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Capítulo 03

"MJ"

Allison
* * *

Vuelvo a ver aquel sobre mientras siento la mirada de mi hermana. Sinceramente, no conozco a ese tal Michael, jamás lo he escuchado por ningún lado. Quizás mis preferencias han influido en esto ya que prefiero leer y escuchar un instrumento que toda la falsedad de Los Ángeles. Doy un respiro. En ese momento, siento un extraño cosquilleo por este escrito. ¿Por qué? Abro el sobre y mi hermana chilla. Sonrío por el poder que tiene este envío en ella. Tomo la carta entre las yemas de mis dedos y comienzo a abrirlo para poder leer lo que tiene escrito. A decir verdad, Michael tiene una letra un poco desprolija.

—Querida Allison, no te conozco, pero sé que hubo un error de envíos y tu carta destinada a alguien más llegó a mis manos.

Congelada, llevo una de mis manos hacia mi boca tras no creerlo. Mi hermana me anima a seguir leyendo.

—... Sin embargo, pude leer por tus palabras que eres una joven dulce y de buen corazón. Me presento, me llamo Michael y no busco hacerte daño. Al contrario, me interesaría hablar contigo si es que lo apruebas. Te mando un saludo y que Dios te bendiga. -MJ.

Cierro la carta tan rápido como acabo de darme cuenta de que mi carta le ha llegado a este sujeto. Cierro el sobre y se lo doy a mi hermana. Cubro mi rostro con ambas manos.

¿Le responderás?

¡No sé quién es! ¿Por qué debería responderle? No tengo razón para hacerlo, aunque él busca quizás una charla tranquila para conocernos. Pero yo... yo solo quiero recuperar mi escrito y que ya no esté bajo el poder de ese hombre. Aunque me ha despertado cierta curiosidad por quién es, lucho contra esa idea y me cierro a mi objetivo de acabar con esto. Es más, ni empezar.

Y, sí, «MJ» tiene mi escrito... ¡Qué vergüenza! ¿Se habrá reído?

—¿Qué pasa? ¿No dirás nada? —me pregunta Di.

Michael Jackson... Así que tú has leído mis palabras. Recuerdo lo que he escrito y, ¡cielos! Cierro ambos ojos con fuerza y apoyo la parte frontal de mis muñecas sobre mi frente, llevando mi cuerpo hacia adelante.

¡Qué horror!

Ojalá no le esté mostrando a nadie esa carta. Dios mío, tengo tantas ideas negativas porque cómo confiar en alguien que no conozco. Vuelvo a enderezarme y regreso a la mesa donde el desayuno está listo mientras escucho a Diana abrir de ese sobre.

Un momento... Si a MJ le llegó mi carta, ¿a Peter qué le llegó? ¿Nada o... la carta que iba hacia ese hombre? ¿Habrá habido un error de envíos y se habrán confundido con nuestras cartas? Oh, Dios mío. Tomo mi jugo de naranja con velocidad, tal vez por el estrés y las emociones que me invaden por todo esto.

—¡Qué tierno!... —dice ella con la mirada sobre aquella hoja.

—¿Ya terminaste de leerlo? —pregunto y llevo mi mano hacia mi frente.

—¿No es un dulce? —me pregunta y muerdo mi labio—. Es tan tierno, tan lindo... Mi cosita quiere conocerte.

Me levanto y le arrebato la carta con el sobre.

—Ay, Diana. ¿Acaso no te das cuenta que él recibió mi carta? ¿No entiendes la vergüenza que siento en estos momentos? Él leyó lo que escribí para Peter. ¿Y si se está riendo de mí en estos momentos?

—Bueno... —responde—. Con esas palabras que te escribió, no pareció darle tanta importancia a lo que decías sino a tu forma de ser.

—... Pero...