Papi Jae está en la televisión

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Unos años más tarde

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Unos años más tarde... 

—¡Vamos Minyoung, llegaré nuevamente tarde al ensayo! —dijo Doyoung casi dándose por vencido ajustando la mochila en sus espaldas y tomando un peluche de tamaño normal. Caminó arrastrando los pies en medio de su berrinche y apagó la televisión con el control remoto. Su hija, sentada frente a la gran pantalla, ni se inmutó hasta que Doyoung volvió a hablar— Podrás seguir mirando más tarde, ahora vámonos. 

—Pero papá... Papi Jae está en la televisión y aún el episodio no termina —habló mostrando sus labios en forma de puchero mientras se levantaba del suelo haciendo caso al mayor. La pequeña sabía que con Doyoung esas cosas no funcionaban del todo. 

—Como sea. Te daré el teléfono mientras practico, pero ya tenemos que irnos. ¡Ya Minyoung! 

Doyoung alzó a su hija cuando, luego de haber descendido por el ascensor, llegaron al estacionamiento. Allí estaba la camioneta que los llevaría al edificio de la SM. 
En el viaje, el pelinegro revisaba su red social favorita mientras Minyoung miraba atenta por la ventana. A estas alturas, era costumbre tener que llevar a la niña al trabajo, en realidad, iba con él para todos lados con la única condición que se portara bien y no sea tan charlatana. El mayor estaba sorprendido de eso: ella definitivamente no se cansaba de hablar.  

—¿Podemos usar las escaleras?

—No —dijo Doyoung apretando varias veces el botón rojo de la pared— Jian estará aquí también y podrás jugar con él sin romper nada ¿bien?

—¿No era que me ibas a prestar tu teléfono? ¡Eso dijiste en casa papá!

Cruzó sus cortos brazos a la altura de su pecho y frunció su entrecejo reclamando lo que el otro había prometido sin temor alguno. Su padre la miró y vio lo tierna que podía ser Minnie enojada. El flequillo que le habían cortado hace unos días atrás le quedaba muy simpático y lindo. Doyoung amaba tener que peinarla, a veces con trenzas y otras con coletas. Si llegaba a dejarle el pelo suelto con lo que se movía la niña no resultaría algo prolijo y el mayor siempre, pero siempre, mantenía el estilo de su hija a la perfección. 

—¿Eh? —pronunció desentendido cuando en realidad estaba pensando en un nuevo color para los aretes de Minyoung. Dejaría que Jaehyun los escogiera más tarde cuando lo vea— Oh mira quién viene ahí. 

—¡Detén el ascensor!— Una figura se aproximaba a toda velocidad. La pequeña gritó su nombre, porque lo reconoció a pesar de estar bien camuflado, y John, el recién llegado, tomó a la hija de sus amigos entre sus brazos para abrazarla y brindarle unos cuantos besos en sus grandes cachetotes. Ella se divirtió un rato con los mimos del americano, pero no tardó mucho en mandar al pelinegro directo al matadero:

—Tío Johnny, ¿sabías que a papá Doyoung le gustan las mentiras?

—¡No puedo creerlo! —habló actuando gran sorpresa— Es tu papi un mal conejo, ¿tendremos que decírselo a Jaehyun también? 

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2021 ⏰

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Un Bebé En Los Angeles (JaeDo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora