El calor de la noche

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-Vamos hyung, mantente alegre

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-Vamos hyung, mantente alegre. Ya veníamos hablando de esto...

-Sí Jungwoo, bébetelo todo -animó a su amigo a vaciar el vaso de cerveza que tenía en su mano; lo envidiaba porque él no podía hacerlo. Se había propuesto llevar el embarazo de una forma sana y segura. Nada de alcohol, nada de estrés, comida liviana y por sobre todo nada de Jaehyun.

Yuta pasó su brazo alrededor de la cintura del pelinegro, apoyó su cabeza en el hombro de éste y rió ante las ocurrencias de Jungwoo.

-Dile Yuta... dile a Doyoung lo que me contaste esta mañana. Lion... lion... -canturreó.

-¿Qué cosa? Por favor no mantengan tantos misterios conmigo, me pone muy nervioso.

-Te enterarás pronto.

Yuta fue demasiado tranquilo al soltar sus palabras; había conversado toda la semana con Jungwoo respecto a ese tema.

Luego de que la presencia de Jaehyun se hizo presente el día en el que la bomba estalló, cuando también el japonés habló bromeando diciendo que se haría cargo del bebé ficticiamente, su relación pareció volverse más íntima y sincera. Claro estaba para el pelinegro nominar a Jungwoo y a Yuta como los padrinos de la criatura; aunque eso podría resultar verdaderamente mal.

Un león travieso y un cachorro hiperactivo junto a un bebé que heredaría, seguramente, el temperamento de Doyoung... ¡claro que iba a salir muy mal eso!

Y otra cosa que iba a salir mal era lo que sus ojos localizaron en un punto extremo del bar. Dos personas hablando demasiado cerca, como si de ellos solos se tratase. ¿Qué estaban pensando? O, mejor dicho, ¿cómo reaccionaría si uno de sus compañeros, específicamente un moreno de metro setenta, veía la escena del canadiense junto a una muchacha rubia?

—Marcharé al baño.

—Te acompaño —propuso el japonés.

—No tranquilo, voy y vengo rápido.

Doyoung pensó que el trayecto iba a ser demasiado corto. Pero vaya que no lo fue.

Se topó con Johnny a la salida de este, quien lo chocó bruscamente sin ni siquiera pedir perdón. Echaba fuego por las orejas y la razón de aquello estaba dentro del compartimento donde el maknae y Taeil apoyados en la pared parecían lamentarse de algo.

—Fue mi culpa Hyung... pero por favor no creas lo que él dijo. No eres una puta.

—Haechan ¿en serio crees que voy a creer en las palabras que dijo Young Ho? Él es un idiota, ya sé le pasará.

—¿Qué pasó? —preguntó acercándose al par— tu mejilla está roja Taeil.... y tus labios Hyuck... ¿también estabas llorando?

No fueron muchos los cables que Doyoung conectó para darse cuenta rápidamente de la situación. El menor había visto a Mark con la americana, probablemente se le formó un nudo en la garganta y corrió hacia la única persona que sabía que lo iba a recibir con los brazos abiertos, aunque en su corazón escrito estaba el nombre de otra persona. Taeil por amistad y cariño recibiría a Haechan, aunque a Johnny lo consumiera los celos. En el baño por pura fragilidad y despecho, el castaño tomó los labios del peli naranja confesando que aún sentía cosas por él, que lo perdone por los hechos estúpidos del pasado y que Mark solo era un crush que debía olvidar. Porque claro estaba que éste nunca iba a ceder de otra manera que no sea amistad con su compañero de Dream.

Un Bebé En Los Angeles (JaeDo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora