CAPÍTULO 26

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Sakura

—Es un dolor en el culo —murmuro mientras lavo el lodo de la parte delantera de mi Range Rover… otra vez. La calle no es más que barro debido al proyecto de paisajismo de mi vecino. Las cabezas de los rociadores rotos y el montón de tierra no forman un camino bonito sobre el cual conducir.

—Hola.

Grito ante el sonido y me doy vuelta para encontrar a Sasuke de pie allí, sudoroso, sin aliento, y luciendo mucho más sexy de lo que quiero admitir.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Corriendo. Salí a trotar.

—Genial. —Intento sonar impasible. Como si no hubiera recordado la otra noche en mi cabeza un millón de veces, para intentar averiguar si leí demasiado en lo que dijo.

Para tratar de averiguar si reaccioné exageradamente a la situación en la
calle.

No me pongo así por un hombre, nunca lo hago, dije que nunca lo haría, y eso
me está volviendo absolutamente loca.

—Qué te vaya bien.

—¿Saku? —Suena sorprendido cuando no debería estarlo—. ¿Hay algo mal?

—No. Estoy bien. Muy bien. —Le doy la espalda y empiezo a rociar mis llantas
de nuevo. Es mucho más fácil enfocarse en ellas que la visión increíblemente sexy de él que no quiero reconocer. La imagen que ensombrece de inmediato cómo me sentí la otra noche.

—¿Estás bien? Ese es el código universal de una mujer para decir: estoy enojada contigo. —Su risa raspa sobre mis nervios cuando se acerca para quitarme la manguera, y se la aparto.

—¡No! —Me giro para enfrentarlo y, por supuesto, está demasiado cerca. La
boquilla que apunto a él es la única cosa entre nosotros, y mi auto está a mis
espaldas.

—¿Te importa compartir lo que hice mal?

—No.

—Está bien. —Arrastra las palabras—. Te esperé en el festival la otra noche.

El lado que quiere creer las palabras que dijo en la oficina se derrite mientras el escéptico que lo vio con la pelinegra resopla.

—¿Qué? ¿No me crees?

¿Realmente acabo de resoplar en voz alta?

—No, no lo hago. Te vi. —Muevo la boquilla de la manguera en su dirección y una sonrisa de satisfacción tira de la comisura de su boca, lo que solo sirve para enfurecerme más—. Te vi y esa mujer…

—¿Qué mujer? —Se ríe.

—La bonita con el pelo negro bonito. —Resopla, y lo pincho con la manguera,
de repente a la defensiva y más que consciente que creo que voy a parecer una imbécil aquí. Que todo lo que pensé fue para nada—. No te burles de mí.

—No me estoy burlando de nada. —Levanta las manos, pero su sonrisa permanece—. Esa era mi cuñada, la esposa de Itachi. Su nombre es Izumi.

Oh. Mierda.

—Estaba jugando el papel que quieres que juegue. Charlando con las damas que preguntan sobre el concurso, instándolas a entrar a la página. —La vergüenza despierta cada gramo de mi cuerpo—. Le estaba susurrando a Izumi lo ridículo que era, y ella estaba allí para reírse de todo conmigo.

—Oh. —Como en, Oh, mierda, me veo como la perra hormonal más loca de la historia.

Todo lo que quiero hacer es arrastrarme debajo de este auto y ocultarme cuando su sonrisa se ensancha a proporciones épicas.

WORTH THE RISKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora