Un Bebé En Los Angeles (JaeDo)

14 de Febrero + 1

 

Doyoung cuando vio la sangre correr y manchar el suelo de cerámica blanca tiza no actúo de inmediato porque estaba recordando el pasado y la magnitud del asunto lo llevaba solamente a ese lugar, a ese momento tan preciado que había mencionado con anterioridad en su cumpleaños justamente cuando Jaehyun lo llamó. 

—I want you love me now —cantó.

—Te faltó el "to" —corrigió Jaehyun— es "I want you to love me now" ¿Sabes lo que significa? 

Doyoung rió mirando al otro de reojo. ¿Cómo habían llegado hasta allí hablando justamente de eso?  Le contestaría diciendo que sabía lo que significaba aquella oración con un ejemplo verbal, pero ¿hasta dónde llegaría su locura aquella noche? Sentados en un cuarto de 5 metros cuadrados con un equipo y micrófonos preparados para recibir lo que aquellos transmitían con su preciada voz gracias a una mentira que los hizo quedarse allí un poco más de lo que tenían previsto.
El mayor no iba a rendirse aún entendiendo que podía existir una posibilidad de que el otro lo rechazara hirientemente, pues esto no lo atemorizaba: Jaehyun era seductor, lindo y encantador. Causante del revuelo en su cabeza y protagonista de todas aquellas escenas descabelladas. E incluso escuchando solo su voz podía erizar su piel.
Por el otro lado, el de piel pálida no hacía más que acercarse minuciosamente con la silla que rodaba por el suelo gracias a unas pequeñas ruedas ubicadas a sus extremos. ¿Lo hacía intencional? O ¿porque ya estaba alucinando gracias a la somnolencia? Cada expresión de Doyoung se convertía también en la vívida imagen de un ángel celestial. No estaba alucinando, no quería creer en eso sino en lo que podía captar con sus ojos y esto estaba volviéndolo completamente loco. 

Hacer que una chica caiga fácilmente a sus pies, para alguien como él, era una tarea sencilla, pero de un momento a otro olvidó qué tanto heterosexual era y manifestaba con regularidad para concentrarse en los labios delgados de aquel chico poseedor de una gummy smile radiante y hermosa como aquel pozo que se formaba en su mejilla. ¿Podía besarlo como tanto deseaba? ¿O se arrepentiría más tarde? Quedarse encerrados en el estudio, ¿sería una obra del destino? La atracción y la tensión sexual estaba vívida corriendo por el aire y golpeándolos a ambos para que reaccionaran de una vez.

Era el momento justo: él quería devorar su boca, el otro quería probar qué tan bueno podía ser Jaehyun en eso. 

Con el correr de unos cuantos minutos el beso ocurrió gracias al movimiento de imprevisto del menor quien, procurándose por tomar con su mano la mejilla izquierda del otro, lo atrajo con fuerza hacia su rostro y de esa forma casi natural compartieron su primer beso. Doyoung había acertado en su suposición: Jaehyun era un gran pensador. Aunque ninguno en ese momento imaginó que aquel contacto se repetiría una y otra vez sin ser ese el último. Era el primero de muchos.

—Doyoung, a mi no me gustan los hombres. 

—Lo sé, pero podemos intentar sin nada a cambio. Solo sé que me atraes y que quiero besarte hasta el cansancio.