Capítulo 28

465 36 95
                                    

(A esta altura, pero en multimedia encontrarán el reparto para Adam)

¿POR QUÉ TÚ?

Allison
* * *








Nuestra cercanía es tanta que mis piernas pierden fuerza y comienzan a temblar. Mis manos también, y agradezco que ya no estén sobre sus hombros para que no se dé cuenta. Su mirada parece buscar atravesar y adentrarse a mi alma, pero lucho contra eso.

¿Me habré desmayado de la tristeza?

Mi corazón no sabe qué más hacer para darme evidencia clara de que sí, de que estoy loca por él, locamente enamorada como jamás lo había estado. Solo que no sabe que ha escogido a la persona equivocada. Él es mi mejor amigo, él es de un mundo diferente, él es más grande que yo, él está comprometido... ¿Qué más razones debo dar? Son tantas que me separan de él...

Por un momento, bajo la mirada de forma involuntaria y miro sus labios con el riesgo de que me mire haciéndolo. Cómo quiero perderme en ellos... Tomarlos como nadie lo ha hecho, y expresarle lo que me pasa desde hace mucho tiempo sin que yo misma lo sepa.

—M-Michael... Yo...

Y alza sus cejas, dándome su completa atención. Vuelvo a verlo fijamente. Mi corazón bombea y me anima a arriesgarme, a tomar el primer paso y decirle que estoy loca por amarlo, por que me ame. ¡O que solo lo sepa e irme llorando! Pero... Mi corazón me dice que se lo diga, que se lo diga porque ya no aguanta cargar con este secreto tan pesado un día más.

—¿Qué sucede, Alli?

—Y-yo... —tartamudeo—. M-M...

—¿Qué?...

Y miro hacia abajo mientras siento como mis mejillas vuelven a calentarse. Pero lucho contra el deseo de llorar por las inexistentes probabilidades de que esto termine bien. Meneo la cabeza y él sube mi mentón.

—¿Qué ocurre? ¿Qué tienes?

—Yo solo quería... —Mis labios tiemblan—, decirte que te quiero mucho, mucho, y que siempre contarás con mi amistad en la hora y el día que tú quieras. No dudes de eso, Mike.

Y él se queda callado. Su agarre se suaviza hasta que termina soltándome, y asiente.

—Puedes estar seguro —afirmo.

—Gracias, Alli... —me dice con una sonrisa—. Pero, prométeme que estarás bien.

Sonrío aunque no sea lo que quiera.

—Lo prometo.

Y se acerca a mí para darme un afectivo pero corto abrazo. Nos separamos y toma de mi rostro, me mira, y me obliga a mirar hacia abajo para plantar un beso sobre mi cabeza. Agradezco su aprecio y decide marcharse de aquí sin antes decirme que lo siga y que todo vuelva a la normalidad. Solo tomo aire mientras lo veo irse.

Tenía tantas ganas de decírselo.

Pero por una parte, he sentido que sería muy pronto... Además, tampoco quise hacerlo porque mi cabeza no estaba fría, estaba en riesgo mi buena amistad con él. Sin mencionar que me marcharía con el corazón hecho pedazos.

Cubro mi rostro.

No quería enamorarme otra vez. ¡No lo quería! Pero sucedió... Sin avisarme, sucedió. Debo buscar la forma de acabar con esto, de olvidarme de él. Necesito un hechizo, un medicamento, algo que lo haga por mí porque sé que yo no podré a no ser que sienta el dolor de la desilusión.

Encontrarte © | Michael JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora