CAPÍTULO 2

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Sasuke

—Ve a recoger tu desorden y luego podrás ir a jugar afuera —le digo distraídamente a Luke mientras pongo el colador en la encimera de la cocina y miro por la ventana. Mis ojos se sienten atraídos por un trasero muy bonito resaltado por una falda lápiz color negro y tacones altos bajando por mi camino de entrada.

Sakura maldita Haruno.

Debo estar volviéndome loco.

Aprieto los dientes mientras se sube a un Range Rover blanca que tiene las ventanas tintadas tan oscuras que apenas puedo distinguir su cabello castaño dorado.

Intocable ahora, como lo era en ese entonces.

Paso una mano por mi cabello. ¿Realmente acabo de acusarla de tratar de escribir un artículo sobre una historia inexistente? ¿Muy paranoico, Sas?

Claro, su padre posee el maldito mundo de las revistas, pero dudo que ella haya tenido que levantar uno de sus dedos perfectamente cuidados un día en su
vida.

Concurso, mi trasero.

Lógicamente, sé que estuvo aquí por una razón, así que si el concurso es una
farsa, ¿qué es lo que realmente quiere?
Miro su auto un poco más, esperando que se aleje.

¿Modern Family? ¿Como las oficinas de Modern Family en la calle principal? No
sabía que estaba de regreso en la ciudad y mucho menos trabajando allí.

Sin esperar mucho, agarro mi teléfono y escribo las dos palabras y me sorprendo cuando el brillante sitio web de la revista aparece en mi pantalla.

Jesucristo. Ese es mi primer y único pensamiento cuando veo el titular en la
parte superior de la página: “Próximamente: Concurso Papá Sexy — Próxima ronda de votación.

Nunca entré en ningún concurso. Si lo hubiera hecho, por qué Sakura Haruno
la ensimismada, no-puedo-romperme-una-uña, mi-padre-es-dueño-del-mundo,
tocaría a mi puerta cuando dejó más que claro hace tantos malditos años que no valía la pena su tiempo.

La gente cambia.

Resoplo. No su tipo de gente.

Entonces, ¿qué estaba haciendo aquí?

—Todo listo —grita Luke justo antes que la puerta trasera se cierre. Se escucha el ruido de él revolviendo el cesto en el patio buscando su casco, su charla sin sentido consigo mismo. Los ruidos vienen del exterior, pero estoy demasiado ocupado observando todo lo que desprecio: privilegio, cucharas de plata y presunción; para preguntarme qué está haciendo exactamente.

Sakura Haruno es como Karin.

Demasiado buena para cualquiera excepto para sí misma.

¿Debería esperar menos, considerando que eran inseparables en aquel entonces, antes que Sakura se fuera de la ciudad?

La ira se dispara de nuevo cuando miro afuera y veo al niño que hice con Karin.

El niño que es mi maldito mundo. Esa ira solo se calienta cuando pienso en lo egoísta que fue. Lo desalmada que es para lastimarlo todos los días con su ausencia.

Deja de pensar en Karin. No vale el tiempo perdido.

Deja de pensar en Sakura en la acera.

Tampoco vale tu energía.

Como dos gotas de agua privilegiadas en las que preferiría no pensar.

De todos modos, ¿a quién le gustan las gotas de agua?

Pero cuando vuelvo a pasar por la ventana delantera, todavía está sentada en el auto junto a la acera, con la cabeza gacha y las manos escribiendo mensajes de texto.

WORTH THE RISKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora