sonrió, amaba sus hoyuelos—Lo siento, Ellie.

Cristopher es esa clase de chicos que me confunde, me dice cosas feas que casi quiero golpearlo, pero después me dice cosas muy lindas y hace que piense que él siente cosas por mí. Quiero ser fría con él porque siempre las frías la pasan mejor.

Pero, es imposible, él es mi maldita debilidad.

Él no me conoce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora