CAPÍTULO 24

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Sasuke

—¿Hay alguna razón para que sigas mirando hacia esa ventana? —pregunta Itachi mientras levanta su cerveza hacia las oficinas de Modern Family.

—No hay razón. —Eludo el comentario tomando un largo sorbo de mi cerveza.

El aire está cargado de olores a heno, algodón de azúcar y comida frita. La calle principal está tan abarrotada que apenas puedes moverte, y gracias a los cielos que Obito nos encontró a los tres una mesa donde sentarnos mientras las mujeres llevan a los niños a la feria por un rato.

—Entonces, ¿dónde te habías metido? —pregunta Obito  con una sonrisa que
me dice que lo sabe muy bien. Teniendo en cuenta que él era el que estaba a mi lado cuando Anko me dijo que Sakura todavía estaba trabajando, hubiera pensado que era obvio de todos modos.

—Al baño.

—Tengo la sensación que te estabas sacando la polla, sin duda, pero no era para orinar —continúa Obito.

—¿Alguna vez cierras la boca? —pregunto. Su sonrisa de imbécil es suficiente para que quiera golpearlo solo para quitársela de los labios.

—Ni en sueños. Oh, mira —dice y levanta el mentón hacia dos mujeres que están de pie en las afueras de la zona de asientos—, otro grupo de mujeres que merodean para ver si vas a morder su anzuelo. —Pongo los ojos en blanco—. Cuando estaba en el bar comprando tu cerveza, Kakashi dijo que recibían como cincuenta llamadas al día de mujeres buscándote en el despacho.

—Coño por días —dice Itachi, tratando de no reír, pero incapaz de contenerse del todo.

—Deberías agradecernos —dice Obito—. Hicimos eso por ti.

—Jesús. —Niego y tomo otro sorbo de mi cerveza.

—No creo que le importe el anzuelo, Obito. Ni aquí. Ni allá. En ninguna parte —se burla, instándome a levantar mi dedo medio—. Creo que tiene los ojos puestos en alguien más.

Imágenes de Sakura en esa camisa negra ajustada que llevaba puesta con una
camisola de seda me llenan la mente.

Tacones altos y piernas largas.

Respiraciones entrecortadas y pezones duros.

Me muevo en mi asiento.

—Me importa, bien —murmuro.

Debería haberla besado. De eso no hay duda. El problema es que no habría podido detenerme una vez que comenzara. Luke estaba esperando, y ella dijo que no, y joder si el momento no era el correcto, así que no lo hice.

Pero eso no significaba que no quisiera hacerlo.

—Me parece que alguien ya no está quejándose de participar en el concurso… ahora, ¿por qué será eso? —Miro a Itachi al otro lado de la mesa y sé a dónde va con esto y me niego a darle la munición para probar su punto.

—¿Y? —Extiendo la palabra.

—Y nada, solo me alegro de ver que no te preocupas por… todo.

—No estoy emocionado con la atención —digo encogiéndome de hombros.

—Vamos… ¿no te gusta el afiche de tamaño real que tienen en la caseta de la Cámara de Comercio o los volantes en todas las mesas que dicen #EquipoUchiha?—Obito se ríe mientras sostiene uno antes de arrojarlo por encima del hombro.

—No. No me gusta.

—Oye, ¿Itachi? ¿Cuántas de estas mujeres crees que se llevarán estas fotos a casa y se divertirán mirándolas esta noche?

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