DOCE AÑOS MÁS
Allison
* * *
Cierro la ventana, las dos al mismo tiempo. Mientras adentro mi mirada hacia el suelo de mi habitación, camino despacio y elevo suavemente mi mentón para dirigir mi mirada hacia ese sobre que se apoya sobre mi mesita junto a mi cama. Esa carta de un tipo desconocido. Voy hacia ella con paso apresurado, la tomo entre mis manos, decidida, y voy hacia el tacho pequeño de basura que tengo. Lo abro, pero... Mi mano no arroja esa carta, no lo hace. La veo como si la reprochara, pero nada. Frunzo mis labios y cierro el tacho. Me falta el valor para tirar aquella carta. ¿Por qué? No lo sé. Solo sé que ahora abro uno de los cajones de mi mueble y lo guardo allí como si sintiera pena o... no tengo la más mínima idea.
Miro por todos lados y, con los pies descalzos y con los truenos sonando en el cielo, abro la puerta de mi habitación con cautela. Miro por todo el pasillo. No hay nadie. No sé a dónde quiero llegar, mi cuerpo a cobrado vida propia. Cierro mi puerta detrás de mí y camino sigilosamente hacia la de mi hermana. Tomo la perilla, miro una vez más por el pasillo y, con total silencio, decido abrir. Meto solo mi mirada para ver si Diana se encuentra aquí o no. Veo y veo... Vacío. Observo una vez más el pasillo y decido entrar. Cierro y respiro hondo. Veo todo mi alrededor. Di ya ha acomodado gran parte de sus cosas aquí, solo tiene algunas cajas en el rincón, pero nada más.
Muerdo mi labio y sigo caminando como un detective en cubierto. Voy hacia el armario de ropa de Di. Ella siempre lo divide por la mitad. Por una parte, tiene su ropa toda amontonada, pero por otra está lleno de periódicos coleccionados. Abro y, ¡bingo!: el bolso de mi hermana con los diarios. Si aquel hombre es tan famoso como para que me vea como loca en no conocerlo, debe aparecer en una de las páginas.
¿Estoy haciendo todo esto para saber más de ese hombre?
Sí.
Tomo un periódico cuyo título ya tiene el nombre de MJ. Lo tomo entre mis manos mientras lo voy leyendo. Habla sobre lo famoso que se está convirtiendo uno de sus discos: Thriller, que se sigue vendiendo como nunca ha sucedido con otro artista. Aquel disco salió en el 82; él apenas tenía veinticuatro años. Miro hacia arriba para calcular la edad que tiene ahora a comparación con la mía. Tiene 29, entonces...
Casi doce años más que yo.
Estoy de rodillas sobre el suelo frente al bolso entre abierto y con el periódico entre mis manos unos minutos más para saber un poco más sobre ese hombre. Se ve muy feliz, con varios premios entre sus manos. Tiene lentes de sol puestos. ¿Lentes? ¿En un lugar cerrado? Me encojo de hombros y sigo mirando el artículo. Hay varias reseñas y opiniones respecto a ese momento. Pero, sin encontrar la razón, me centro más en ver la imagen. Jamás vi su rostro en ninguna parte. Nunca. Pero... no me detengo. Debe ser porque pienso en que este mismo sujeto, sí, el mismo que está sonriendo con sus premios, sea el mismo hombre que me ha escrito. Respiro hondo y elevo mi mirada para ver mi alrededor una vez más.
Más tarde, decido levantarme, guardo el diario y dejo en su lugar el bolso: dentro del armario. Voy hacia mi cuarto, directo hacia mi cama y me acuesto sobre ella. Elevo mi mano sobre mi rostro, mi muñeca está sobre mi frente con mis dedos hacia arriba. Miro el techo oscuro como mi habitación.
Estoy sola y no sé qué hacer. Pienso por un momento en enviarle una carta a Michael y decirle que no quiero hablar, que no soy una fanática suya, que no lo conozco y que la carta que se le fue enviada, no es mía sino de mi hermana. Así de una, decirle toda la verdad y cómo fue todo... así se arregla de una buena vez toda esta confusión.
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Encontrarte © | Michael Jackson
Fanfic→EN PROCESO← ¿Qué harías tú si recibieras la carta de un completo extraño? En Nueva York, a una joven llamada Allison Hudson le llega una carta de un extraño procedente de Los Ángeles. Entre cartas se aventurará a conocer a aquella persona y convert...