CAPÍTULO 15

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Sasuke

La noche anterior es confusa.

Una noche jodidamente brumosa, en la que estoy bastante seguro que besé a Sakura. Luego ella me devolvió el beso. Y en algún punto a lo largo de la línea, acepté ser un participante de su concurso.

—Entonces no me elijas.

—Cristo. —Me paso una mano por el cabello y suspiro.

—Realmente no deberías decir eso. —Me sobresalto ante su voz, pero no debería esperar menos. Luke y su costumbre de pararse a un lado de la cama y mirarme fijamente hasta que me despierto—. Me dijiste que no tengo permitido decir esa palabra, así que no creo que sea justo que tú lo hagas.

Me apoyo en un codo y miro hacia él mientras me froto con una mano el cabello.

Mierda, hay mucha luz aquí.

No puedo decirlo en voz alta tampoco, o la policía de las maldiciones va a atacarme otra vez.

—¿Puedo decirlo?

—No. —Mi voz suena como si hubiera bebido un cuarto de Jack y fumado un paquete de cigarrillos. La parte de beber era posible… no me acuerdo bien.

—Dame un segundo, amigo. —Me levanto de la cama, lentamente, en caso que mi estómago quiera tomar represalias, y luego me dirijo al baño para lavarme los dientes y orinar. Cuando vuelvo a salir, Luke se ha movido a mi espacio en la cama, su pijama negra de Star Wars contrasta contra las sábanas blancas.

—¿Estás robando mi lugar? —pregunto mientras me acuesto a su lado. Su risa es instantánea, y trata de retorcerse lejos de mis dedos que hacen cosquillas en sus costados y en su barriga.

—Solo manteniéndolo caliente —dice a través de su risa.

Se aferra a mí para que le deje de hacer cosquillas, y después de unas cuantas
más, me detengo y lo abrazo contra mí.

¿Cuándo será demasiado viejo para hacer esto? ¿Cuándo luchará contra los abrazos y las cosquillas? ¿Cuándo será demasiado genial para su papá?

Cierro los ojos e inhalo. El olor de su champú. La forma en que su cabello me hace cosquillas en el rostro. La forma en que mete sus manos entre nuestros pechos en lugar de abrazarme.

Y sé que cuando ese día llegue me va a matar.

—¿Te divertiste anoche? —pregunta—. Nana dijo que estabas con un grupo de amigos celebrando. ¿Qué hiciste?

Asiento mientras las imágenes borrosas se aclaran un poco.

—Nosotros, eh, hablamos un poco con amigos.

—¿Nosotros? ¿Estabas con una chica?

—¿Una mujer? No. Solamente amigos.

—¿Había chicas ahí?

—Mujeres —corrijo de nuevo—. Había muchas mujeres allí, sí.

—¿Me encontraste una mamá?

Me congelo.

—No —le digo a través de una risita—, no te encontré una mamá.

—Pero había muchas mujeres allí. ¿No te ha gustado ninguna de sus vaginas?

Si hubiera estado bebiendo agua, accidentalmente lo habría escupido por toda la cama.

—¿Qué? —Toso la palabra mientras lo aparto lejos de mí. Sin duda, debo tener
una expresión loca en mi rostro mientras trato de controlar mi risa—. ¿Yo qué? —
Finalmente logro decir.

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