32. Desahuciado

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Narra Harry:


- Ron... - comencé.

- Harry... - respondió luego de segundos. Tragué saliva y, con la garganta tumultuosa, comencé tímidamente:

- ¿Cómo estás? - le dije corriendo la mirada nerviosamente. Él mantenía su visión de manera fija sobre mí.

- Como puedo -. Llegué a visualizar sus ojos deliberamente llorosos y pocos descansados; ojeras y una mala noche cargaba sobre sí. Hubo un breve silencio  tétrico.

- Han pasado un par de cosas en la noche de ayer - agaché la mirada, aún sabiendo que él posiblemente lo supiera al igual que la gran mayoría del colegio.

- Lo sé - confirmó él. Suspiré. - Has comenzado a salir con Mione... - dijo con temor y lentamente. Fue un alivio el hecho de no tener que darle semejante noticia. 

- Entiendo que estés enojado, amigo. Sé que es una situación muy difícil y te comprendo perfectamente si no quieres hablarme - comencé. - Pero así como te digo eso, también te digo que no pienso terminar mi relación con Mione por ti. Te quiero y lo sabes, pero creo que llegó nuestro momento... - terminé serenamente. Ron se tomó unos segundos para, aparentemente, procesar mi enunciado. Su cara no se inmuto ni tuvo algún cambio facial.

- Quédate tranquilo. Sé que ambos se aman mutuamente, y mucho. Por eso te digo que no te hagas problema, no voy a interferir y no tengo otra cosa para decir que sean felices -.

- ¿Entonces está todo bien entre nosotros? -indagué asustado. Se limitó a asentir con una sonrisa un tanto forzada y poco entusiasta:

- Claro, amigo. Solamente te pido paciencia; me va a costar al principio -.

- Toda la paciencia del mundo, amigo - terminé y, al tiempo, lo abracé fuertemente sin ningún deseo de soltarlo.

- Jamás perdería tu amistad por eso, amigo. He sido muy egoísta contigo y ahora, como dijiste, es tu momento - me susurró y me derritió. Nuestra amistad era de hierro.


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Narra Hermione:


Llegó la noche, cené con normalidad y quedé en verme con Harry en el campo de Quiddicht luego de clases, aprovechando el fin de su entrenamiento con el equipo. Aún vestido con sus ropas de juego, nos sentamos en el verde pasto. Apoyé mi cabeza sobre su hombro y comenzamos a ponernos al tanto.

- ¿Ya has hablado con Ron? - pregunté.

- Sí - respondió sutil.

- ¿Qué te ha dicho? - me levanté y lo miré expectante.

- Por suerte ha comprendido todo. Ha dicho que no intervendría en nuestra felicidad y nos deseaba lo mejor -. Fue un alivio escuchar eso.

- Gracias al cielo - respiré hondo. - ¿Quedó todo bien entre ustedes? Sería una pena que se disuelva nuestro grupo -.

- Claro, nos abrazamos. Tratemos de no ser tan exhibicionistas en su presencia; está pasando un momento muy difícil -.

- Sí, totalmente. Lo entiendo perfectamente - asentí. - Es un gran alivio... -.

- Sí que lo es, pero te recomendaría hablar tú también con él. Dejemos las cosas bien en claras - me aconsejó acertadamente.

- Tenía planeado eso. ¿Crees que debería ir ahora a buscarlo?, ¿o es muy tarde? - pregunté.

- Ve. Con lo deprimido que está, apuesto a que está vagando por las profundidades de la escuela - dijo con un tono sarcástico y triste al mismo tiempo.

- Bien - me levanté. - Iré ahora. Deséame suerte - me acerqué a darle un corto beso y salí en busca de mi (quería suponer) amigo pelirrojo.


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Mientras iba en dirección a la sala común con el objetivo de encontrarme allí a Ron, casualmente venía caminando frente a mí, aún con el uniforme de la escuela. Me entumecí de pies a cabeza y me paralicé ni bien lo vi. Venía con la cabeza gacha, por lo que tardó unos segundos más en verme. Finalmente, hicimos un contacto visual impostergable. Él también se paralizó ante mi presencia.

Frialdad recorría mis venas; yo aún sentía cierto remordimiento y rechazo hacia él por lo que me había hecho pasar con Lavender, pero ya había pasado un tiempo bastante prudencial y ya lo había perdonado, además que empatizaba con él por lo que le estaba tocando vivir. 

Tímidamente, comencé a acercarme mientras que Ron lo hacía a una velocidad lenta pero considerablemente más rápida que la mía. Paso a paso íbamos, con tranquilidad y finitud. Se hizo largo el trayecto y, mientras observaba con detenimiento el suelo, pensaba en cómo y de qué manera hablarle a aquel que era mi exnovio y todavía estaba perdidamente enamorado de mí.

Al cruzarnos definitivamente, sin poder dar un paso más, nos estancamos. No quería verlo. Tenía miedo. Pero alguien debía romper el hielo, y él parecía no estar interesado para nada en hacerlo.

- Hola... - comencé. 

- Hola... - respondió sutilmente. 

- Oí que hablaste con Harry - suspiré al mencionarlo y cerré los ojos con fuerza.

- Hablamos - me confirmó sin decir nada más.

- Me alegro, realmente - lo miré por primera vez y a posteriori agaché la mirada de nuevo. - Espero todo haya quedado más que bien entre ustedes -. Hizo silencio por unos instantes.

- Todo está más que bien, no hay ningún tipo de problema entre nosotros. Le dije que no voy a entrometerme para nada en su relación, que les deseo lo mejor y que sean felices, por más que me duela -.

- No quería hacerte daño, Ron. Créeme que esto no es una venganza, yo no soy así. Me conoces muy bien - intenté explicarle derramando un par de lágrimas.

- Lo sé - suspiró y me miró directamente a los ojos llorosos. - Lo amas mucho, ¿verdad? - se le quebró la voz considerablemente.

- Mucho - asentí compungida. 

- Entonces no me queda otra que aceptar disciplinariamente tu decisión y espero que podamos continuar siendo amigos, ¿no? - me sonrió, lo cual me subió la autoestima casi al máximo.

- Pero claro - dije y me abalancé sobre él propinándole un sólido y vigoroso abrazo. Comencé a llorar. - Siempre serás mi amigo, pase lo que pase -. Y a pesar de no estar muy convencido de sus palabras, lo noté predispuesto.

- Solo una cosa... Dos, mejor dicho - nos separamos. - La primera, tal como le dije a Harry, te imploro que por favor tengas paciencia conmigo porque seguramente esté desahuciado por un tiempo -. Asentí. - Y..., por otro lado, más vale que nuestro amigo 'el Potter' te trate bien y te haga feliz. Sino me veré obligado a darle una mano - me dijo irónicamente y entre carcajadas, lo cual provocó una risa contagiosa en mí. A partir de ahí, me quedé tranquila por completo. Harry y yo estábamos juntos finalmente y, además, no tendríamos que dar explicaciones a nadie.

- Muchas gracias, Ron - volví a precipitarme sobre él y abrazarlo con fervor. 


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N/A: Espero este capítulo supere las expectativas y guste. Ya nos acercamos a los últimos capítulos, finalmente. Aunque se viene capítulo electrizantes y repletos de tensión






¡Hermione, sabes que me gustas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora