CAPÍTULO 3

488 59 4
                                    

Sakura

—La pared no irá a ningún lado, sabes, en caso que estés intentando moverla
con telequinesis.

Me vuelvo hacía Anko al otro lado de nuestra oficina conjunta cerca a la parte posterior del edificio y le doy una mirada. Su cabello oscuro está recogido en un moño perfecto, su impecable piel es del tono más bonito de caramelo, y esos ojos son agudos e implacables.

—Nunca se sabe hasta que lo intentas, ¿verdad?

Levanta las cejas y se encoge de hombros con aire ausente mientras hace un
gran esfuerzo para que su resentimiento no sea evidente.

Piensa que quiero su trabajo.

No te preocupes, Anko. Lo moderno es una cosa que me gusta. La familia no.

—Entonces, ¿tenemos que repasar tu lista de tareas otra vez? —pregunta con ese tono maternal que insinúa que si no me lo recuerda, soy demasiado descuidada para recordarlo por mi cuenta.

—¿Te refieres a la que completé anoche? ¿Esa lista? —Me mira por un momento, tratando de descifrar si estoy diciendo la verdad, mientras mis ojos en silencio le advierten que retroceda—. Aprecio tu preocupación, como siempre, pero
he estado aquí… qué, ¿cinco semanas? ¿Y casi nueve trabajando en total en este
proyecto? Hasta este momento, no lo he arruinado ni una vez. Completé todas las
tareas que me has puesto, sin importar cuán grande o cuán pequeña sea, o incluso si es algo completamente diferente de lo que me enviaron a hacer aquí. Si me has probado para demostrar mi valía, creo que ya lo hice. Si crees que estoy aquí para tomar tu trabajo, no es sí. Y si mi padre te ha puesto la tarea de informarle sobre si soy o no práctica, entonces no veo cómo podrías decirle lo contrario. Tal vez deberíamos haber despejado el aire antes. Tal vez no. ¿Pero podemos dejar esta tontería y solo concentrarnos en lo que se supone que debemos hacer, para que nuestras vidas sean más fáciles?

Nuestros ojos se mantienen, su expresión es una mezcla de estoicismo, sin querer mostrar una reacción e irritación por ser retada así.

—Nueve semanas es un punto oscuro en el gran esquema de las cosas, Sakura.
Si bien puedes haber tenido éxito hasta ahora, todavía tienes mucho que aprender. Y no me importa cuál sea tu apellido, me importa lo que puedas producir, y en este momento, estás en un trabajo solo a un cuarto del camino de terminar. Todavía tienes que resolver cualquier caos que se presente, por lo que en mi opinión, todavía
tienes que demostrar tu valía para mí y para todos en esta oficina. ¿Entendido?

Asiento por reflejo, el regaño suena como a maternidad practicada a la perfección, mientras por dentro quiero gritar que ya probé mi valía.

Si hay una razón por la que dirige este lugar, acaba de demostrarla.

—Puedo manejar cualquier cosa que se cruce en mi camino.

Hunde suavemente su barbilla.

—Es bueno escucharlo.

Respiro profundamente.

—¿Hubo suerte con tus finalistas? —

pregunto, tratando de calmar las aguas
mientras mi mente vuelve a mi único pensamiento durante toda la tarde: Sasuke Uchiha. Ya puedo ver las fotos que le tomaré. La puesta en escena. Como explotarlo.

El traje de vuelo desabrochado, las gafas de sol de aviador sobre sus ojos. Luego algunas sin los lentes para que los lectores puedan ver cuán claros son esos ojos suyos.

Estoy obsesionada. Por lo general, es con la moda. Esta vez, se trata de un hombre.

Debe ser este aire fresco del campo finalmente afectándome. Tal vez eso y el
hecho que ha pasado un tiempo desde que tuve sexo, por lo que el primer hombre que me hace apretar los muslos ahora es dueño de mis pensamientos.

WORTH THE RISKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora