~4~

7.9K 571 82
                                    

Salí de mi ducha mañanera con una cara de trasnochada notable. Cualquiera pensaría que ayer fui a una súper fiesta, que mi cara es por una gran resaca y de seguro me dormí a las 5 a.m.

Pero, no es así.

Mi cara se debe a estar haciendo la tarea a la mera hora, si tan solo hubiera dejado de husmear en la vida de Ayrton.

Y lo peor de todo es que el chico es anti redes sociales, el Instagram que tiene solo tiene una foto del sol y sigue solo a Disney, Marvel y un cantante.

¿Acaso es posible que alguien no esté en redes?

En fin, hoy me había dispuesto a hacer amigos y de paso al tal Ayrton, era imposible, pero por lo menos quería intentarlo. Revolví absolutamente todos mis cajones ya que, como me conozco bastante, me había despertado mucho antes de la hora de entrada, para arreglarme por primera vez bien en mi vida.

Lo primero que me puse fueron unos pantalones negros ajustados, luego busqué una remera algo casual. Afortunada y desafortunadamente no encontré ninguna, mi última opción fue ponerme una de mis remeras clásicas, agarré la más decenté que encontré al fondo de mi cajón y por último mis conversé ya que, no se usar zapatos altos.

—Estoy lista—Dije entrando a la cocina con una coleta alta y mi mochila colgando de un hombro.

Mamá no se dignó a levantar la cabeza y a mi hermano casi se le cae la taza de café cuando me vio.

Juan tosió falsamente.

—Buenos días—dijo y siguió con su desayuno, él seguía ofendido.

—¿Me llevas mamá? —Tome una manzana de la frutera que se encontraba en el centro de la mesa y la lave para después comerla.

Mi madre levantó la cabeza de su plato de tostadas y me miro de arriba a abajo con los ojos abiertos, creo que no se esperaban mi repentino cambio, si es que se podía llamarlo así.

Esperé su sermón antes del perdón.

—Isabella—aquí viene—espero que estés arrepentida por lo que le dijiste a tu hermano y a mí—apoyé mi cuerpo contra la mesada de granito—eres una mala agradecida porque sabes que les doy todo a tu hermano y a ti y me tratas como si fuera que...

—Perdón madre—Escupí ya que visualice el reloj colgado en la pared y ya faltaban menos de quince minutos para que la campana de entrada suene.

Mamá cruzó los brazos y me miró

—Te perdonó, eres mi hija Bella, pero quiero que aprendas a valorarme...—Dejé de escucharla y me puse a pensar en cosas hermosas y todas relacionadas a mis artistas favoritos, en verdad quería llegar temprano por primera vez en mi vida a la Universidad, que había perdido clase de inauguración —¿Estás bien Isa?

—Si madre, perdón—respondí rápidamente, no tenía ni la menor idea de lo que me dijo, pero tal vez era parte de su discurso.

—Está bien— Volvió su vista a su desayuno.

—¿Me llevas o me voy?

—¡Isa!, ¿Qué no me prestaste atención? —me quede observándola—Te paso a buscar en la salida, pero ahora ve caminando—Juan me miraba con cara de desprecio.

Asentí con la cabeza, acomodé mi mochila y me dirigí a la puerta para tomar mi camino a la Universidad. A media cuadra antes de llegar a la Universidad escuché la campana sonar por lo que comencé a correr hasta los escalones del edificio.

Afortunadamente vivía cerca del campus.

—Hola Isa— Corrió hacia mí, apretando sus tacones fucsias contra el suelo.

—Lili—nos abrazamos y luego se separó de mi para verme de arriba a abajo.

—Estás muy bella el día de hoy—automáticamente me ruborice—¿Esperas conquistar a alguien? —una sonrisita pícara se escapó de mí.

—Bueno puede que me haya gustado un chico, ya sabes fue atracción a primera vista, pero solo pasara una linda amistad.

—¿Acaso te atrae alguien de tus clases? —Negó con su cabeza mientras yo mordía mi labio.

—Puede ser— Reí sin dejar de morder mi labio—¿Tú que dices crees que así pueda hablarme? —Lili me examino de arriba abajo.

—Tu pantalón está bien, pero vamos Isa, traes una remera machada, justo aquí— señalo mi remera y bajé la cabeza para ver la mancha, babeé mi dedo índice y comencé a frotarlo contra la remera para eliminarla, pero fue inútil.

—Ya está Lili, es inútil, por lo menos ahora tengo motivación para venir a la escuela.

Para empezar ni si quiera se porque me interesa tanto ser amiga de ese loco.

—Bueno a todo esto, quien es el afortunado.

Sonreí—Ayrton, no es que me guste más bien es curiosidad.

Aunque sí el destino me uniera a él, pues, debería amarme como soy y yo no debería cambiar mi aspecto solo por un chico. Aunque este chico es casi como un Ángel inalcanzable, pero a la vez tan apetecible.

—Dios mío Isa, te dije que te alejaras de él—aunque no me creas pero presiento que Ayrton te va a hablar el día de hoy.

—Por favor, Liliana, todos sabemos que es más fácil que me hable una hormiga a que ese chico me salude—solté una risita—Y si eso pasa juro que estaría tocando el cielo e infierno a la vez.

—Creo que leer muchas historias románticas te afecta un poco.

—¿Liliana hay algo de lo que deba preocuparme?

—¿Esa es la confianza que le tienes a tu mejor amiga?

—Lo siento, pero estás rara, ¿te paso algo?

—¡No terca! Solo tengo un don de la predicción y algo me dice que quizá te hable Ayrton—desde cuando ella tenía un "don de predicción"—y no me refiero a una simple amistad.

—¿Te tomaste algo?

—No tome nada, sin embargo, debes tener más confianza en ti misma, hasta yo me enamoraría de ti si te viera vestida así— me hizo sonreír, era la chica más comprensible que conocía, aunque básicamente era la única amiga que tenía.

la campana dio su toque para indicarnos que era hora de irnos a clase.

—Solo se tu misma y veras como llegara tu suerte—Gritó, una multitud acelerada de alumnos nos empujaba y los entendía todos en este preciso momento queríamos llegar a tiempo a nuestros salones —Nos vemos en el almuerzo, ya también me dirás si te hablo el chico ese—Dijo antes de desaparecer entre todos.

Ella sí que tramaba algo y juro que yo Ellie Sherlock Holmes investigaría muy a fondo, aunque primero tenía que llegar a mi clase a tiempo y eso implicaba correr.

En verdad esperaba que mi cambio drástico valiera la pena.

Él no me conoce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora