CAPÍTULO 37

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Sakura

—¡Sasuke!

Estoy bastante sorprendida de verlo parado en mi puerta. Y estoy más que completamente consciente que debo lucir como un absoluto desastre, sin maquillaje, mi cabello apilado en la parte superior de mi cabeza y definitivamente sin tacones de suela roja que me hagan lucir más alta.

—Hola. —Es todo lo que dice antes que empuje un puñado de margaritas
blancas hacia mí y levante sus cejas—. Señorita Sakura, ¿saldría en una cita conmigo?

Me río. No puedo evitarlo. Me está dando la misma mirada esperanzada que Luke me había dado.

—Una cita, ¿eh?

—Funcionó para Luke —dice mientras entra en el vestíbulo y cierro la puerta detrás de él—. Me imaginé que también podría funcionar para mí.

—Oh, ¿en serio? —murmuro, dejándolo jalarme hacia él así puede dejar un
tierno beso en mis labios.

—Sí. ¿Está funcionando? —Su sonrisa es traviesa cuando se aparta hacia atrás.

—No estoy segura —bromeo, incitándolo a inclinarse para un beso más. Este es más largo, más suave y hace que los dedos de mis pies se curven—. Sí, ahora eso funcionó. Una cita, ¿eh?

—Una cita bajo mis términos.

Y ahí está. El pequeño recordatorio que por mucho que esto sea, nunca será
realmente.

—¿A dónde iremos?

—Eso lo sé yo y tú tendrás que averiguarlo. —Otro tentador y tierno beso—. Y completamente fuera del radar de cualquiera.

—Está bien… —La emoción aumenta—. ¿Qué debería ponerme?

—Más vestida que lo que estás ahorita, pero no tan formal como te vistes normalmente. —Se encoge de hombros mientras tomo las margaritas y entierro mi nariz en ellas. Además de Luke, no puedo recordar la última vez que un hombre me atrajo flores. Parece como si los Uchiha simplemente fueran un montón de hombres encantadores.

—Eso no es de mucha ayuda.

—Vaqueros, pero es una pena que cubras esas piernas tuyas —murmura mientras sus ojos se oscurecen y recorren mi cuerpo en esa apreciación puramente masculina que hace que esta mujer se sienta deseada—. Camiseta, a menos que quieras caminar por ahí sin una. Quiero decir, no tengo absolutamente ningún problema con eso. —Guiña un ojo.

—Gracioso.

—Siempre. Y una chaqueta.

—¿Una chaqueta? Esta noche hace calor afuera.

—No a donde vamos, ahí no hace calor.

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La última hora ha pasado en un borrón.
Escabullirme hacia la camioneta de Sasuke bajo el manto de la noche. La travesía sin explicaciones a través de la ciudad y hacia el aeródromo de Miner. La sorpresa que se convirtió en nerviosismo cuando se estacionó junto a un hangar del aeropuerto y me explicó que me iba a llevar volando a nuestra cita en el helicóptero de su amigo.

Llevarme volando.

No llevarme conduciendo por el campo, no llevarme caminando por el parque,
sino llevarme volando… en una cita en helicóptero.

A pesar de los nervios delineando mi risa cuando me dijo, me encuentro
tranquilizándome un poco mientras Sasuke amarra mis cinturones y ajusta mis auriculares para poder escucharlo. Una vez que estamos en el aire y está llevándonos a través de la oscura noche, me encuentro completamente asombrada mientras miro hacia las pequeñas ciudades con sus resplandecientes luces.

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