CAPÍTULO 16

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Sakura

—Dios mío —murmuro mientras presiono mis dedos en mis ojos por un segundo.

Pensarías que sería simple. Hacer clic y arrastrar por aquí. Una justificación de
texto por allá. Un cambio en el tamaño de las letras allí. Pero he estado tratando de dominar el pequeño desafío de Anko del día, cómo hacer un diseño de impresión de una revista; y fallando miserablemente.

Bueno, no miserablemente. Más bien me ha tomado diez veces más de tiempo que el que le tomaría a una persona normal hacer el diseño de impresión. Por eso, mi luz es la única que todavía está encendida en la oficina y todos los demás se han ido a casa y el resto de mi lista de tareas pendientes permanece allí sin nada más marcado.

Salto cuando suena mi celular.

—Sakura.

—¿Papá? Esta es toda una sorpresa.

—Solo estaba llamando para ver qué estabas haciendo.

—Ese es tu código para decir que estabas vigilándome.

—Tal vez. —Su risa llena la línea, y es una tontería que una parte de mí quiera meterse en el teléfono y volver a casa con él. De vuelta a la vida que no me había dado cuenta que había echado de menos hasta ahora.

De vuelta a la hermosa vista de la bahía, donde no había hombres que me frustrara no en un minuto y luego me besaran hasta dejarme sin aliento al siguiente.

Volver a mis amigos, mi cama y a la familiaridad en lugar de esta oficina donde mi luz es la única que queda encendida la mayoría de las noches y el gato callejero que entra en mi patio trasero es el único con quien realmente hablo una vez que llego a
casa.

—Nada raro. —No debería sorprenderme.

—¿Esperabas algo menos de mí? ¿Cómo te va? —Hace la pregunta, pero sé que
ya tiene los hechos, las cifras y el tráfico web en sus manos. Solo quiere asegurarse que sepa mis cosas y que no estoy confiando en que otros hagan el trabajo por mí.

Lo he visto hacer esto muchas veces antes. Se me ocurre volverlo loco primero.

—Estoy bien. Te dije que me quedaría en la casa Sarutobi, ¿verdad? Te acuerdas de los Sarutobi, ¿no? —Cuando comienza a responder, solo lo interrumpo directamente—. Era el viejo mal humorado que solía quejarse de todos en el mercado de agricultores. Bueno, falleció hace un tiempo y sus hijos decidieron alquilar la casa que estaba restaurando como casa de vacaciones para los interesados en los viñedos. Ah, y sé que acabo de hablar con mamá el otro día, pero dile que…

—Sakura.

Eso duró más de lo que esperaba.

—¿Sí?

—Sáltate el rodeo y llega a los hechos.

Me río.

—¿Por lo menos podrías dejarme llegar a la parte sobre los vecinos de al lado y como son tan ruidosos por la noche cuando dejan las ventanas de su habitación abiertas?

Su risa es plena, rica y me hace sonreír. El tipo duro que a veces muestra que tiene un corazón.

—Estupendo. Bien por ellos. Ahora, si ya terminaste de molestarme, podríamos descubrir la razón por la que llamé, aparte de saludar a mi hija.

—Crees que no sé lo que está pasando, ¿verdad? Crees que tengo pasantes
haciendo el trabajo mientras estoy en las catas de vino.

—Nunca dije eso.

—No tenías que hacerlo. —Me aclaro la garganta, ofendida, pero no sorprendida. Realmente nunca antes le había dado una razón para pensar diferente—. Te alegrará saber que no he delegado nada. Estamos listos para comenzar la tercera ronda de votación —miento, sabiendo que las fotos y la biografía de Sasuke son las principales cosas que nos impiden estar al cien por cien listos.

WORTH THE RISKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora