Fiesta de bienvenida

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—MinMin, Min, Minnie

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—MinMin, Min, Minnie... ¿Cuál crees que quede mejor? Quizás nuestra niña desee usarlo cuando se convierta en una idol como nosotros.

—Todos me gustan —dijo Jaehyun girándose para lograr ver mejor a Doyoung y a su princesa que yacía en su asiento especial en la parte trasera de aquel auto. Minyoung estaba plácidamente dormida a pesar de ser pasado el mediodía. Ellos al fin abandonaban el hospital luego de unas pocas semanas. El alta había llegado debido a que los pulmones de la niña comenzaron a responder de buena forma gracias a los magníficos cuidados de los doctores y claro que la fuerza de voluntad de Minyoung. Doyoung no mentía cuando decía que ella era toda una guerrera.
Por ahora todo iba funcionando como lo esperaban, pero si había algo que tanto Jaehyun como el mayor compartían mientras el taxi los llevaba a su destino era: el no encontrar su departamento hecho un desastre por culpa de los chicos NCT.

—Okay, te llamaros Minnie. Jung Minnie —soltó riendo el pelinegro al terminar de sacar una fotografía. El carrete de su teléfono móvil estaba lleno de ellas y más de una vez se tentó por publicar y mostrarle al mundo lo bella que era su pequeña. Suya y de Jaehyun. Doyoung empezaba a entender que de ahora en más debería disfrutar de cada momento junto a su hija porque en un cerrar y abrir de ojos ella crecería y dejaría de ser tan pequeña y delicada como ahora se mostraba. Dejó de sonreír como un adolescente enamorado mirando la pantalla de su móvil y movió su cabeza perdiéndose en el perfil de su amado. Minuciosamente también capturó aquello y guardó la foto como también el aparato.

Todo aquello se sentía tan irreal.

—¿A quién le está hablando Haechan? —preguntó Yuta a Mark

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—¿A quién le está hablando Haechan? —preguntó Yuta a Mark.

—Mmm ¿Maku...?

—¡Oh, el conejo de Doyoung! —gritó Mark y corrió hacia donde estaba el colchón, su pareja y la mascota para apartar a esta última de Haechan quien era atacado por pequeñas lamidas en su rostro. Sin embargo, el animal, al ver que se acercaban Yuta y Mark, pegó un abismal salto dejando atónitos al par, quienes lo perdieron de vista por un momento. Lograron localizarlo de vuelta cuando se dirigía a toda velocidad por el pasillo.

Un Bebé En Los Angeles (JaeDo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora