Arribando en California

1.2K 125 67
                                    

Quince días habían pasado volando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Quince días habían pasado volando. Sí, quince días después de que el grupo aceptara la iniciativa de Doyoung. Era nuevamente domingo y por la noche tomarían un avión hacia el continente asiático.

El último concierto brindado en aquel país fue en San Diego, una ciudad aledaña de donde se hospedaban. Los calores intensos del típico verano californiano habían disminuido, porque se aproximaba el otoño y según las cuentas matemáticas del embarazado; el bebé nacería: después de su cumpleaños y el de Jaehyun; para marzo del año entrante. Aunque podía también adelantarse y nacer en febrero muy próximo a las fechas de los que eran sus padres.

Antes de retomar hacia su país natal, el único mánager que sabía de la condición del muchacho, consiguió una cita a escondidas de todo el equipo que acompañaba a NCT 127; con un médico especializado en embarazos adolescentes y masculinos. Claro que Doyoung no era un adolescente, pero reunía todos los requisitos básicos de estos para ser tratado con cautela y sutileza. El especialista le aclaró bien que no era de riesgo; pero entendiendo sus actividades físicas y notándolo nervioso y ansioso por demás, le recomendó que mantenga los cuidados necesarios para que el bebé nazca sano y fuerte. Todavía era muy temprano para hablar de un sexo o un género, pero el vocalista ansiaba saberlo.

Él quería un niño.

Las náuseas, los mareos, los cambios constantes de humor y el constante apetito sexual no lo habían molestado en estos últimos días de instancia en América. Agradecía verdaderamente a esto, porque era horrible experimentarlo.

Estaba orgulloso del pequeño bulto que en su vientre se formaba cuando levantaba su remera o cuando se observaba desnudo frente al espejo del baño. Probablemente, pensó, que en unos cuantos meses ya no estaría demasiado orgulloso de verse redondo, pero poco le importaba porque planeaba no mostrarle su cuerpo a nadie más que no fuera un doctor, una doctora o una enfermera.

Llamó a su mamá antes de almorzar, ella aún no estaba enterada de que sería abuela, y tener que contárselo sería un desafío muy difícil porque no le agradaba la idea de ver en los rostros de sus padres la decepción. Sin seguir dando vuelta en el mismo asunto abandonó su habitación y buscó a sus amigos: el japonés se entretenía empacando su valija y Jungwoo acostado en su celular jugaba uno de esos famosos juegos de línea. Seguramente estaba compitiendo con Haechan o Taeyong.

-¡Ven, siéntate aquí hyung!

-Gracias Woo. ¿A qué hora has empacado todo? Tú siempre eres el último...

-Es verdad, creo que tiene muchas ganas de irse a casa -agregó Yuta.

-Sí, no veo la hora de pisar el décimo piso, aunque tenga que compartir mi habitación con ya sabes quién; es distinto el aire, las personas, creo que... no podría acostumbrarme nunca a una ciudad distinta a una coreana. Pero, mejor no sigamos hablando de esto, porque Yuta se pondrá a llorar diciendo que extraña Osaka.

Un Bebé En Los Angeles (JaeDo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora