CAPÍTULO 20

471 58 3
                                    

Sakura

—Deberías tomarte el resto del día libre, Anko. Cubriré la oficina.

Me mira como si me hubieran crecido dos cabezas.

—¿Por qué?

—Porque la tercera ronda de votaciones está en marcha. Ya hemos tenido más tráfico en las primeras horas que en la primera semana de votación de la última ronda. Y porque… porque hace sol afuera. ¿Necesitamos otra razón?

—Tal vez porque estás tratando de sacarme de aquí para que no te llame la atención y pregunte por qué la biografía de Sasuke es la misma en la que te vi trabajando a mano y la foto es de la fiesta. —Alza sus cejas y encuentra mi mirada—. ¿Tal vez?

—Tal vez, pero fue simplemente una cuestión de circunstancias. No lo subimos a bordo hasta muy tarde y —la mirada que me da me detiene—, y ahora dejaré mi excusa. —Hace un gesto de asentimiento—. No puedo controlar a alguien más. Todo lo que puedo hacer es convencer, persuadir, informar y hacer lo mejor posible. Así que, mientras trato que todo eso funcione, estoy ocupada tratando de dominar todas las otras cosas que me has dicho que es importante saber.

Cruza sus brazos sobre su pecho y se recuesta en su silla.

—¿Como qué?

—Edie me está mostrando el proceso de la edición de contenido. Fran ha preparado un pequeño tutorial sobre gráficos y cambio de tamaño porque eso me cuesta y a su vez, estoy explicándole cómo hago un seguimiento de mi progreso a través de las estadísticas, para que lo entienda. Luego está…

—Ya dejaste el punto claro, Sakura. —Niega—. Con eso dicho, me voy a casa.

No pierde el tiempo tomando sus cosas y dirigiéndose a la puerta antes que suceda algo que no pueda manejar y cambie de opinión.

Durante el resto de la tarde, me siento y observo los números que trae el primer
día de votación. Me quedo y me aseguro que no haya errores en el sitio, ni una falla, ni enlaces faltantes o cualquier otra cosa que pueda salir mal. Cuando estoy contenta de haber tenido un lanzamiento exitoso y estoy lista para irme, me doy cuenta que no quiero ir a casa, a una casa vacía. Una casa vacía significa que terminaré
trabajando. Trabajar significa pensar en Sasuke.

Y Sasuke es… quién sabe qué es Sasuke, aparte de un imbécil por lo que me
dijo ayer.

Normalmente después de un gran día, Konan y yo celebraríamos un poco. Salir a tomar algo y pasar una noche en la ciudad. Bailar con algunos hombres, y tal vez terminar con uno cuando llegue la hora de cierre.

Puede que no tenga a Konan a mi lado y puede que no tenga interés en llevarme
a casa a alguien al azar, pero eso no significa que no pueda salir a tomar algo, ¿no? Me obligo a irme, aunque solo sea porque me niego a pasar la noche en la oficina haciendo exactamente lo que me preocupa que haría sola en mi casa.

Mientras conduzco por el centro de Sunnyville, con sus escaparates rústicos
donde se puede ver la palabra “vino” en cada ventana, me doy cuenta que mi noche en la ciudad definitivamente no va a pasar aquí. Pero estaciono el auto bajo la gran pancarta que anuncia el próximo Festival de la Cosecha y salgo a caminar como los muchos turistas que se mueven alrededor.

Me asomo en algunas tiendas, compro
jabón hecho a mano, consigo un ramo de flores y compro un lindo brazalete para
enviar a Zoey por su cumpleaños.

Algunas personas me sonríen a sabiendas, como si estuvieran preguntando con la vista si la columna de chismes es cierta, pero finjo que no las veo, por lo que no tengo que responder la pregunta.

WORTH THE RISKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora