Narrador omnisciente:
Ni Hermione ni Harry podían dejar de mirarse a los ojos. Muy paradojo esto, ya que desde que se habían besado no se habían vuelto a ver. Embarazoso momento para ambos. Todo esto, con los dos ante un Ron en un profundo sueño, incapaz de despertarse aunque hubiera una invasión mortífaga.
Ninguno estaba dispuesto o no se animaba a proferir la primer palabra que rompa el silencio entre ellos. Harry quería dejar de mirarla, pero no podía. Por un lado, se moría de vergüenza, pues no todos los días besas a tu mejor amiga y sales corriendo. Por otro, se sentía presionado por lo ocurrido posteriormente con Ron y, por si acaso, por si el beso no la hubiera satisfecho tanto como a él.
Mientras, la Granger tragaba saliva constantemente, notándose esto en su delicada garganta. Se sentía algo aliviada al saber que la salud de Ron estaba fuera de peligro. Pero, ante la llegada de Harry, la presión inhumana por lo del beso se incrementó notablemente. No sabía ni como mirarlo, ni siquiera si sería capaz de hablarle después de todo lo acontecido.
Entonces, Harry tomó coraje, respiró hondo, apretó su dentadura entre 4 y 5 veces y, finalmente, dio sus siguientes palabras:
- Mione... - repitió. Ella lo observaba con sus piernas temblorosas, repletas de incertidumbre.
- Harry... - continuó ella, lamiendo nerviosamente su labio inferior, también tembloroso.
- ¿Cómo estás?- se tranquilizó el pelinegro.
- Bien... Pero creo que tendría que preocuparte tu... amigo - dijo ella mientras acariciaba el rojizo pelo del chico tendido en la camilla.
- Sí, es cierto. Aunque Molly Weasley me comentó que no era nada grave. ¿Es cierto? - indagó Harry cabizbajo.
- Sí - respondió monosílaba la otra, mirando a Ron mientras continuaba acariciándolo.
La tensión estaba muy presente en el ambiente de aquella enfermería. Ambos lo sabían, pero costaba sacar un tema tan tabú como el del beso.
- ¿Al final te expulsaran o te sancionarán? - indagó mientras miraba sus uñas, para hacerse la desinteresada.
- Expulsión no. Lo que sí es que de seguro me den algún castigo. Lo decidirán entre Dumbledore y Mcgonagall -.
- Me alegro mucho por ti -.
Finalmente, el menos inteligente de ambos, levantó la cabeza y lo sacó a la luz al tema; se acercó caminando rápido hacia ella, quedando a poco más de 1 metro:
- Mione, dejemos de evitar el tema. Tú y yo sabemos que esto ocurrió por... - cerró los ojos suspirando el Potter. - ...nuestro beso... - la tomó de los brazos.
La castaña quedó impactada ante la rectitud de su par. Pensaba que tendría que ser ella la que termine con el tenebroso silencio, en relación a lo ocurrido. Seguidamente, ella también se paró firme ante él y, con toda la presión del mundo, continuó con el coloquio:
- Lo sé perfectamente - dijo apenada. - Ese beso... - fue interrumpida.- Nunca debió haber ocurrido - dijo atento y con todo el dolor el mundo el ojiverde.
Esto último destrozó por dentro a Hermione. Pues, tampoco que le iba a pedir que sea su novio. Pero era muy complicado evitar de manera tan directa sus sentimientos más profundos.
- Estoy completamente de acuerdo - concordó la otra (aunque en el fondo de su corazón, no).
- Fue un impulso vertiginoso. En un momento frío no me hubiera ocurrido semejante estímulo - agachó nuevamente la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
¡Hermione, sabes que me gustas!
FanfictionHarry, Ron y Hermione se encuentran cursando juntos su tercer año en el colegio Hogwarts de Magia y Hechizería. El año anterior (segundo año), Harry había derrotado definitivamente al basilisco y a Lord Voldemort (en forma de Tom Riddle), por lo que...